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México D.F. Sábado 7 de febrero de 2004

La película de Felipe Cazals agotó las localidades para este fin de semana

Con aplausos, recibe la Berlinale a la cinta Digna, hasta el último aliento

ALIA LIRA HARTMANN CORRESPONSAL

Berlin. 6 de febrero. El estreno mundial de Digna, hasta el último aliento, de Felipe Cazals, en el Festival Internacional de Cine de Berlín -la Berlinale-, mereció un acalorado recibimiento por parte del público que llenó la sala en que se presentó. Las localidades para las funciones del fin de semana están también agotadas.

El filme, con gran parte de imágenes en blanco y negro y dividido en una parte documental, compuesta por más de 30 testimonios, y otra ficticia, relata lo que pudo haber sido el 19 de octubre de 2001, último día de vida de la abogada de derechos humanos Digna Ochoa, interpretada por la actriz mexicana Vanessa Bauche.

Felipe Cazals, viejo conocido en la Berlinale por sus anteriores participaciones -Canoa y Los motivos de Luz-, comentó para La Jornada: "la imparcialidad y dureza de los testimonios son ambiguos, nadie nos asegura que están diciendo la verdad tanto los unos como los otros, sólo los más cercanos a ella no nos dejan lugar a dudas de su honestidad; es en función de la honestidad de esos testimonios en que baso mi historia, en que baso mi ficción".

Entre el público no faltó quien preguntara si estos testimonios no hubieran sido más convincentes sin la ficción, a lo cual Cazals respondió que todo espectador atiende primero al sentimiento para después pasar a la deducción, y este aspecto le daría más tensión a la película; ''el final de la parte de ficción se conoce desde el principio de la película, por el referente de la fecha: todos los espectadores saben que ese es el último día en la vida de Digna Ochoa''.

Diálogos sin palabras

A la pregunta de La Jornada sobre la dificultad de interpretar el papel de un personaje real, Vanessa Bauche reconoció la enorme responsabilidad que esto implicaba, pues se vio sometida a subir de peso dos tallas para lograr mayor parecido al personaje y aparentar más edad (los 36 años que Digna tenía en 2001). Pero la mayor de las dificultades iba más allá de una cuestión física.

Bauche considera este papel uno de los más difíciles de su carrera, ya que su personaje no tiene diálogos. La Digna de la película se construye a partir de todas las voces que participan en los testimonios; el lenguaje corporal con el que Bauche se comunica con el espectador refleja una gama de sentimientos que combinan el coraje, la angustia, la impotencia, más que miedo, terror. "Al ser un papel sin diálogos, era necesario reflejar los motores emocionales de Digna Ochoa, sus rasgos de carácter, todo lo que podía estar pasando por su mente, sintetizar lo que ella pudiera haber estado sintiendo y el saber que se iba quedando sola", destacó la joven actriz mexicana.

Buena parte de los testimonios apuntan a fragmentos de los últimos siete años en la vida de Digna, marcados por el amedrentamiento. Su paso por el Centro Pro, su defensa de los campesinos ecologistas de Guerrero, su trabajo con las dominicas. Las voces, a más de variopintas, incluyen a sus hermanos, sus padres, su novio, sus amigos y compañeros en la lucha por los derechos humanos, sus defendidos, presos políticos, campesinos, luchadores sociales, periodistas, analistas políticos, funcionarios de la PGR, militares, entre quienes destacan los nombres de Jesús Ochoa y Plácido, Miguel Angel Granados Chapa, Adolfo Hernández, Enrique González Ruiz, Blanche Petrich, Silvestre Pacheco y Pilar Noriega, quien aunque pide que no se le filme llorando, rompe en lágrimas al asegurar que si algo llevó a Digna a la muerte fue su inocencia.

Otra de las compañeras de lucha de Digna concluye sobre el miedo que este caso deja y la tarea que a partir de esto todos los que trabajan en derechos humanos han de resolver: ''si vale la pena seguir en esto, si se puede seguir trabajando con ese miedo encima de nuestras cabezas''.

Entre el público asistente a la función se encontraba Herald Ihming, uno de los testimonios en el documental y quien preside en Alemania la Fundación Pro Digna Ochoa, que pretende reunir dinero para ayudar a la familia de la abogada en México (entre otras cosas para que se contraten abogados que reabran el caso de Digna, cerrado ya como un presunto suicidio). Otras organizaciones de derechos humanos en Alemania hicieron acto de presencia en la presentación de la película de Cazals.

Al final de la proyección, todos los asistentes conocieron la absurda o inexistente impartición de justicia en México, de ahí que el filme duela, y aunque Cazals no quiera llamar a su película una denuncia, en la Berlinale esa fue la percepción. La historia de Digna Ochoa, defensora mexicana de derechos humanos, empieza a partir de Berlín a dar la vuelta al mundo.

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