Luis Javier Garrido

El retén

El gobierno foxista, que ha buscado tender un cerco informativo en torno a la realidad del país, no puede ocultar la naturaleza del conflicto que le opone a los pueblos indios por el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés.

1. El décimo aniversario de la aparición pública del EZLN la madrugada del 1Ɔ de enero de 1994, fecha de entrada en vigor del TLC, está impactando a México porque su conmemoración pone una vez más de manifiesto la naturaleza del gobierno foxista: un gobierno de continuismo absoluto con los de Salinas y Zedillo.

2. Casi todos los diarios y diversas publicaciones han dedicado al aniversario amplísima cobertura en extensos reportajes, como en Milenio (número 328), o en números especiales (Proceso, edición especial 13), pero atendiendo más a la preocupación sobre el futuro inmediato de México tras el engaño del foxismo y la posibilidad de que la inconformidad en el campo se transforme en nuevos movimientos armados, que en evaluar el impacto que el movimiento zapatista ha traído a la vida pública de México y soslayando sus aportaciones: sus planteamientos insistentes, fortalecidos con sus acciones, de que es posible transformar al país sin necesidad de apoderarse del aparato burocrático del Estado, de que sólo al construir la autonomía de las comunidades indígenas -como de todas las comunidades- se puede alcanzar una evolución democrática y justa del país, de que es necesario tener la imaginación para alcanzar otra forma de organización jurídica y política que vaya más allá de las instituciones formales heredadas del siglo XVIII o de que no se puede avanzar en la construcción de una sociedad justa sin otras prácticas para hacer política.

3. Los principios políticos del zapatismo, que tanto impactaron a la sociedad, ya forman parte de la cultura de muchos grupos y organizaciones, y siguen generando una discusión enriquecedora: el "mandar obedeciendo", el "para nosotros nada, para todos todo", el "crear un mundo donde quepan todos los mundos".

4. La afirmación reiterada de varios medios de que en los diez años que han transcurrido desde el levantamiento "todo cambió", pero "todo sigue igual" no es, por lo tanto, correcta. El país sigue teniendo, es cierto, una forma de gobierno oligárquica en la que los mismos grupos usufructúan el poder económico y político, y las desigualdades sociales y económicas se han ahondado, y no puede negarse que a un presidente ilegítimo, tanto por su origen como por sus políticas -Salinas- le ha sucedido ahora otro igualmente ilegítimo, tanto por su origen como por sus políticas -Fox-, que la impunidad del poder sigue caracterizando a la función pública y que no existe una verdadera justicia, pero la sociedad está en un proceso de cambio -ciertamente muy lento- del que los zapatistas no son ajenos.

5. Los cambios políticos reales que se produjeron en el país marcando a esta década, y que a muchos alentaron -la construcción de un nuevo sistema electoral, la alternancia política en el Legislativo y en el Ejecutivo, los frenos al presidencialismo-, no hubiesen sido posibles sin la contribución determinante de las luchas de resistencia del zapatismo, que deslegitimaron a los tres últimos gobiernos, atemorizaron a los grupos en el poder y ensancharon la vía de ese proceso impulsado desde la sociedad. Y si éste no ha conducido a la creación de un sistema político democrático y está siendo confiscado por la oligarquía para imponer nuevas formas de dominación económica y política fortaleciendo al neoliberalismo, esto se debe a que la sociedad no ha tenido la claridad ni las formas de organización para defender esos cambios.

6. La resistencia activa de las comunidades zapatistas en todos estos años de gobiernos neoliberales y antidemocráticos en México, soportando el asedio del ejército y de los paramilitares y las presiones de las instancias de corrupción de las autoridades federales y locales, y que está culminado en la constitución de los 30 municipios autónomos y la organización de las juntas de buen gobierno, dando un ejemplo de dignidad y de integridad moral, pero también de inteligencia política, ha constituido, por lo mismo, un referente fundamental para las demás luchas sociales que se han incrementado en los últimos años para resistir el embate de las políticas oficiales.

7. En el escenario de la globalización neoliberal, el zapatismo ha sido, en consecuencia, no sólo uno de los símbolos mayores en los últimos años, sino una propuesta real de cambio para el mundo globalizado del mañana, que aún cuando incipiente, desde los Altos de Chiapas y la selva Lacandona imagina un porvenir diferente para México y para el mundo.

8. Las perspectivas de que en este sexenio perdido y de retrocesos en todos los órdenes -y que todo mundo quisiera que ya se terminara- se pudiese alcanzar el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés y el establecimiento de una paz justa y duradera en Chiapas son prácticamente nulas, pues no existe voluntad política del gobierno para ello. Fox, además de ser el mandatario de intereses trasnacionales que ven en el zapatismo un obstáculo para el saqueo de los recursos básicos del país y que, como señala Danielle Mitterrand, no tiene "más interés y objetivo que el de la casta que representa", es, al igual que Zedillo, un individuo "sin palabra" en el que no se puede confiar (Reforma, 1Ɔ de enero).

9. Un gobierno así, además de todo, no puede entender la naturaleza de los problemas del país y, obviamente, es incapaz de darse cuenta de la magnitud que tiene el hecho de que por mandato de la Ley del 11 de marzo de 1995 está obligado a llegar a "un acuerdo de concordia y pacificación", que hasta la fecha no ha cumplido, y que busca ocultar tendiendo un retén militar y desinformativo a la realidad.

10. Las perspectivas del movimiento zapatista están situadas por ello más allá de la finitud sexenal y de los avatares de los gobiernos y de una clase política que no acaba de darse cuenta de que está de espaldas al pueblo. El cambio, nos lo dicen las comunidades zapatistas, está más allá de las controversias coyunturales: en las acciones que se gestan y desarrollan desde lo más profundo de la sociedad.