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México D.F. Lunes 2 de febrero de 2004

ENTREVISTA /CARLOS MONSIVAIS, ESCRITOR Y PERIODISTA

El PRI, un aparato a la deriva en venta de garaje

"LOS PRIISTAS SON Y SERAN INCONFIABLES POR FRAUDULENTOS"

En el imaginario priísta, dice este analista clave de la realidad mexicana, el Presidente de la República -surgido, obviamente, de las filas del partido- lo era todo. Por eso es que al perder esa posición, el tricolor "extravía, diluye o malbarata los restos de su esencia"

MIREYA CUELLAR

Carlos Monsiváis tiene definiciones muy contundentes sobre el PRI. ¿Qué fue el partido tricolor?: "La fortaleza de los puestos grandes, medianos y pequeños. Militar en él era un seguro de vida y de los mil empleos contiguos".

¿Qué es el PRI?: "En el mejor de los casos es una venta de garaje de las maniobras, las actitudes y los discursos que alguna vez tuvieron éxito. En el peor es, por medio de sus diputados, senadores y gobernadores, la exhibición sintética de su historia", sostiene.

Por todo lo anterior, para este analista fundamental de la historia contemporánea del país, "en el Congreso los priístas son y serán inconfiables por fraudulentos". En una amplia entrevista con La Jornada, Monsiváis reflexiona sobre lo que ha sido el PRI y cómo "sin la Presidencia en su haber, extravía, diluye o malbarata los restos de su esencia".

En diciembre de 2003 y un poco antes, desde el 3 de julio de 2000, "el PRI es un aparato a la deriva, desprovisto del Dueño de los Destinos, el Presidente de la República. Ante la ausencia de ese juicio inapelable se aclaran las trapacerías y el ansia de impunidad, mucho más visibles por no oscurecerlos el favor presidencial. Al hablar de la ausencia del jefe máximo no evoco lucidez histórica o los aciertos garantizados de dichos señores, sino sólo las potencias del autoritarismo. Los presidentes solían carecer de puntos de vista; la prueba patética y autoparódica es Ernesto Zedillo, pero en el imaginario priísta el Presidente lo era todo: la última palabra, el estilo de gobernar, (sinónimo de la continuidad del capricho), el monopolio de las decisiones, la inauguración permanente de la historia, el close up de la prosperidad a escala. Al irse del mobiliario del PRI la silla presidencial, y deshaciendo la metáfora, los priístas se quedaron sin dónde sentarse, porque la Presidencia era la tierra firme.

"Hoy el PRI es la asamblea de trayectorias penosas y clientelas, de golpes bajos, de nacionalismos truncos, de comprensiones a medias de la realidad, de modernidad consistente en viajes a Disneylandia y tecnología doméstica, de lenguaje que nunca escuchan quienes lo emiten. En el mejor de los casos, el PRI es una venta de garaje de las maniobras, las actitudes y los discursos que alguna vez tuvieron éxito. En el peor es, por medio de sus diputados, senadores y gobernadores, la exhibición sintética de su historia."

-¿De qué manera el PRI es distinto a lo que fue como partido en el poder? ¿Lo que está ocurriendo es resultado de su nueva situación?

-Las dos preguntas se contestan solas y también requieren de las explicaciones un tanto prolijas que aquí apenas apunto. El PRI anterior a 1997 sabía afianzadísimos los resultados del porvenir y por eso los problemas y las frustraciones, y los éxitos, eran casi siempre internos. El PRI era la fortaleza de los puestos grandes, medianos y pequeños, y militar en él era un seguro de vida y de los mil empleos contiguos. Sin la Presidencia en su haber, el PRI extravía, diluye o malbarata los restos de su esencia. Ya pasó el tiempo de frases a la López Mateos: "A mi izquierda y a mi derecha está el abismo". Ahora, a su izquierda y a su derecha se puede contemplar el abismo donde yace el partido sin voluptuosidad alguna.

