.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones

P O L I T I C A
..

México D.F. Jueves 5 de febrero de 2004

Cuando los emboscaban no podían repeler ataques, señalan archivos de la Sedena

Carecía de adiestramiento la tropa que combatió a Lucio Cabañas en 72

Los mandos castrenses consideraron plantear a Luis Echeverría impulsar la economía de Atoyac de Alvarez para reducir el descontento motivado por el bajo nivel de vida

GUSTAVO CASTILLO GARCIA/ II Y ULTIMO

En un informe de 1972 del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se consideraba necesario plantear al entonces presidente de la República, Luis Echeverría Alvarez, la conveniencia de impulsar económicamente, de manera decisiva, el área de Atoyac de Alvarez, Guerrero, con el propósito de disminuir el descontento motivado por el bajo nivel de vida y el abandono en que el gobierno federal tenía a esa región.

Para entonces, la Operación Telaraña llevaba ya un año de aplicarse contra la guerrilla de Lucio Cabañas. La Sección Tercera del Estado Mayor de la Sedena -encargada de la ejecución y el cumplimiento de las órdenes del alto mando castrense- revela en ese documento que cientos de militares fueron enviados a combatir a la guerrilla con una preparación mínima, lo que provocó, entre otras cosas, que cuando fueron emboscados ni siquiera pudieron repeler las agresiones.

El documento, del cual posee copia La Jornada, estimaba conveniente la reorganización de las tropas asentadas en la 27 Zona Militar y también la de los distintos batallones de infantería que estaban en la región serrana del estado de Guerrero.

El análisis del Estado Mayor de la Sedena consideró que "desde el punto de vista de esta secretaría, la gravedad de tal situación (el surgimiento de las guerrillas de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas) se ha reflejado en acciones contra tropas, en las cuales hubo de lamentarse la muerte de elementos militares, pérdida de equipo y no realizar ninguna reacción inmediata por parte del personal atacado".

Destaca que las actividades que el Ejército había realizado, incluyendo numerosas campañas de labor social, no dieron el resultado deseado, porque "la población civil, principalmente en el área de Atoyac de Alvarez, continúa con su actitud de descontento manifiesto contra el gobierno y repudio al Ejército, motivada por el bajo nivel de vida que enfrentan y el abandono que sufren por parte del gobierno de la República".

En ese contexto, la Sedena señalaba que "las medidas tomadas para el esclarecimiento de los ataques al personal militar, y que han culminado con la detención y consignación de personas de la región, han acarreado una antipatía hacia las fuerzas armadas, ya que con motivo de esas medidas se han recibido numerosas quejas por desmanes cometidos por las tropas; mucha gente se ha visto en la necesidad de abandonar sus lugares de origen y (han ocurrido) numerosas desapariciones".

Se advertía que "la presencia en el área (de Atoyac de Alvarez) de partidas con efectivos de un pelotón (de ocho a 14 elementos) se hace peligrosa, ya que los efectivos de quienes han realizado las emboscadas, fácilmente pueden realizar ataques contra estos servicios, y las condiciones del área hacen difícil el reabastecimiento de las tropas que en ella operan".

En el informe también se menciona la participación en la Operación Telaraña de los batallones 27, 32, 48 y 50 de infantería.

Entre las consideraciones de la Sedena se mencionaba la necesidad de que a la "región de Atoyac de Alvarez se le dé un impulso económico notable, principalmente construyendo caminos, introducción de servicios públicos, establecimiento de clínicas, escuelas, pequeñas industrias, etcétera, con la finalidad de elevar el nivel de vida de los habitantes de la misma, y borrar, en parte, el descontento y resentimiento hacia el gobierno y sus representantes.

"Por motivos de seguridad es conveniente que la comandancia de la zona lleve a cabo un estudio minucioso a fin de determinar qué partidas deben retirarse y cuáles permanecer establecidas. Considerando que las que continúen deberán hacerlo con efectivos por lo menos de una sección (24 hombres), concentrar el resto a sus matrices y, a fin de no dejar el área a merced de los maleantes, organizar columnas volantes (entre cuatro y ocho hombres)".

