Preocupa a obispos de la región la indiferencia religiosa

Frágiles, las democracias en AL, asegura la Iglesia

JOSE ANTONIO ROMAN ENVIADO

Puebla, Pue., 14 de febrero. Aunque atrás han quedado los regímenes militares y totalitarios, las democracias de América Latina "son muy frágiles y ponen en entredicho la gobernabilidad", a causa de las crisis económicas, la pobreza y el desempleo, señaló el Consejo del Episcopado Latinoamericano (Celam), que también dijo que los partidos políticos viven una crisis de credibilidad y hay una enorme carencia de líderes.

En la declaración final de la reunión que congregó en la capital poblana a los presidentes de las 22 conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, directivos del Celam y varios cardenales de la curia romana, la jerarquía católica de la región denunció que se han agudizado algunos problemas que desde hace tiempo se observan con preocupación en muchas naciones, como la "corrupción galopante", la manipulación de la participación política de los ciudadanos, el abstencionismo y la falta de compromiso de la clase política con los intereses de la población, así como nuevas formas de pobreza que se suman a las existentes.

Durante la conferencia de prensa en la que se dio a conocer el texto, los arzobispos Baltasar Porras Cardozo y Pablo Galimberti, presidentes de las conferencias episcopales de Venezuela y Uruguay, respectivamente, así como Antonio Arregui, vicepresidente de la conferencia ecuatoriana, reconocieron serias deficiencias en el trabajo pastoral de la Iglesia católica en los pasados 25 años.

Baltasar Porras reconoció abiertamente que entre la población católica hay una fuerte tendencia a caer en una actitud de "indiferencia religiosa". Dijo que este es un fenómeno más que preocupante. "Estamos hablando de una deserción silenciosa, que en porcentajes estará entre 25 y 30 por ciento". Es necesario reconocer que a la Iglesia le ha faltado capacidad y misión para llegar a estos sectores sociales que requieren la voz del Evangelio.

La jornada de trabajo que tuvieron este sábado los obispos fue larga. Durante toda la mañana y las primeras horas de la tarde varios de los cardenales provenientes de Roma y prelados que hace 25 años tuvieron un papel importante en la organización de la tercera conferencia general del Celam ofrecieron diversas conferencias en el auditorio del Seminario Palafoxiano de esta ciudad, que en 1979 fue el centro de los trabajos episcopales. Por la tarde participaron en una ceremonia religiosa en la catedral poblana.

Tras citar que ya transcurrieron 12 años de la anterior conferencia general, que se realizó en Santo Domingo, República Dominicana, señalaron que los cambios en el continente son evidentes e interpelan de una manera directa a los pastores que tienen la responsabilidad de guiar al pueblo católico.

"Muchas democracias son muy frágiles y ponen en entredicho la gobernabilidad. La participación política de las mayorías es mediatizada, manipulada, y en algunos casos irrespetada ante fraudes en procesos electorales. A esto se suma la falta de formación ciudadana de muchas comunidades, que se ve en los altos niveles de abstención en los procesos políticos. La clase política y dirigente en muchos casos pone de lado formación y principios, para dejarse llevar por la facilidad que ofrece el poder".

Asimismo, el texto final de esta reunión señala que en Puebla, hace 25 años, los obispos latinoamericanos advertían sobre el crecimiento de la brecha entre ricos y pobres, con aquella frase de "ricos cada vez más ricos, a costa de pobreza de los cada vez más pobres". Hoy "no sólo se constata que esa brecha ha aumentado, sino que el concepto de pobreza inclusive ya no sólo tiene caracteres económicos. Hoy, además de las grandes cantidades de pobres en economía, tenemos pobres en educación, pobres en el acceso a servicios básicos, pobres en el acceso a las novedades tecnológicas. Todo esto redunda en el alto grado de exclusión que vemos en nuestros pueblos".

Añade que otra realidad que se constata es el creciente "relativismo moral", impulsado muchas veces desde los mismos estados. En muchos de nuestros países se están proponiendo leyes que incluso van contra los principios básicos de la vida: leyes sobre el aborto, sobre eutanasia; propuestas educativas que tienden a incentivar la práctica sexual a temprana edad, lo que redunda en embarazos no deseados y enfermedades sexuales.

"Tampoco podemos obviar la agudización de problemas como la violencia en todas sus formas y la presencia del terrorismo y el narcotráfico, que estigmatizan a nuestros pueblos".

Ante esta realidad que los interpela, los obispos de la región consideran la necesidad de revisar su proceso de evangelización en una nueva conferencia general del organismo episcopal, que sería la quinta ocasión en que se reúne. Para ello, solicitaron al papa Juan Pablo II que convoque a dicha conferencia, que podría realizarse entre finales de 2005 o principios de 2006, ya sea en Ciudad del Vaticano o en Quito, Ecuador, según el estado de salud del pontífice.

En las ponencias matutinas participaron los presidentes de las pontificias comisiones de la Pastoral de la Familia y del Clero, los cardenales Alfonso López Trujillo y Darío Castrillón Hoyos, respectivamente, así como el arzobispo emérito de Paraná, Argentina, Estanislao Karlis, quienes abordaron los diversos retos a los que se enfrentó aquella asamblea del Celam de 1979, la cual fue inaugurada por Juan Pablo II, visitando por primera vez tierras mexicanas.

Entre estos retos, según señaló el cardenal López Trujillo, estuvo dilucidar "diversas ideas confusas" que en aquel momento se tenían dentro de la Iglesia, como la llamada teología de la liberación, en donde desde adentro y afuera de la institución eclesiástica se llegó a pensar que el papel del sacerdote era el de un líder político, un revolucionario o un luchador social. Además, en ese momento, a través de una visión marxista de la realidad, se insistió erróneamente en una lucha de clases.