El fuego la palabra muestra que el sujeto de la historia es colectivo

Visión panorámica de la gesta del EZLN

En los próximos días el documental será exhibido en Oventic, Morelia y La Realidad

JAVIER MOLINA

San Cristobal de Las Casas, Chis., 1Ɔ de enero. Una muestra de las virtudes del trabajo colectivo es el documental El fuego la palabra (así se llama, sin puntuación, como un verso libre), editado por Alberto Cortés, Ramón Vera, Lucrecia Gutiérrez Mauponé, Ana Bellinghausen, Arturo Sampson y Jesús Ramírez con materiales diversos y en su mayoría inéditos.

''Algunos son de archivo o segmentos de otras películas -explica Cortés-, como Las compañeras tienen grado, de María Inés Roque, y La leyenda del subcomandante Marcos, de Carmen Castillo y Tessa Brisac, pero tal vez el grueso de las imágenes son de Jesús Ramírez, quien las hizo durante su labor periodística en Chiapas."

El documental fue realizado dentro de la campaña 20 y 10, el fuego y la palabra. Su estreno en Chiapas fue en el Café Museo de esta ciudad y en los próximos días será exhibido en Oventic, Morelia y La Realidad. Muestra que el sujeto de la historia es colectivo. ''Lo que queremos es invitarles a que vean lo que es la realidad, ha llegado el momento de despertar", dice un indígena zapatista al principio.

Génesis de un movimiento

La película recorre la historia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) desde su origen, que relata el subcomandante Marcos en las primeras imágenes, cuando eran seis integrantes, tres indígenas y tres mestizos y luego, en 1986, 12 combatientes, 11 indígenas y uno mestizo. ''El primer grupo de indígenas era gente de mucho nivel político, conocían las broncas de la izquierda..." Vemos el crecimiento, la maduración de la semilla, su desarrollo en el espacio y en el tiempo. Una sucesión de imágenes editadas, con mucho tino, unas en color y otras en blanco y negro. El color de la naturaleza, de la indumentaria, de la música y la pintura, de la danza y de la fiesta; el blanco y el negro de los días fríos y lluviosos de la represión. El incendio de casas, el robo de pertenencias, la huída a la montaña. El ánimo siempre dispuesto a seguir adelante. Una sucesión cronológica y también una simultaneidad de imágenes que logran transmitir la totalidad de un movimiento: sus avances, su movilización y su silencio.

Las mujeres que caminan en un puente colgante en la selva, las que participan en una asamblea, bailan en una fiesta. Marcos relata que se trata de un ejército que no es armado de fuera, que es un movimiento que se arma él mismo y que por eso su desarme es sin pensarlo mucho. Los vemos en el Palacio Municipal de San Cristóbal el primero de enero de 1994, hace 30 años, el aldabonazo a la conciencia de México que diría don Miguel León-Portilla. Marcos explica los tres grandes ejes del movimiento: fuego (armas), palabra (encuentro, diálogo, comunicados) y, la columna vertebral, el proceso organizativo, el desarrollo de la organización de los pueblos zapatistas.

''Desde la catedral -dice- más que diálogo con el gobierno fue con la sociedad civil". Vemos la construcción del barco del primer Aguascalientes, en La Realidad, cuando Marcos invita en su discurso: bienvenidos a bordo. ''La palabra como arma y también como punto de encuentro". Más adelante indica con un mapa que son 38 municipios los que abarca la ''zona de conflicto", casi la mitad de Chiapas.

El documental, producido por la revista Rebeldía, ofrece la visión panorámica de un movimiento y un punto de vista solidario, al mismo tiempo que objetivo. La marcha de los mil 111 indígenas a la ciudad de México en septiembre de 1997, la triste Navidad del mismo año, en Acteal, los diálogos en San Andrés, el total rechazo a los militares, las palabras que afirman: ''tenemos nuestras armas poderosas: la razón, la justicia y la dignidad".

La conciencia que se expresa el primero de enero de 2003, en un mitin efectuado en la Plaza de la Catedral de San Cristóbal: ''Debemos organizarnos como verdaderamente rebeldes y no pedir permiso para ser autónomos... sí conocemos el mundo y los planes que se hacen de muerte contra toda la humanidad, y también sabemos de sus luchas de liberación". Y desde luego ''no confiamos en el gobierno, mientras no haya cumplimiento de los acuerdos de San Andrés".

El trabajo para realizar El fuego la palabra fue colectivo, el trabajo que hacen los protagonistas es también colectivo, en el estudio y en la lucha, o bien construyendo caminos. Un camino que sigue como canta su corrido: ''Vamos, vamos, vamos adelante..."