ƑLA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

La baraja de Navarrete

AL TIEMPO QUE los políticos de la transación desfilan impúdicos por la pasarela de la avidez y el pueblo, más noble aún que el público taurino, comprueba que en nuestra lenta evolución ya pasamos de la comedia de enredos a la comedia de videos como mezquino logro de la democracia mexicana, una bella e imaginativa baraja taurina aparece en el horizonte.

DESDE LUEGO NO se trata de la baraja de nuestra actual torería, con un deslavado as de emergencia y arrugados reyezuelos de comparsas, o de barajar sus poco atractivos nombres para una eventual corrida de la oreja de oro en la Plaza México, una vez que los figurines importados levaron anclas oportunamente, sin que la pasmada Asociación de Matadores logre condicionar sus actuaciones a su participación en el festejo benéfico.

FELIZMENTE SE TRATA de la Baraja Taurina Mexicana ilustrada por el maestro Antonio Navarrete, cuyos 54 óleos, incluidos el jóker y el respaldo o reverso de los naipes, estarán expuestos en el Centro Asturiano, de Arquímedes y Paseo de la Reforma, del 12 al 24 de marzo, y la baraja respectiva a la venta, al precio de 150 pesos -jugadores de Las Vegas, absténganse.

DESDE EL SIGLO XVI artistas de la talla de Alberto Durero diseñaron e ilustraron barajas, por lo que en 1999 el ingeniero y aficionado mexicano Francisco Fernández decidió convertirse en editor de barajas taurinas de colección, habiendo producido a la fecha cinco y con la intención de añadir en un futuro las barajas de Pancho Flores y de Sánchez de Icaza.

"LA PRIMERA QUE sacamos -comenta Fernández- fue la redición de la baraja del maestro Carlos Ruano Llopis, que me obsequió una tía. Fue realizada en México en 1934 pero en versión española, con 40 cartas de bastos, oros, copas y espadas, a diferencia de la versión americana, de 52 naipes, con diamantes, corazones, espadas y tréboles y que es un poco más ancha. Así evitamos que esa obra quedara reducida a reliquia olvidada. En 2001 hicimos la segunda edición pero en versión americana.

"POSTERIORMENTE SACAMOS LA baraja del maestro Ernesto Icaza, notable pintor de escenas charras, al conseguir con un amigo galerista 52 cuadros originales que, al igual que las siguientes, reprodujo fielmente el fotógrafo Jorge Matchain. La cuarta baraja fue con pintas de caballos pero con denominaciones mexicanas, y en 2003 empezamos la del maestro Navarrete con obra nueva.

"POR EXIGENCIAS DEL diseño se hizo en versión americana, ya que los palos españoles ocupan más espacio y reducen el motivo pictórico. Es no sólo otro reconocimiento a un gran pintor taurino como Navarrete, cuya tauromaquia reditaremos próximamente, sino además presencia cultural taurina de México en el mundo, una historia de nuestro toreo, memoria gráfica y referencia obligada para las nuevas generaciones de aficionados y doble oportunidad de recrearse: jugando y con la vista."