México D.F. Lunes 2 de febrero de 2004
El terreno donde se efectúa la obra es
propiedad de la Secretaría de la Función Pública
Detectan ilícitos en un desarrollo inmobiliario
de los ferrocarrileros
La delegación Azcapotzalco clausuró la
edificación de las casas por no contar con permisos
Afectados denuncian que la empresa constructora es de
Víctor Flores Afectadas, 740 familias
JOSEFINA QUINTERO M.
"Departamentos desde 180 mil pesos: tres recámaras,
sala, comedor, cocina, baño, áreas comunes y jardines" fue
el anuncio que atrajo a 740 familias, las cuales invirtieron sus ahorros
y pidieron créditos al Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda
de los Trabajadores (Infonavit), promovidos por el Sindicato de Trabajadores
Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM), dirigido por Víctor
Flores Morales, actual presidente del Congreso del Trabajo. Sin embargo,
las viviendas nunca llegaron.
El
proyecto inmobiliario denominado Democracia Sindical, ubicado en avenida
Ceylán 850, colonia Ferrería, delegación Azcapotzalco,
se encuentra clausurado desde la pasada administración por no contar
con los permisos, estudios y autorizaciones para la construcción
de 74 edificios, que además se sitúan en zona de alto riesgo.
Sin realizar los trámites administrativos, el promotor
de vivienda del STFRM, Jesús Martínez Sánchez, fue
el encargado de impulsar el proyecto mediante gestores sociales, quienes
ofrecían un programa especial para adquirir créditos en línea
III del Infonavit, en un predio que según se dijo al principio,
era propiedad de la agrupación sindical.
Además de ferrocarrileros, la invitación
para participar en el proyecto inmobiliario y hacerse de una vivienda "céntrica
y a buen precio" se extendió a empresas privadas. Fue convocada
cualquier persona que fuera derechohabiente del Infonavit.
Así, en enero de 2000 se realizaron los primeros
depósitos de 15 mil pesos en una cuenta de crédito en Bital
a nombre de Infraestructura y Explosivos SA de CV, una de las empresas
que intervino en la construcción de los edificios, y a la que los
afectados -quienes por temor a represalias pidieron omitir sus nombres-
han identificado como propiedad de Flores Morales. También pagaron
5 mil 480 pesos por escrituración al notario 169, Alfonso López
Lira, y 7 mil 500 pesos por cajón de estacionamiento.
Mientras se hacían los tramites para la autorización
de los créditos de vivienda ante el Infonavit, las constructoras
y los representantes agilizaban los procesos para la construcción
de la unidad Democracia Sindical, ya que se había prometido entregarla
a más tardar en octubre de 2002, una vez vendidos todos los departamentos.
Se creó un fideicomiso integrado por Infonavit,
Inverlat y el STFRM, quienes fueron los encargados de verificar la propiedad
del terreno, pagar a las constructoras, realizar los estudios y solicitar
los permisos correspondientes ante las autoridades competentes.
La construcción de las casas inició en febrero
de 2001 con la colocación de la primera piedra, acto en el que participaron
Víctor Flores Morales y el entonces director del Infonavit, Luis
de Pablo Serna, quien también fue director de Ferrocarriles Nacionales
(Ferronales).
Las familias involucradas vieron el inicio de uno de sus
anhelos más importantes: "tener una casa. El patrimonio para sus
hijos y un logro alcanzado". Pero poco duró el gusto porque el 28
de mayo de 2001 las autoridades de la delegación Azcapotzalco clausuraron
las obras por "carecer de uso de licencia de construcción".
Fue en ese momento cuando empezó a descubrirse
un presunto fraude cometido por los representantes del STFRM, quienes hicieron
caso omiso de la sanción y continuaron la construcción, para
lo cual rompieron sellos y presentaron documentos falsos. Nuevamente se
procedió jurídicamente el 18 de octubre de 2001, cuando la
edificación presentaba 90 por ciento de avance, y desde entonces
la obra está parada.
Ante la violación de la clausura, la ex jefa delegacional
en Azcapotzalco, Margarita Saldaña, presentó una denuncia
ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal contra
quien resulte responsable por el probable delito de falsificación
de documentos, entre los que se encuentran el levantamiento de los sellos,
la prórroga de licencia de construcción y la factibilidad
de cambio de uso de suelo.
En ese momento se descubrió que el lote era propiedad
del Patrimonio Inmobiliario de la Secretaría de la Contraloría
y Desarrollo Administrativo, actual Secretaría de la Función
Pública, y no del sindicato ferrocarrilero. Infonavit también
ya había detectado documentación falsa, entre ésta
la escritura pública y permisos presentados, por lo que levantó
una denuncia ante la Procuraduría General de la República
en contra del fideicomiso al que se había entregado el dinero de
los créditos.
Más adelante salió a la luz otra de las
irregularidades que acabó con la esperanza de las familias que buscaban
una vivienda: la Dirección General de Protección Civil del
Gobierno capitalino presentó un análisis de vulnerabilidad
de la Unidad Habitacional Democracia Sindical en el que se dictaminó
que la zona era de alto riesgo.
Los
74 edificios de cinco niveles con 10 departamentos cada uno colindan con
empresas que manejan productos químicos y solventes peligrosos,
además se ven afectados por las vibraciones que producen el paso
de vehículos de carga, lo que hace a la unidad una zona inhabitable.
Al darse a conocer las irregularidades las 740 familias
afectadas iniciaron protestas para recuperar el dinero invertido, promovieron
la cancelación de sus créditos mediante mesas de concertación
en las oficinas del Gobierno del Distrito Federal, que fue el enlace entre
las partes, explicó César Cravioto, director de Concertación
Política.
La presión de los afectados logró que algunos
recuperaran lo invertido, pues un grupo constituyó una asociación
de afectados de Ceylán en pro de una vivienda digna y segura, pero
otros aún siguen a la espera de que se solucione el conflicto y
puedan acceder a los departamentos de la unidad.
Quienes buscan recuperar el dinero invertido señalan
como responsable a Jesús Martínez Sánchez, quien firmó
pagarés comprometiéndose a pagar a cada familia afectada
17 mil 250 pesos antes del 31 marzo del año pasado y fue promotor
de las viviendas. Por su parte el Infonavit ha solucionado algunos créditos,
pero todavía tiene pendientes 314 de la unidad Democracia Sindical.
Mientras, diversas organizaciones sociales se encuentran
al acecho de la unidad, ya que en la ciudad de México no se han
demolido construcciones de ese tipo y esperan que alguna autoridad regularice
los permisos para apodarse de ellas.
Así, se ha visto que un departamento ha sido vendido
en varias ocasiones y los edificios han sido invadidos, la última
vez el 28 de diciembre pasado por la organización El Milagro, que
aseguraba que eran de su propiedad.
|