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México D.F. Sábado 3 de enero de 2004

Con Libro de Nadie ganó el Premio de Ensayo del FCE-Casa de América de España

González Dueñas: la imposición social soslaya la pregunta básica, Ƒquién soy?

Las raíces indígenas en México se extirpan con el cuidado de un cirujano, alerta

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 2 de enero. Libro de Nadie es el ensayo con el que el escritor mexicano Daniel González Dueñas obtuvo el Premio de Ensayo del Fondo de Cultura Económica (FCE) y la Casa de América de España, pero además es un escrito en el que el autor reflexiona sobre el lenguaje, la identidad, la decadencia de la humanidad y la eterna pregunta respecto del ''yo".

González Dueñas (DF, 1958) demuestra en el libro su capacidad para alimentarse de las más diversas expresiones artísticas e intelectuales del ser humano: la filosofía, la lingüística, la literatura, la pintura, el cine, el teatro, la música y de todo aquello que ha ido formando lo que él llama el arquetipo de ''Nadie".

Esa figura, la de Nadie, es también el origen de la reflexión -o hallazgo- que defiende con vehemencia: ''Hay dos formas de ver la figura de Nadie: una es la aterradora, la que se usa como espantajo social y que implica la ausencia de identidad y la evasión total; la otra significa la posibilidad máxima del individuo, es el segundo nacimiento del que habla la Kabala. Decir soy Nadie puede ser dicho con angustia y espanto extremo, pero también con humildad y transparencia, lo que es el primer paso para iniciar la propia construcción como Alguien".

Lejos del academicismo

En entrevista con La Jornada, González Dueñas reconoció que en su ensayo no aspira a la rigurosidad del ''academicismo", que a su juicio significa ''la muerte del conocimiento". Por eso Libro de Nadie es, explica su autor, el resultado de una dilatada reflexión que evoca, como punto de partida, sus reiteradas lecturas de La Odisea, en concreto del episodio del ''cíclope herido", que se convirtió después a los ojos de Dueñas en la ''metáfora" que más se ajusta al arquetipo de Nadie.

''Así como no hay dos formas individuales de asumir este cuestionamiento de la identidad, creo que también cada cultura lo asume de forma distinta; en Grecia está representada como en una autoafirmación en negativo, pues hay que recordar que Odisea se puede decir también Libro de Odiseo y, al mismo tiempo, Odiseo tiene una similitud fonética enorme con Nadie, pues en griego nadie es Oudéis, por lo que el verdadero título de La Odisea es Libro de Nadie.

''Sin embargo, quiero aclarar que yo no pretendía trabajar desde el academicismo, porque creo que eso es la muerte del conocimiento, que para mí es unidad y no separación. En una parte del libro hablo de cómo se ha llegado a odiar el colectivismo a raíz de la aparición del nazismo, que provocó que todo lo que fuera colectivo se proscribiera y se volviera aterrador, como sucedió poco tiempo después con el comunismo.

''Es decir, todo lo que es colectivo se vuelve sospechoso, se destierra y se sataniza de la vida social. Y es ahí donde resulta vital el gran llamado de Nadie, que es un vaso comunicante que permite sentir la humanidad y que nada de lo humano resulte ajeno, mientras que cuando se es Alguien se va separando de lo humano. Por eso en la figura de Nadie lo que más miedo suscita es la colectividad y que encuentra dentro de uno la resonancia de la humanidad", manifestó Dueñas, también autor de La llama del aceite del dragón de papel (Era, 1996).

Poesía, esencia de todas las artes

Respecto de la segunda visión de esa ''figura arquetípica" que propone como búsqueda de la identidad individual, Dueñas describió: ''Nadie no es una cárcel, ni una condena, sino un trampolín y quizá sea la opción más alta del individuo para que se conciba a sí mismo como una obra de arte. Eso es tarea de toda la vida. Creo que es la anagnórisis, el reconocimiento del destino, que invariablemente la sociedad lo va retrasando al prometer siempre y por todas partes otras vías para ser Alguien, pero desde una forma vampírica. Y creo que no hay otro Alguien más que el que uno mismo construye, y también pienso que la única forma de salvación posible es mediante la autoconstrucción como Nadie, de la indagación de nuestra propia identidad y eso es algo muy subversivo, pues cuestiona los grados sociales que nos imponen sin tregua desde la autoridad".

