Marco Rascón

ƑQuién se comió nuestro queso?

En breve, en cuanto se paguen 12.50 pesos por dólar, habremos cerrado el ciclo de los tres ceros, y el país se habrá devaluado mil veces frente a Estados Unidos. Si la invención del cero constituye uno de los grandes orgullos prehispánicos, el otro gran invento para ocultar el despojo imperial y oligárquico quita tres ceros al peso, escondiendo, mediante una simplificación matemática, un robo mayor que el de nuestro territorio nacional en 1847, superior a todos los grandes hurtos del siglo XX, más ambicioso y abyecto que el perpetrado en conjunto por Inglaterra, Francia, Bélgica y Portugal contra las colonias de Asia y Africa. Devaluados mil veces, nos quitaron el alma nacional y, al cerrar el ciclo de aquel 12.50 de 1976, hay que hacer un balance histórico, cuyos resultados son peores que cualquiera de las desgracias, pestes, revoluciones y guerras del pasado.

ƑCómo ondear con orgullo nuestra bandera, si mil veces fue traicionada por los gobiernos y los ricos nacionales más ineptos, corruptos, prejuiciosos, amantes de la represión, el entreguismo y el autoritarismo? ƑQuién se comió nuestro queso?

Dadas las consecuencias de esa devaluación de mil por ciento, hemos perdonado mil veces a los responsables de Ejecutivos, Legislativos y Judiciales, a los políticos que han pedido perdón, a los que han devaluado para salvarnos, a quienes han procedido así para proteger nuestros ahorros, a los que adujeron razones técnicas de los mercados, a los que lloraron desde el poder, a los que impusieron la austeridad monetarista contra los trabajadores, a los que echaron la culpa al antecesor, a los que responsabilizaron a "diciembre", a los que cumplieron fielmente los dictados de Washington a través del FMI y el Banco Mundial, que en contubernio mantuvieron sobrevaluado el peso en 1993-94. Desde entonces hemos inventado mil leyes inservibles y mil reformas fiscales y estructurales obsoletas, dado que el gobierno es sostenido por una oligarquía evasora. Al igual que con los tres ceros, en política hemos hecho una "transición" para llegar al mismo punto: tres años de gobierno del PAN se anexaron puntualmente a 75 años del PRI, pues ambos regímenes han tenido un mismo dueño.

Gracias al mil por ciento devaluado tuvimos que emigrar en desbandada al norte, dejando abandonadas provincias y ciudades acordonadas de miseria y desempleo. Siendo mil veces devaluados, nos anexaron por el patio trasero y no somos una estrella más. Texas, nuestra primera autonomía, que sí forma parte de las barras, tiene hoy más independencia frente a Washington que nosotros. Con los tres ceros nos anexaron a la mala, en forma silenciosa y perversa. Frente a los entreguistas de 1976 a 2003, Santa Anna era un nacionalista. Debilitados a mil por ciento, nos dividen como hicieron los colonialistas en Corea y Vietnam, y ahora nos proponen el Plan Puebla-Panamá, es decir, un México del norte y otro del sur.

Durante esa devaluación de tres ceros se hicieron las privatizaciones, desaparecieron el ejido, se remataron Telmex, la siderúrgica, el sistema bancario; por ahí se fueron el pago del rescate carretero, Fobaproa, IPAB y, a cambio de nuestra debilidad extrema, ahora quieren Pemex, el agua, nuestra biodiversidad y la electricidad.

Según este ciclo devaluatorio, el país defecó mil veces más que lo producido y tenemos la gasolina más cara, a pesar de que somos exportadores de petróleo. Esos tres ceros significaron la desaparición del Estado económicamente fuerte, el robo de pensiones y fondos de retiro, así como las instituciones de bienestar social. En 27 años los tres ceros hicieron millones de pobres, pero los ricos se redujeron: entre más pobres, menos ricos. Gracias a los tres ceros coexisten los que viven en el primero, el segundo, tercero y hasta quinto mundos, lo cual hoy nos semeja a la Africa subsahariana.

Mil veces saquearon los presupuestos y compraron baratos los bienes públicos que vendieron caros a la sociedad con las quiebras. Mil veces ganaron con las devaluaciones y las sobrevaluaciones, con las nacionalizaciones y las privatizaciones. Con la desaparición de los ceros pagamos el costo de la usurpación salinista, lo que permitió ver la magnitud de los errores de la izquierda oficiosa, además de las causas del estancamiento y de la falta de evolución del pensamiento nacionalista.

La devaluación del país fue la preparación para imponernos el TLC. Dentro de esta devaluación genérica nos sobrevaluaron el peso para cebarnos y someternos no sólo por la vía monetaria, sino productiva y comercial, asignándonos el papel de consumidores de sus productos subsidiados. En cinco meses, atados al señor dólar, nos hemos devaluado frente al euro más de 70 por ciento, y seguimos devaluándonos frente a nuestros protectores del norte con fidelidad canina.

Mil veces devaluado, el país humea cual territorio desolado y cuna de desastres en un campo macroeconómico estable. En breve cerraremos el ciclo de mil por ciento. ƑAguantará México otra vuelta de tuerca? ƑEs la devaluación nuestro verdadero proyecto nacional?

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