|
Alaíde:
Acaban de llegar a México en un breve viaje en busca de solidaridad,
tres muchachas, indígenas, campesinas, guatemaltecas. Guadalupe,
de 22 años, María de 15 y Celia de 13. Dos adolescentes
que sin embargo han tenido ya ocasión de participar activamente
en la lucha del pueblo de Guatemala. Vamos a hacerle unas preguntas a
Guadalupe (Guadalupe es en realidad Rigoberta Menchú).
Las tres pertenecen al Comité de Unidad Campesina, conocido en
Guatemala como el C.U.C., una de las organizaciones más activas
y combativas en el campo y en general dentro de la lucha que se lleva
hoy en Guatemala. Guadalupe, ¿qué es lo que las ha llevado
a ustedes, tan jóvenes a este compromiso tan importante y a participar
particularmente en el C.U.C.?
Guadalupe: Nos ha llevado el sufrimiento, el dolor que miramos a nuestro
pueblo, principalmente el C.U.C., que es un comité de campesinos
donde participamos, la mayor parte indígenas, pero también
compañeros ladinos pobres. Todos los pobres participamos en esa
organización.
Alaíde: ¿Cuándo nació esta organización?
Guadalupe: Nació el año 1978.
Alaíde: ¿Y más o menos cuántos miembros agrupa
la organización?
Guadalupe: El C.U.C. tiene comités locales, en caserías,
aldeas, en pueblos, incluso en la ciudad donde hay gentes que participan,
pobres, en la lucha que quieren superarse en la situación en que
vivimos.
Alaíde: El C.U.C. siempre ha participado en todas las manifestaciones
de protesta, siempre ha estado presente. ¿Qué participación
tienen las mujeres en el C.U.C.?
Guadalupe: Nosotras las mujeres participamos igual que el hombre porque
miramos antes que los hombres protestaban y luchaban en contra de las
injusticias que hay en el país. Pero miramos que ya no aceptan
la palabra del hombre porque no la escuchaban. Entonces pensamos nosotras,
las mujeres, participar reclamando también nuestros derechos.
Alaíde: ¿Y crees que se escucha más la palabra de
la mujer?
Guadalupe: En un principio sí. Cuando nosotras empezamos a hablar,
el asesino Lucas, aunque no resolvía nuestros problemas, pero no
era tan fácil que nos matara. Pero ahora, desgraciadamente que
en los últimos tiempos nos han matado pues a hombres y mujeres
porque ven la lucha que va igual.
Alaíde: ¿Ha habido muchas víctimas también
entre las mujeres?
Guadalupe: Muchas. Tanto los hombres como las mujeres. Tenemos el ejemplo
de la Embajada de España. Tenemos muchos compañeros y compañeras
que cayeron allí, que el mismo Lucas mandó a asesinarlos
con su ejército.
Alaíde: Guadalupe se refiere a un hecho que fue muy conocido en
el extranjero. Incendio en la Embajada de España donde un grupo
de campesinos del Quiché había ido para plantear sus necesidades
y reclamar sus derechos. Fueron cinco las mujeres que murieron en la embajada.
Estos campesinos pertenecían a la región del Quiché,
a la misma a la que pertenecen dos de las muchachas aquí presentes,
Guadalupe, con la que estamos hablando en este momento, que es de Quetzaltenango.
María, ¿qué nos puedes decir de tu tan temprana participación?
Quince años y ya participando. María habla muy poco español
pero nos puede decir algo que Guadalupe nos puede traducir.
Ellas hablan en quiché.
Guadalupe traduciendo lo que dice María en quiché: Dice
que ella ha
sentido orgullo de participar en esta edad porque el asesino Lucas ha
matado a muchas gentes, principalmente en el Quiché. Entonces sintieron
la necesidad de participar también como jóvenes en la lucha
y que tienen
ideas para formar un pueblo libre. Dice que ella desde hace dos años
empezó a participar en la organización y que su participación
también ha
sido tomada en cuenta en las luchas.
Alaíde: Vamos a preguntarle algo también a Celia, que es
la más
chiquita, nadamás trece años. ¿Desde cuando está
ella en estas luchas y
en estas andanzas tan difíciles?
Guadalupe traduciendo lo que dice Celia: Dice que ella tiene muy poco
tiempo de empezar. Empezó hace un año, así con la
gente, dando
testimonio y dice que va a seguir dando testimonio de todo el
sufrimiento que ha tenido la zona del Quiché.
Alaíde: No puede haber empezado hace mucho más tiempo puesto
que solo
tiene trece años. Celia, ¡sonríe! Las tres tienen
unos preciosos ojos
almendrados que se conmueven cuando hablan de estas cosas. ¿Han
tenido
ustedes víctimas en la familia?
Guadalupe: Sí. Hemos tenido víctimas.
Alaíde: ¿Muy cercanas?