El análisis también consideraba que las tropas actuaban con exceso de confianza y por ello los hombres de Lucio Cabañas los habían emboscado en varias ocasiones produciendo bajas importantes, pero además, resaltaba que "a pesar de las disposiciones", hubo zonas militares, como la 27 y la nueve, que desde varios años antes a 1972 no concentraron a sus hombres para adiestramiento ni maniobras.

A ese respecto, señala que entre 1970 y 1972, "por licencias, bajas, deserciones y cambios, cada unidad (batallones participantes) tiene una baja aproximada de 200 elementos y el personal de nuevo ingreso apenas y recibe un adiestramiento individual básico y lo mandan al desempeño de comisiones, partidas y partidas volantes. Lógicamente ese personal no está preparado".

Agrega que "algunos comandantes de zona tienen la idea de que el mejor adiestramiento es la experiencia; sin embargo, se hace necesario que el personal cuente con conocimientos teóricos de desplazamiento individual, localización y designación de objetivos, empleo de ademanes y señales, guerrilla y contraguerrilla, empleo táctico del armamento, tiro y, sobre todo, actuación del pelotón, sección y compañía en el combate, por lo que se hace necesario un entrenamiento adecuado a fin de que, aun en la situación más difícil, el personal responda instintivamente a los ataques, ya que de conformidad con la información recibida los emboscados no hicieron nada para repeler la agresión".

Pero la Operación Telaraña siguió adelante y el 7 de septiembre de 1974 (un día antes del rescate de Rubén Figueroa Figueroa) la comandancia de la 27 Zona Militar, con sede en Atoyac, envió el radiograma 9984 a la Sedena:

"Informa que en base a los datos proporcionados por paquetes (personas detenidas) en el sentido de que el grupo que conduce al senador se encuentra en LP610950, se realizaron las siguientes operaciones:

"Las patrullas Martín y Vicente al mando del comandante del 27 batallón de infantería, Alfredo Cassani Mariña, se destacaron de LP530972 hacia el área del objetivo con la misión de buscar y destruir al grupo de gavilleros y rescatar a las personas secuestradas.

"Puesto de control Júpiter efectúa desplazamiento reconociendo desde LQ775210 hacia LQ775048 en donde establecerá una emboscada a fin de cubrir las rutas procedentes del oeste y suroeste a fin de interceptar a los paquetes (hombres) que traten de salir del área.

"Se agrega que se recibió un paquete para su revisión".

El rescate de Figueroa

Como puede deducirse del informe de logística, el combate para rescatar a Figueroa Figueroa y sus acompañantes fue intenso, pues Javier Escobedo Corvera, mayor de infantería, quien prestaba sus servicios como jefe de la sección de instrucción, información y operaciones del 27 batallón de infantería, del cual era comandante Alfredo Cassani Mariño, certificó que:

"Durante el combate realizado el día 8 de septiembre del año en curso (1974) en contra de la gavilla de L.C.B. (Lucio Cabañas Barrientos) en cercanías del poblado El Quemado, municipio de Atoyac de Alvarez, al rescatar al senador Rubén Figueroa Figueroa y sus acompañantes se efectuaron los siguientes consumos:

"480 cartuchos de guerra calibre 7.62 milímetros, de fabricación belga, año 1968; seis granadas de mano de guerra defensivas de fabricación nacional en el año 1971; seis granadas de guerra de mortero de 60 milímetros, año 1968; un tubo sistema MATUS, y un lanzagranadas modelo DGMG".

El informe fue aprobado por: Cassani Mariña; el entonces teniente coronel de infantería Juan López Ortiz y el general brigadier Eliseo Jiménez Ruiz, quien a la postre fue gobernador de Oaxaca de 1977 a 1980.

Además, al informe de Escobedo Corvera se agregó otro, de fecha 11 de octubre, el cual está firmado por Cassani Mariña y el entonces jefe de la Fuerza Tarea Garrido, el mayor de infantería José Domingo Ramírez Garrido Abreu.

Este último fue candidato en el año 2000, tras el triunfo de Vicente Fox en los comicios presidenciales, a titular de la Sedena. Hoy funge como secretario de Seguridad Pública de Nuevo León.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email