El negro pasado de Carolina

Houston, 30 de enero. Hasta que el interés por el Super Bowl cayó en Panteras de Carolina esta semana, el jugador más conocido del equipo era un receptor encarcelado y de lo que más se hablaba era de su peor campaña en la competencia.

El domingo la franquicia tendrá la oportunidad de olvidar años de dolor si derrota a Patriotas y consigue su primer campeonato.

Un triunfo sobre Nueva Inglaterra, favorito para quedarse con el título, podría ser el toque final de uno de los más destacados cambios de rumbo en la historia de la NFL.

Dos temporadas atrás Carolina era el centro de los chistes de los comediantes. Pero los seguidores del equipo no encontraban la gracia en la serie de tragedias y reveses que debían soportar.

Rae Carruth, uno de los favoritos de las Panteras, verá el partido en prisión después de ser declarado culpable de una conspiración para matar a su novia embarazada.

En tanto, el acarreador Fred Lane murió hace tres años después de que su esposa le disparó en una pelea doméstica.

Kerry Collins, el primer elegido por la franquicia en un draft, superó sus problemas de abuso de alcohol para alcanzar el Súper Tazón, pero no con Carolina, sino que llegó a ese partido con Gigantes de Nueva York en 2001 tras ser despedido de las Panteras.

En 1998 el linebacker Kevin Greene fue suspendido un partido por atacar al asistente técnico Kevin Steele, mientras el recibidor Steve Smith también fue castigado después de romperle la nariz a un compañero.

Hasta en estos días, al borde de su mayor logro, Carolina encuentra difícil dejar atrás su pasado negro. Tocó fondo en 2001, cuando terminó la temporada con una sola victoria.

Con la franquicia en el peor momento, el dueño de las Panteras, Jerry Richardson, contrató al técnico John Fox, quien con trabajo duro y responsabilidad transformó a un grupo de revoltosos disfuncionales en finalistas del Super Bowl.

"Encontré un grupo con mucha voluntad que venía de 15 derrotas consecutivas. Tenían ganas de intentar cualquier cosa", expresó Fox. REUTERS