Guadalupe: Sí. En la familia, incluso primos, sobrinos, hasta hermanos
han caído.
Alaíde: ¿Y sus padres están de acuerdo con la participación
de ustedes?
Guadalupe: Están de acuerdo. Principalmente nosotros hemos aprendido
de
ellos también, tanto en la situación que en los padres.
Ellos crecieron
buenos catequistas y en eso empezó la represión en contra
de todos los
cristianos guatemaltecos. Entonces así empezamos más a organizarnos,
a
buscar otras soluciones donde nosotros podemos defendernos.
Alaíde: En la zona del Quiché, la iglesia Católica
ha sido
particularmente reprimida. Tanto que obligó a una retirada, llamémosle
así, encabezada por el obispo que se vió obligado a cerrar
las iglesias
ya que, como lo acaba de decir Guadalupe, los catequistas por el hecho
mismo de tener una formación mayor, de estar más capacitados,
eran
también los más señalados, los más amenazados
por la represión. Al
referirse Guadalupe a los padres catequistas, está refiriéndose
a una
situación muy particular que se ha dado en estos últimos
tiempos en
Guatemala.
Cuando ustedes hablan de testimonio, ¿a qué se refieren
y ante quién
testimonian? Aparte de que lo están haciendo en este momento.
Guadalupe: En primer lugar, ante quién damos testimonios: principalmente
al pueblo de México y al presidente de acá también,
que necesitamos
solidaridad. Damos testimonios para que otros pueblos nos apoyen, nos
ayuden a resolver nuestros problemas. Porque allá, principalmente
en
nuestras zonas, necesitamos muchas cosas, necesitamos dinero,
necesitamos ayudas, apoyo desde el exterior y también necesitamos
medicinas. Necesitamos de todo por estos motivos: porque el asesino Lucas
en estos últimos días, pues todos los campesinos de tanto
como el Quiché, en todos los departamentos de Guatemala, más
en las comunidades lejanas que existen en las montañas, ya no deja
que compren sus cosas. Ya no deja que compren medicinas y que quiere que
se
acaben los indígenas muriéndose de hambre. Entonces, nosotros
ante todo eso, queremos conseguir un apoyo, una ayuda, como le decía,
económicamente o en otras cosas que nos pueden ayudar, no solo
ustedes pero todo el pueblo de México.
Alaíde: Bueno, yo creo que esta demanda, esta solicitud de solidaridad
y de ayuda, es escuchada en este momento por muchos que nos escuchan y
desde luego quien desee de alguna manera manifestar esta ayuda podrá
dirigirse a Radio Universidad que podrá transmitir a quien corresponda
para poder enviar esta ayuda a Guatemala.
Puesto que el C.U.C., que se define, Comité Unidad Campesina, como
tal, quisiera preguntar y ahora justamente esta referencia que acabas
de
hacer de la falta de alimentos incluso, ¿qué influencia
ha tenido la
represión, la lucha, en lo que son las cosechas, el trabajo en
el campo?
¿Cómo se ha visto obstaculizada la producción?
Guadalupe: Ahora en estos tiempos y desde tiempo que ha empezado la
lucha, lo que nosotros perseguimos más es un salario justo y también
una
igualdad. Que nos traten bien, que nos atienden bien en el trabajo. Y
ahora el C.U.C. ha logrado un mínimo salario de tres quetzales
y veinte
centavos.
Alaíde: El quetzal equivale al dólar, así que este
triunfo todavía
representa un salario bastante bajo. Quisiera tal vez que hicieras una
referencia al momento en que se obtuvo, a esa gran huelga en que
participó precisamente el C.U.C.
Guadalupe: Tenemos la participación en abril, en este año,
en la costa
sur de Guatemala. Por allí unos cuatro mil campesinos reclamaron
de su
salario y que fueron muchos asesinados, amenazados, secuestrados, pero
también lograron ese salario que acabo de decir.
Alaíde: ¿Cuánto tiempo duró la huelga?
Guadalupe: Duró como un mes o más.
Alaíde: ¿En qué medida participaron las mujeres en
este movimiento?
Guadalupe: Pues participamos igual que los hombres.
Alaíde: ¿En número también?
Guadalupe: Sí. Allá ya no tenemos división entre
mujer y hombre, ni
niños ni jóvenes. Sino que tenemos palabras hombres, mujeres
y niños
Entonces en esa huelga participamos todos, reclamando nuestros derechos
y nuestro salario justo, por medio de huelgas, manifestaciones,
recorriendo calles y también en actividades donde paramos buses.
Alaíde: Yo creo que sobre este tema me gustaría que volviéramos
a
hablar. Realmente esta hazaña que están realizando las mujeres
dentro
de la gran hazaña que realiza el pueblo de Guatemala, merece un
comentario más largo y le vamos a pedir a las compañeras
reanudar el
diálogo para la semana próxima. Muchas gracias.
|