Los programas sociales, sólo un paliativo que no ofrece solución de fondo, asegura

Necesario, PIB de 4% para abatir la marginación, dice investigador del IIE

La reducción de carencias alimentarias es producto de remesas, no de la política oficial, afirma

En México es necesario un crecimiento económico de por lo menos 4 por ciento para poder detener el incremento de la pobreza generado en años recientes, sostuvo Adolfo Sánchez Almanza, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

"País que tiene sumido en la miseria a más de la mitad de su población, no tiene viabilidad", sentenció el investigador, quien agregó que las cifras oficiales sitúan a 51 por ciento de los mexicanos por abajo de la línea de pobreza.

Si bien reconoció que la aplicación de algunos programas sociales, como Oportunidades, ha permitido cierta mejora en las condiciones de vida de la población en extrema pobreza, "sus resultados son limitados, porque el efecto es generacional y su aplicación es un paliativo, que no ofrece solución de fondo".

Sánchez Almanza, coordinador del seminario de economía urbana y regional del IIE, aseguró que "si acaso hubo una reducción de la pobreza alimentaria, como afirma el gobierno federal, no es resultado deliberado de una política de gobierno, sino de la suma de diversos factores, como el envío de remesas, de las cuales se ha comprobado que 70 por ciento están destinadas al consumo de alimentos".

Un análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre las condiciones de pobreza en la región indica que en los años recientes no sólo se han incrementado los índices de indigencia y pobreza, "lo que se traduce en un número mayor de personas con niveles de vida insuficientes", sino que, de seguir el estancamiento del crecimiento económico de la región, no se podrá cumplir con la meta de reducir en 50 por ciento la pobreza extrema en 2015.

Los países latinoamericanos, afirma el estudio, no sólo experimentan un avance insuficiente hacia la meta en la reducción de la pobreza extrema, "sino que en muchos casos ésta empeoró en el periodo 2000-2002", ya que en América Latina 18.5 por ciento de la población es extremadamente pobre, mientras que 58 por ciento de los latinoamericanos se encuentra en algún grado de desnutrición.

Con esta perspectiva, reconoce la Cepal, "el cuadro no es alentador, pues a pesar de que en 2015 probablemente se registrarán avances en cuanto a la reducción del hambre, cuatro países no lograrán la meta de desnutrición infantil, y posiblemente 10 de los 23 no alcanzarán a elevar la disponibilidad de alimentos, y con ello reducir la cantidad de desnutridos a la mitad".

Sistema injusto: Arizmendi

Por otra parte, en la homilía, adelantada a la presnsa, que leerá este domingo Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de las Casas y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Indígena, califica de "injusto y excluyente de los pobres" al sistema político y económico en el país, toda vez que la población sumida en la pobreza no se reduce, "sino que se eleva a porcentajes vergonzosos", por lo que, afirma, es necesario fortalecer la opción preferencial por los pobres.

Hace 10 años, con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, se decía que nuestro país entraría de lleno en el primer mundo, pero una prueba de que quienes viven en el campo "se han empobrecido en forma desorbitada, es que la migración no se ha detenido, a pesar de las barreras inventadas por Estados Unidos".

Ante el deterioro de las condiciones de vida de miles de mexicanos, asegura que "si alguien desprecia y explota a los marginados, en vez de amarlos, compartirles su tiempo, sus capacidades y sus bienes, no es un verdadero cristiano", y reitera que la atención a este sector no debe ser "oportunismo político, sino congruencia cristiana y fidelidad al Evangelio". LAURA POY SOLANO