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México D.F. Miércoles 3 de diciembre de 2003

Desde 1847 en la Plaza de la Constitución, los Tardan han cubierto a miles del sol

El sombrero, prenda que puede dar seguridad o cambiar la personalidad

¿Qué sería de Humphrey Bogart, en la película Casablanca, sin el suyo?

ARTURO CRUZ BARCENAS

Un eslogan ha recorrido México más de siglo y medio: "De Sonora a Yucatán se usan sombreros Tardan". Ligados a la moda, son prenda de vestir que se ha dado a bien notar en la época juarista, durante la Revolución, en la denominada época de oro del cine nacional, hasta nuestros días, en los cuales la tendencia hacia su uso es descendente y predomina una nueva reina sobre la cabeza: la cachucha, que la familia sombrerera por excelencia en el país también fabrica en sus modelos bilbao casimir, pana, gamuza, piel, gajos, alemán o europeo.

tardan_sombrerosPareciera cosa de viejitos cubrirse con un sombrero vogue casimir o star, un cuba o un indiana. Todos proporcionan personalidad, porte, eso que los publicistas de hoy llaman plus. "Mientras haya sol habrá sombreros", afirmó en entrevista Mateo Tardan, quien en Monterrey sigue la tradición de proteger a la gente de los terribles rayos solares, "que pueden inclusive provocar cáncer" y uno de los dueños de la tienda Tardan, ubicada en la Plaza de la Constitución desde 1847.

-¿Siente usted nostalgia por la época de mayor uso del sombrero?

-¡Claro! Antes la moda dictaba que todo caballero debía usar un sombrero. Este es un satélite de la moda, al igual que las bolsas o los zapatos. Uno de los factores por los cuales el sombrero se dejó de usar fue el tipo de transporte y la altura de éste. La que no ha cambiado es la moda vaquera. El sombrero rompió las barreras sociales hasta los años 50 del siglo pasado. No hay que olvidar que la moda es cíclica.

"Se pasó de lo formal a lo informal, pero un sombrero es una prenda que puede dar seguridad, cambiar la personalidad. ¿Qué sería de Humphrey Bogart, en la película Casablanca, sin el sombrero? Ahora bien, por todos los problemas de la capa de ozono el sol ya no es el de antes; por eso el sombrero es cada vez más necesario. Puede evitar el cáncer de piel."

Porque si en la ciudad, en las calles de asfalto y concreto evitan la mojada por lluvia, en el campo son indispensables ante las largas jornadas de siembra y pastoreo. Imposible ver a un campesino sin su modesto sombrero o a un galán lagartijo sin su prenda que corona el traje sastre y el abrigo.

Sombrero Colorado y El Castor

La empresa remonta sus orígenes a 1847, cuando se fundó una sombrerería en la ciudad de México, en Portal de Mercaderes, hoy portales de la Plaza de la Constitución, tienda que exportaba sus productos a Estados Unidos y Europa. Se le conocía como Sombrero Colorado y El Castor. En 1870, la adquirió F. Dallet, quien le puso su nombre.

En 1880 llegó a Veracruz, proveniente de los Bajos Pirineos de Francia, el joven Carlos Augusto Tardan, de entonces 18 años, quien salía de un país herido por la guerra contra Alemania y buscaba mejor fortuna. En esas andaba cuando conoció a Dallet, en el restaurante El Cazador, que se ubicaba en la esquina de Plateros y Monte de Piedad. Ahí consiguió empleo. Ya establecido hizo traer a sus hermanos Augusto y Víctor, quienes se convirtieron en sombrereros.

En 1899 la tienda se transformó en Tardan Hermanos. La gran época del porfiriato fue de auge para la sombrerería; hombres, mujeres y niños usaban la prenda para salir a la calle. La bonanza permitió a Carlos retirarse; dejó a los jóvenes a la cabeza de la sociedad, quienes enviaron a su sobrino Carlos, hijo de Pedro (hermano de Carlos y Víctor) a Inglaterra, Alemania e Italia para aprender la técnica de la fabricación en fieltro para aplicarla en México.

El joven Carlos Tardan regresó a México en 1913 para montar la fábrica con los adelantos tecnológicos necesarios. En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial y Carlos partió a la contienda. A su regreso, en 1919, terminó de montar la empresa, que se localizaba en Plaza de San Salvador Verde, hoy 5 de Febrero.

Sus productos de fieltro, lana o pelo adquirieron renombre nacional e internacional.

Para Luc Tardan, actual responsable financiero de la sociedad, el uso del sombrero ha ido a la baja porque "no hemos modernizado el mercado; hay segmentos de la sociedad que podrían volver a ponerse la prenda. Estoy hablando de toda la gente que juega golf, que sale de excursión, que no tiene pelo. Ahora predomina toda la onda western, pero Tardan mantiene la elaboración de producto de alta calidad, bien terminado.

"Ahora estamos ampliando la línea para abarcar a los jugadores de golf y de otros deportes. El nicho de mercado de la gorra es muy fuerte y tenemos una gran variedad. La mercancía de tradición enfrenta un momento de transición, que puede tender a un amplio uso desde jóvenes a adultos".

Destacó que hay personas que usan el sombrero o la gorra por imagen, o para protección contra el frío o el calor. "Cuando oye sombrero, mucha gente lo primero que piensa es en el vaquero de Marlboro, o se remite a la imagen de lo western o ranchero. Por ello creen que en la ciudad no se necesita. En relación con el sombrero de vestir se remiten al bombín que usaban, creen, los abuelos, pero que casi ya no se usa, aunque se sigue vendiendo".

Los jóvenes no lo llevan, porque no es la moda

Agregó que aún el público no asocia la palabra Tardan con cachucha o los nuevos productos, como los deportivos. "Los jóvenes no usan sombrero porque no es la moda. La generación mayor lo usa por costumbre, como parte de su imagen. Sí depende de la costumbre, pero, sobre todo, de que se cree la necesidad. En la tienda llega gente de todas las edades que en primera instancia parece que no se llevará nada, pero acaba comprando un sombrero de vestir, de fieltro, por ejemplo."

Entre sus clientes, ciudadanos de todos tipos, hay artistas y políticos. "Hay unos que han ido por 60 años. Nuestra matriz está en Plaza de la Constitución número 7, y tenemos dos sucursales, una en Torreón y otra en Monterrey. La producción de sombreros es de unos 15 mil al año. El más económico cuesta unos 200 pesos y el más caro 2 mil 800. Los charros son aparte, porque son especiales y pueden llevar adornos de plata."

Los artistas o los políticos solicitan discreción y primero hablan a la tienda. "Entre los proyectos para 2004 destaca volver a producir sombreros para mujeres, quienes son muy difíciles y siempre desean algo exclusivo. No obstante, puede haber damas que busquen un sombrero Panamá para ir a la playa. De otros tipos podríamos ofrecerles varios colores, para que les guste."

Su hermano Mateo, quien radica en Monterrey y es uno de los actuales dueños de lo que se conoce como Tardan Hermanos Sucesores, SA, bisnieto del fundador, consideró que los cambios en la empresa se dieron a partir de la muerte de su padre, Pedro. "Cambiamos todo, desde la tecnología, los modelos, las finanzas. En esto influye la moda."

Sabedor, experimentado, sentenció: "Mientras haya sol o frío va a haber sombreros -Tardan-".

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