-En el ensayo asevera que Nadie tiene dos cuerpos: el propio cuerpo y el lenguaje, Ƒcómo llega a esa conclusión?

-Intenté hacer un libro lo más conciso posible para que no derivara en academicismos y, por tanto, tuve que usar generalizaciones. Por eso digo que en Nadie existen el cuerpo físico y el segundo cuerpo, que es lenguaje. Los dos son reales, pues me basé, en parte, en las teorías del constructivismo social, ya que me interesa mucho esa idea de que construimos la realidad por medio del lenguaje, pero no sólo la realidad sino nuestra realidad personal. Sin embargo, el lenguaje, un atributo esencialmente humano, es una de las mecánicas más contaminadas por el poder social, que nos orilla a crear una apariencia de nosotros mismos que sea tan sólida como un objeto, como una escoba.

-Usted sostiene que el lenguaje es también una vía para llegar a ser Nadie.

-Todo es bipolar en este ensayo, puesto que el lenguaje puede servir para sumirse en ese engranaje, pero también puede ser lo contrario y he ahí lo subversivo y lo que explica que el gran territorio de Nadie es la poesía, que permite construir desde cero el propio cuerpo. Si uno se acerca a la poesía o a la utilización del lenguaje hay una posibilidad única para exorcizarse de falsas personalidades. Por ejemplo, hace poco leí el lema ''quien está solo no tiene personalidad", y esta frase me parece clarísima sobre la imposición de la realidad social en la que vivimos y que soslaya la pregunta básica de quién soy yo.

''Pero la poesía dice que Yo -o como se le quiera llamar- es un proyecto abierto, un desafío y un reto; por tanto, no es un hecho que viene implícito al nacimiento. Esa es una enseñanza del poeta, que crea y construye al mundo desde cero mediante la búsqueda de su Yo. A eso me refiero cuando afirmo que la salvación puede estar en la poesía, pero la poesía entendida no como género literario sino como esencia de todas las artes."

Recurrencia a ''la voz pasiva''

Daniel González Dueñas, también autor de los ensayos Méliès: el alquimista de la luz y Las figuras de Julio Cortázar, sostiene que el poder ha adoptado un lenguaje desde el que somete a la sociedad, que se basa esencialmente en la permanente utilización de ''la voz pasiva".

''Sé que los especialistas me van a decir que estoy alucinado y lo acepto, pero creo que así es. Los políticos o los decretos religiosos dicen se prohíbe, se dice o sentencias similares que suenan como a un gran juicio supraindividual y rotundo. Y aquí el poder se atribuye las potencialidades de la figura de Nadie desde el arquetipo de la divinidad, es decir, que baña del poder divino a la sociedad por medio de la voz pasiva. Y quien lo hace se viste de los ropajes de la divinidad; una celebridad, político o líder religioso, se alimentan de lo mismo que requiere un santo o un profeta: de la fe en la que se supone que hacen un puente entre Dios y los hombres para que no se sientan tan solos. Pero ahí están otra vez los dos polos de Nadie, ya que Nadie también es Dios."

-En una parte del ensayo también se refiere a la opresión del indígena, otra vez mediante el lenguaje.

-Es el caso del Nadie despojado de su colectividad. Todo pueblo indígena ha sufrido permanentes ataques contra su raíz colectiva bajo la idea de que para ser útiles tienen que cambiar de identidad y de raíz, y en el caso de que no puedan o quieran cambiar, entonces les hacen desaparecer. Vivimos una época en la que todos los pueblos indígenas, todas la raíces milenarias, están siendo aniquiladas. Oriente se occidentaliza a una velocidad pasmosa, las etnias y sus creencias cada día son más vistas como simples supersticiones, superchería, exotismo o folclorismo. En México es muy claro: el carácter individual y colectivo de los indígenas, con sus raíces, tradiciones y sabiduría, está siendo extirpada con el cuidado de un cirujano. Esas ideas de progreso, evolución y desarrollo son fantasmas ilusorios de la modernidad de Occidente. Y si no hacemos nada o no hay una subversión que parta de los terrenos del alma hacia los de la cotidianidad, no creo que vaya a pasar nada positivo en la humanidad e iremos hacia un mundo maquinal y sin alma.

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