JAZZ

Antonio Malacara

Un balance anual / I

SE FUE 2003, con el buen sabor de ver a los patriotas en primer lugar, con los legisladores mexicanos haciendo un ridículo espantoso, con los Reyes Magos que se fueron de Juárez a Hidalgo, con la influenza de Karina, y con un tecleador que no quiso hacer ni un resumen ni un top ten del jazz en México, prefiriendo hablar con los músicos (los que no andan de vacaciones) y preguntarles qué vieron de bueno, qué vieron de malo y qué disco de jazz mexicano disfrutaron más.

ALEJANDRO CAMPOS.- SIENTO que lo mejor del año fue el concierto del trío de Antonio Sánchez en el Teatro de la Ciudad; estuvo increíble. Lo malo es que sigue la falta de oportunidades para los que tocamos jazz; siguen las mafias que no invitan a todo mundo a sus festivales, ya tienen hecho un grupito de músicos y a ellos son a los que invitan siempre. En cuanto a los discos mexicanos, sólo oí el de salterio de Marcos Miranda, que fue mi alumno, y no me pareció del todo satisfactorio. ƑSabes qué otra cosa está muy mal?, que Elena Shoemaker, la que organiza el Festival de Jazz de San Miguel de Allende, no trata igual a los músicos mexicanos y a los extranjeros; a los de aquí no les da tanta atención, pero llega alguien de fuera y se va a hoteles cinco estrellas y cosas así. Eso no debe ser.

FRANCISCO TELLEZ.- LO bueno es que los jóvenes siguen haciendo sus proyectos y cada vez tocan mejor; entre ellos hay muy buenos músicos. Yo sigo luchando y así estaremos toda la vida. Lo malo es que hay un gran bloque que nos prohíbe pasar, es el bloque de las televisoras y los medios de comunicación en general; es un enemigo demasiado poderoso; los alumnos, los profesores y los profesionales, todos tenemos muchas ganas, pero no nos dejan salir, no tenemos modo de distribuir nuestro trabajo. Hay dos discos que me gustaron mucho, el de Cráneo de Jade (Pleione) y el de Muna Azul (Muna Azul), aunque el de estas muchachas no se puede conseguir en México, a mí me lo regalaron ellas.

ARTURO CIPRIANO.- EN el balance de Melchor, Gaspar y Santaclós, lo chinelo (chido) sería el surgimiento de músicos y agrupaciones en todo el país; la explosión informativa está transformando severamente el acercamiento al sonido y, consecuentemente, a las fusiones; se despertó la posibilidad de "sonar" en rincones como Lagos de Moreno, Culiacán, Huautla de Jiménez y hasta en Queretayork. En la parte gacha puedo poner la exoneración. El cidí que aventó a otro nivel este vacilón sonoro es el de la Banda Elástica: Ai Tencargo.

VERONICA ITUARTE.- PARA mí, lo bueno empezó con mi participación en el Seminario de Producción Radiofónica, que se realizó en la ciudad de Pachuca. Impartí el taller de Voz para radio. El encuentro con el trío Ethos fue maravilloso, juntos grabamos un disco que aparecerá en marzo. Cabezas de Cera nos sorprendió por su poder de convocatoria, su creatividad y su sencillez. Y por fin, me invitaron al décimo Festival de Jazz en Acapulco. De lo malo: un par de experiencias en Art Life y el Hard Rock Café, que me parecieron artísticamente enriquecedoras, pero financieramente pobres. Lo triste del año fue que Juan José Calatayud haya partido tan pronto; se fue a tocar con Chilo Morán y Nan Redi y todos los demás que nos dejan algo huérfanos. El disco que definitivamente me arrancó de la cotidianidad y la mecanicidad, fue el de Olivia Revueltas: Angel of Scissors UUFFFF!!!!!! Puedo escuchar cómo ha evolucionado no sólo como pianista y arreglista, sino como la
maravillosa mujer que es.

EMMANUEL MORA.- LO bueno es que el jazz nacional se ha consolidado como un movimiento verdadero, en el cual un número cada vez mayor de propuestas producen discos que están a disposición de la gente en más puntos de venta. Ya están sentadas las bases sobre las cuales podemos crecer. Aunque seguimos luchando en contra del bombardeo de los productos dirigidos a ventas masivas, y los obstáculos lógicos que tenemos gracias a la falta de interés o credibilidad. Quisiera destacar entre los muchos excelentes trabajos que este año surgieron, la grabación del disco de Los Dorados del Norte, pues éste es un grupo integrado por músicos jóvenes que, me consta, han dedicado a su proyecto mucho más que su talento y esfuerzo, dando como resultado una grabación fresca y propositiva que vale la pena conocer.