Argentina conmemora dos años de explosión social

Grupos buscan el fracaso de Kirchner, alerta Nobel

Recordarán en marcha a víctimas de la Plaza de Mayo

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 19 de diciembre. Hace dos años este día se convirtió para el gobierno del presidente Fernando de la Rúa en la pesadilla de un estallido social, en la que -hay que decirlo- estuvieron incitando al incendio algunos personajes oscuros de la historia con intereses propios, que manejaron muchos de los violentos saqueos.

Miles de desempleados y estafados estaban en las calles la noche en que el presidente decidió declarar el estado de sitio, y fue entonces cuando en la ciudad comenzó a crecer el rumor del cacerolazo.

En Buenos Aires, miles de familias se lanzaron a la Plaza de Mayo y rodearon la casa del ministro de Economía, Domingo Cavallo, quien renunció esa misma noche. Entonces la orden fue "limpiar" la plaza, y llegó la represión que nunca se olvidará, mientras en el interior decenas de personas, entre ellas niños, sucumbían ante las balas policiales.

Con más de 30 muertos a sus espaldas, el 20 de diciembre de 2001, solo y aislado, De la Rúa se alejó de la casa de gobierno en helicóptero, mientras en las calles el pueblo resistía a las fuerzas policiales. Todo acabó en horas para el presidente que hoy está ante un posible juicio por corrupción, cuando un correligionario suyo, arrepentido, confesó los sobornos entregados a senadores para que votaran en favor de una ley de reforma laboral.

Las privatizaciones corruptas y los decretazos de Menem, más otros votos comprados con sobornos, habían terminado durante el menemismo con una gran parte de las conquistas sociales de años de lucha obrera. Este viernes se dictó el procesamiento del ex presidente Menem por "omisión maliciosa", al no declarar su cuentas en Suiza, aunque no será detenido. Es una acusación pequeña si se considera que su gobierno fue el más corrupto de la historia del país y que tiene graves causas pendientes, entre ellas crímenes de Estado.

Aquel diciembre quedó marcado por la unidad casi increíble de diversos sectores: los vecinos que construyeron las asambleas de barrios, los piqueteros desocupados, que comenzaron su histórica protesta desde los 90, en las rutas de Neuquen y Salta, en pueblos arrasados por las privatizaciones que dejaron millones de desocupados.

Tomaron su nombre de los antiguos piquetes de huelgas y extendieron su capacidad de protesta por el país, cuando la desocupación afectaba a más de 20 por ciento de los argentinos. Estaban también los trueques, una acción solidaria que nació y fue muriendo en manos de algunos corruptos. Las fábricas recuperadas por los trabajadores, que siguen creciendo en número en estos días.

Aunque los índices dicen que bajó la desocupación a 14.3, hay más de 2 millones de personas sin trabajo, y falta mucho en esa deuda social interminable de Argentina. Hoy las marchas surcan las calles, después de que ayer comenzaron algunos sectores que lograron arrancar alimentos a varias empresas.

En el segundo aniversario del argentinazo mucho ha cambiado, pues al tiempo que la derecha argentina y las figuras emblemáticas del poder económico piden la represión del movimiento piquetero, medios ligados al pasado de la dictadura tachan a los desocupados de "subversivos urbanos". El gobierno de Néstor Kirchner prometió que no habrá represión.

Se tomó incluso la medida de que todos los policías responsables de la vigilancia en manifestaciones y actos conmemorativos lleven identificación. Además, no podrán actuar aquellos que estén ligados a anteriores actos de represión. La policía civil tiene prohibido portar armas. Pero el temor está en la posibilidad de las provocaciones de la derecha, grupos ligados a los militares de la dictadura.

Esta noche miles de manifestantes estuvieron en un estadio de futbol, en el acto de los piqueteros de la Federación Tierra y Vivienda, de Luis D'Elía, quien afirmó: "Aunque este es un momento difícil, el mensaje nuestro está dirigido a los equivocados; después de Kirchner, si esto fracasa, no viene la revolución socialista, viene la represión".

A esa misma hora manifestantes de la Asociación de Trabajadores del Estado llegaron a Plaza de Mayo para conmemorar a los caídos en el lugar hace dos años. Y hay diversas marchas y vigilias que dan un tono distinto a esta noche.

Pero este sábado será el día de las movilizaciones cruzadas y estarán los más duros unidos en el llamado Bloque Piquetero, Polo Obrero y otros grupos, como el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados, así como el Movimiento de Trabajadores Desocupados.

Las demandas girarán en torno a las consignas: no al ALCA y no al pago de la deuda, entre otras. También estarán las siempre nutridas columnas de Barrios de Pie, o de la Corriente Clasista y Combativa. Las asambleas que resisten marcharán también divididas en uno u otro grupo.

Pero finalmente todos estarán en las calles, recordando a las víctimas de entonces y a todas las del movimiento piquetero que se han convertido en los héroes reales de estos tiempos.

Dos años más tarde nada es lo mismo, pero todo está en pie, por eso el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, llamó a la unidad en una entrevista con La Jornada, en la que dijo que nunca ha sido tan necesaria la responsabilidad política.

''Hay sectores que dividen lo dividido'', dijo Pérez Esquivel, lamentando la falta de unidad ante los embates de la derecha local y la situación en el mundo. "Lamentablemente hay grupos que quieren ir al choque cuando hay que tratar de construir un nuevo espacio. Todos sabemos que el gobierno no puede solucionar en meses el daño de 13 años, más el que dejó la dictadura militar. Hay quienes quieren que esto fracase y pueden resultar funcionales al sistema. Hay que demandar, criticar, señalar errores, pero construyendo. Hay demasiada muerte y destrucción detrás como para perder momentos de la historia".