México D.F. Viernes 26 de diciembre de 2003
José Emilio Pacheco
Pórtico
Hugo Argüelles vive de noche, escribe de noche,
habla toda la noche
con sus creaciones.
Sueña de día
su escritura nocturna
siempre bañada
por la luz de la inteligencia.
Imposible pensar en él sin el teatro,
en el teatro sin él.
El teatro es la vida.
Y la vida es melodrama, farsa, comedia,
pieza y tragedia.
Se dicen pronto cuarenta años de autor,
pero son una hazaña que en su caso
se duplican por su labor de maestro.
Hay pocos seres dignos de la palabra maestro.
Hugo Argüelles sí la merece.
Con qué crueldad doliente y con qué piadosa ironía nos retrata
en sus obras.
Todos somos comparsas en el Gran Teatro de México.
Hugo Argüelles nos sube a escena.
De nosotros depende reconocernos o cerrar los ojos.
Espero que Hugo Argüelles siga escribiendo
para que nuestra noche se haga día algún día.
Poema tomado del tercer tomo de Hugo Argüelles. Estilo y dramaturgia, volumen coeditado por Escenología y el Instituto Nacional de Bellas Artes
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