"Un partido sólo hecho para la obtención interna, cortesana y truculenta del poder no entiende debidamente que, en efecto, vive una nueva situación. Lo más lúgubre del PRI actual -y me atengo a las pruebas inacabables- es su creencia: sueña con recuperar la Presidencia gracias a los métodos de antes, como si no hubiese desarrollo crítico ni sociedad civil, ni globalización, ni altermundismo, ni experiencia histórica de lo que es el PRI. El partido se concibe en la pesadilla de la derrota y se convence de su regreso apuntalado por el control de las clientelas. No way, como dirían los tecnócratas. El que se fue a la orilla perdió la Silla. Y esto lo digo como homenaje a la manía refranera de priístas y panistas".

-¿El PRI ha sabido ser oposición en el Congreso? ¿Cómo tendría que ser?

-Lo que debería hacer el PRI en el Congreso es un asunto que no me compete, porque respeto la habilidad de los priístas para desprestigiarse por sí mismos. ¿Han sabido ser oposición? A su manera y de acuerdo con su trayectoria. Y aquí el problema es que su manera y su trayectoria desembocan en algo semejante a la fraudopatía, la pulsión del fraude. A Fox y Creel, los licenciados Roberto Madrazo y Emilio Chuayffet les mintieron no para ganar tiempo, sino porque no podían evitarlo, estaba en su naturaleza, como la fábula de Orson Welles en Mister Arkadin del sapo y el escorpión que cruzan el río; a Pablo Gómez y el PRD Chuayffet y Madrazo los engañaron asegurándoles que votarían los 2 mil 500 millones de pesos del techo de la deuda del Gobierno del DF, y lo hicieron con tal de allanarle el camino a Madrazo en 2006 (digo, es un decir), y porque al hacerlo se cercioraban de su astucia. "¡Qué regocijo! -alegan ante el espejo-. Engañamos a todos, y si nos critican como lo han hecho los empresarios, nos ponemos de pie y cantamos el Himno Nacional durante cinco horas y a ver si soportan. Además, seguimos ganando". ¡Qué hábiles, de veras, Madrazo, Chuayffet y los suyos! Le quitan su buen nombre a la transa.

"En el Congreso los priístas son y serán los inconfiables por fraudulentos. Desde luego, se asirán a las fórmulas nacionalistas y declararán su amor por el subsuelo y se rasgarán las vestiduras en jaripeos y fiestas identitarias, y le dirán al pueblo cómo lo salvaron (al pueblo y a las grandes farmacéuticas) con la eliminación del IVA. ¡Qué vigor de trapecistas! Como se saben asilados en el descrédito, su meta actual es reivindicar el desprestigio. Y que les vuelvan a creer Fox, Creel y Pablo Gómez, que para eso están."

-La disputa Gordillo-Madrazo se da -cuando menos ese es el único argumento de fondo que les hemos oído- porque la maestra quiere cogobernar y Madrazo dijo que no tienen por qué hacerle el trabajo al gobierno.

-La disputa entre la profesora Elba Esther Gordillo y Roberto Madrazo se da, y ésta es mi hipótesis un tanto deflacionaria, porque han acumulado demasiado poder y, fuera del gozo de sus mil y una noches con palacios y cortes y discursos malamente aprendidos, nunca han percibido los usos del poder como técnicas de gobierno y administración pública. A Tabasco, una prueba son los 220 millones de dólares de gastos de campaña, Madrazo la convirtió en la típica "Insula Desbarataria", y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) la profesora Gordillo lo ha gobernado con el ímpetu caciquil tan desastroso para el gremio y tan afortunado para el equipo de saqueadores. En síntesis, del verdadero gobierno ambos lo ignoran todo, porque su sabiduría y su experiencia dependen por entero de la metodología para retener el poder, no para ejercerlo en beneficio de las comunidades respectivas.

