MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

2004, otro año de recuperación y crecimiento, según Fox

El gobierno sigue esperando el maná de EU

DECRETO PRESIDENCIAL DE por medio, amén de establecer que "el empleo es el tema del año", el inquilino de Los Pinos ya determinó que 2004 "será el año de la recuperación y el crecimiento de la economía" -se supone que la mexicana.

PODRIA INFERIRSE QUE los anteriores forman parte de los nuevos compromisos del presidente Fox para el ejercicio fiscal que comienza, pero no, no es así: en realidad son dos de los recurrentes clichés de la retórica oficial utilizados por el mandatario desde el inicio de su administración.

AYER REPITIO QUE "gracias a una política económica responsable, a las medidas para fortalecer el mercado interno y al favorable contexto internacional", 2004 y maná serán un mismo concepto. Así que šmexicanos, preparaos!

LO ANTERIOR RESULTA OBVIO, dijo, porque "así lo demuestran indicadores como la mejoría en el empleo registrada los dos últimos meses de 2003, la expansión del índice general de actividad económica, que aumentó 2.1 en noviembre, y el crecimiento de las exportaciones de más de 10 por ciento en diciembre... También se refleja en el crecimiento de la industria maquiladora de 8.5 por ciento en diciembre, del campo de 10 por ciento en el mismo mes o 2.4 por ciento al año, y de la construcción y la vivienda de 3.4 por ciento". La anterior forma parte de la numeralia, contabilizada por la aritmética del "cambio", es decir, la que siempre suma, nunca resta.

EL DISCURSO PRESIDENCIAL en materia económica fue elaborado en el contexto de las propuestas de campaña y de allí no se ha movido, y algunas perlas del "cambio" nos ofrecen el contexto:

EN MAYO DE 2001 presumía que "la economía de México está más fuerte que nunca", aunque un mes después se vio en la penosa necesidad de matizar: "hemos planteado desde el principio de este gobierno un crecimiento para el año de 4.5 por ciento, que ha sido ajustado a ser al final de entre 2 y 2.5 por ciento, pero este ajuste es sólo temporal". A pesar de ello, "la economía mexicana se mantiene sólida y con excelentes perspectivas", aseguraba.

EN NOVIEMBRE DE ese año (es decir, tres recortes presupuestales después), el inquilino de Los Pinos promovía, urbi et orbi, que su gobierno "tiene buenas cuentas que rendir a los mexicanos... Estamos cerca de iniciar un gran despegue económico, šno quitamos el dedo del renglón! Aprovechemos este momento para cerrar filas y hacernos más fuertes, para afianzar a México como una historia de éxito en este siglo". Como muestra de las "buenas cuentas" y del inicio del "gran despegue", ese año el producto interno bruto cayó 0.3 y decenas de miles de empleos se cancelaron.

AUN ASI, UN MES DESPUÉS el presidente Fox subrayaba que la economía mexicana "ha pasado del lugar undécimo al noveno entre las mayores del mundo", y resaltaba que en su primer año de gobierno se obtuvieron "logros que no se habían visto en décadas", que vislumbraban mejorías concretas en el nivel de vida de los mexicanos o, si se prefiere, reducción de la desigualdad imperante en el país. A pesar de sus insistentes invocaciones, la madre Tonantzin no acudió en su auxilio, con todo y que su gobierno "tiene rumbo" y que no es válido "apanicarse" por un "atorón transitorio".

CON EL ESPIRITU Y LA creencia de que "la economía de México está más fuerte que nunca", arrancó 2002, año en el que la recesión interna y externa se mostraba a plenitud. Sin embargo, el inquilino de Los Pinos anticipaba lo que nadie en el planeta, y en septiembre visualizaba "una luz al final del túnel" que "anuncia el regreso del crecimiento económico", lo que, desde luego, no sucedió.

CON RENOVADA FORTALEZA, a lo largo de 2003 se aferró a su proyección original sobre crecimiento económico (3 por ciento), a pesar de que organismos públicos y privados, nacionales y extranjeros, amigos y enemigos, la redujeron en más de la mitad. El presidente Fox no escuchó, mucho menos leyó, las advertencias, y reiteraba que "hay indicios consistentes de que México está entrando en un proceso de recuperación económica, favorecida por la estabilidad económica, política y social", aunque poco a poco cedió: "Se habla de que puede terminar (2003) la economía en uno por ciento (de crecimiento), yo pienso que va a terminar más cerca del uno y medio por ciento".

EN LOS HECHOS, EL "crecimiento" económico promedio en la primera mitad del espirituoso y optimista gobierno del "cambio" ha sido de un fastuoso 0.6 por ciento anual, el más reducido, para un periodo igual, la década de los 30.

A TODAS LUCES RENOVADO, el presidente Fox inicia el año decretando que 2004 "será de la recuperación y el crecimiento de la economía", amén de que "el empleo es el tema". Para el inquilino de Los Pinos el problema es que el día que, en efecto, la buena noticia trascienda el discurso -si es que llega-, nadie lo va a creer.

PARA FORTALECER LA TESIS presidencial, el INEGI informó ayer que de enero a noviembre de 2003 el personal ocupado en la industria manufacturera de la transformación cayó 3.9 por ciento y las horas trabajadas 4.3 por ciento. Las remuneraciones medias reales se elevaron 1.3 por ciento: los salarios pagados a obreros aumentaron 1.7 por ciento y los sueldos pagados a empleados 0.6 por ciento, mientras las prestaciones sociales se redujeron 0.1 por ciento.

SOLO EN NOVIEMBRE, el personal ocupado en este sector industrial se redujo 3.8 por ciento en relación con igual mes de 2002: el número de obreros disminuyó 4.3 por ciento y el de empleados administrativos 3.1.

EL INEGI PRECISO QUE la caída anual en el empleo se observó en todas las actividades económicas que integran el sector manufacturero de la transformación; entre otras, productos metálicos, maquinaria y equipo se contrajo 7.6 por ciento; textiles, prendas de vestir e industria del cuero, 6.7; sustancias químicas, derivados del petróleo, productos de caucho y plásticos, 3.8; industria de la madera y productos de madera 3.6; papel, productos de papel, imprentas y editoriales, 2.7.

Las rebanadas del pastel:

AL PASO QUE VA, en este año de nuestro Señor 2004 la Iglesia católica tipificará la masturbación no sólo como un pecado, sino como un acto de genocidio

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