México D.F. Lunes 22 de diciembre de 2003
El autor presenta Haikus, su más reciente libro, con lírica ''asequible y amena''
Hay demasidada poesía dura: López Moctezuma
YANIRETH ISRADE
Carlos López Moctezuma entiende la poesía como un ejercicio de libertad, y el poema como una pieza hospitalaria, abierta a las expresiones del lenguaje humorístico, coloquial, fresca y ocurrente. Su libro Haikus, publicado por Aldus, reúne un centenar de brevísimos textos, más cercanos al refrán, al chiste y a la sentencia festiva que al verso de estilo solemne.
''Está harto/ el camarón de asistir/ a tantos cocteles.'' "El inquilino/ del corazón nos paga/ poco y tarde.'' "El día/ herida abierta derrama/ su sangre luminosa.''
El escritor, quien comenzó su formación literaria en el taller de Oscar Oliva, reconoce su predilección por la obra de mexicanos como Efraín Huerta y Eduardo Casar, y opina que la composición poética no tiene que ser "escabrosa", sino clara, asequible e incluso amena.
''Hay una anécdota de Efraín Huerta y Octavio Paz. El primero pidió su opinión al Nobel acerca de sus primeros poemínimos, que son simpatiquísimos. Paz le respondió que esos no eran poemas, sino chistes. Un poco triste, Huerta llegó a su casa; encontró a su hija leyéndolos. Le dijo: 'šqué chistoso es esto que escribiste, papá!', y Efraín, con su humor característico, se refirió a ésa como la primera vez en la historia mundial de las letras que un premio Nobel coincidía con una niña de nueve años.''
López Moctezuma, quien también ejerce la abogacía, recibió por su trabajo de poeta el Premio Salvador Gallardo, en 1988, y una mención honorífica en el Premio Nicolás Guillén 2000, convocado por el Instituto de Cultura de Quintana Roo.
Los poemas de este volumen, tercero en su producción bibliográfica, inspirados en la brevedad y las posibilidades expresivas del haiku (estructura japonesa de aproximadamente 17 sílabas), "constatan la sabia frase de Eduardo Casar, quien afirma que el haiku mexicano es la revancha contra el tequila japonés".
Un poco más en serio, el autor asegura que optó por el haiku porque ''es preciso despojarse de todos los accesorios para decir con muy pocas palabras lo que uno siente, porque nuestra época no está para perder el tiempo''.
-ƑSe dio cuenta de que había muchas palabras en el mundo?
-Hay de más no sólo en palabras, sino también en conductas, en actos, en ademanes.
-Suena a contracorriente con la cultura mexicana, muy próxima a lo barroco.
-Y parlanchina, pero lo mío es lo concreto. Desde luego no he abandonado la escritura de poemas largos, tradicionales, de varias estrofas, pero hay, en particular, situaciones simples, efímeras; son como una especie de chispazo que sólo se pueden expresar mediante haikus.
-ƑEste tipo de escritura, digamos humorística, le complica hallar editores?
-Mi experiencia ha sido distinta, pero es verdad que el editor de literatura le teme al qué dirán, al rechazo; parece que no está bien que la poesía contenga mucho humor y propuestas de la vida diaria simples, concretas y en un lenguaje asequible a todos, por eso me parece que hace falta que incursionen más escritores mexicanos en este tipo de escritura.
''Hay demasiada poesía que quiere mostrar las turbulencias, los pecados de la humanidad, y se convierte en sentenciosa, dura. Por lo menos en mi caso este libro ha tenido muy buena recepción, y hay que decir que soy el primero en disfrutar mis haikus. Los leo y me desprendo de la solemnidad, del estiramiento social.''
-ƑNo es de los que casi se arrancan el cabello para lograr una metáfora?
-No, y tengo en mis libros dos o tres metáforas profundas, muy serias, muy filosóficas, pero me inclino por lo simple, por aquello que pueda disfrutar cualquier persona.
''Además la poesía me ha servido para comunicarme. Es como una fotografía en letras que les damos a los demás: me vengo a exponer ante los cuatro vientos, desnudo mi alma; aquí estoy, y si quieren seremos amigos.''
(El volumen se consigue en las librerías Gandhi.) |