"A estas trayectorias les llegó su fiestecita con sede en Los Pinos y en la Cámara de Diputados. A la maestra le pareció bien aliarse con Fox porque allí estaban los símbolos del poder (bueno, los restantes), y a Madrazo le encantó enfrentar a Fox para ganar fama de valiente (esa sí es buena, certificar la bravura mediante la crítica a Fox, una tarea para Hulk o Frodo). Y se pelearon no por razones ideológicas, sino porque ambos querían el poder para guardarlo en una caja fuerte, salvo en lo relativo a ceremonias y 'gastos de representación' (allí cabe todo y todo alcanza para varias generaciones). Ah, y a la maestra se le olvidó que Madrazo es de la especie tan escrupulosa ideológicamente que no tiene convicciones para no traicionarlas."

-La falta de un Presidente priísta hace ver a este partido como esa gran mafia donde ya no hay un padrino que convoque y reparta parcelas, es decir, en la disputa del territorio las familias se están matando sin que nadie pueda hacer nada.

-Es muy común, en rigor es lo más común, utilizar la trilogía de El Padrino para explicar lo que sucede. Creo que es útil hasta cierto punto. Los don Corleone políticos ya se acabaron y sus equivalentes financieros no aparecen en las novelas de Mario Puzo, sino en las listas de Forbes, así que no procede la adjudicación de los escenarios de Brooklyn con harto spaghetti y visitas a Sicilia. Más bien advierto lo contrario: una serie de mafias medianejas que buscan elegir al padrino por medio de una votación fraudulenta. ¡Genial! Los alquimistas electorales hacen de las suyas en la reunión de las familias: "Señores, han ganado por mayoría absoluta seis Vitos Corleones. Cinco tienen que ser falsos... Me corrijo, seis tienen que ser falsos".

"El que ponga orden en el pleito de los priístas será nombrado automáticamente capo di tutti capi y gran enterrador del resto de los participantes."

-¿Estaremos ante un PRI de facciones, como en sus orígenes? Nada más hay que ver el protagonismo de los gobernadores...

-En sus orígenes, las facciones del PRI, casi ninguna idealizable, desde luego, surgían de grupos y situaciones reales, de fuerzas que operaban en el país de modo por lo común consistente. Las facciones de ahora son regionales (las clientelas como sinónimo de inermidad popular) y son gremiales (óigase el crujir de los edificios y de las cúpulas sindicales). En sentido descriptivo sí es un PRI de facciones, pero si esto se interpreta de modo riguroso más bien es un PRI de gangs a la deriva, un baile de 15 años en el naufragio de la Gran Chinampa, un juramento de venganza ante la tumba de todos los compañeros que siguen vivos.

"Estamos ante un PRI de facciones envueltas en estertores que ya confunden los priístas con los de la Patria."

-El PRI fue un factor de estabilidad en el país. ¿Será hoy un factor de inestabilidad, como se le acusa?

-El PRI fue, en efecto, un factor de estabilidad notoria y también un sustentador extraordinario de la inestabilidad inadvertida o clandestina que la autocomplacencia nacional se negaba a registrar; en suma, ha sido determinante en la inestabilidad galopante de hoy. No en balde destruyeron los ecosistemas, evitaron la formación de una clase política entrenada y competente, elevaron la corrupción a los altares de Lo Inevitable, reprimieron por sistema a los movimientos sociales y a los grupos de oposición para que a su alrededor no crecieran las alternativas, etcétera, etcétera. Con todo eso forzaron la inestabilidad arrinconada que hoy se continúa con la inestabilidad inocultable.

-¿En este momento tendrá el PRI un proyecto de país?

-Habrá que definir lo que es un proyecto. Si el término tiene que ver con democracia económica, desarrollo civilizatorio, ejemplaridad en el ejercicio del gobierno, inserción del país en la globalidad, etcétera, entonces el PRI no conoce -ni de lejos- un proyecto. Si proyecto es la rutina botinera, entonces sí, tiene proyecto, de lo que carece es de la mínima capacidad de renovación, ni siquiera dispone de los viejos instantáneos de Acción Nacional, que a los 23 años de edad sueñan con erradicar el condón de la faz de la Tierra.

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