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México D.F. Martes 9 de marzo de 2004

Marco Rascón

Revolución democrática ya

La suma de violaciones que destruyeron la legalidad interna del PRD desde el 14 de marzo de 1999 eran predecibles y finalmente condujeron al partido al fondo en el que hoy se encuentra.

La cadena de complicidades se rompió por lo más delgado, pero el PRD no existirá más si no resuelve las causas estructurales que lo llevaron a la descomposición. Es inaceptable, y esto constituye el mayor peligro, que un par de corrientes, igual o más corruptas que las exhibidas, se llamen a sorpresa y pretendan utilizar la caída en desgracia de unos para ocultarse. Los grupos de Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Carlos Navarrete, el grupo de Amalia García y Raymundo Cárdenas, y toda la estructura de facciones que se apoderaron del PRD deben desaparecer. Pero también la estructura de "delegados" impuesta por el CEN, el llamado Consejo Político Consultivo, que legitimó las corrientes y les dio un escaño de representación a los ahora responsables, debe desaparecer automáticamente, pues fue la vía para destruir la vida política en cada uno de los estados y municipios, y para imponer las reglas de los grupos a base de "pactos" en contra de la legalidad y los estatutos. Con ellos, ninguna negociación ni pacto ni tregua.

No basta generalizar sobre la descomposición total de la clase política para pretender disminuir las consecuencias del golpe. La tarea de quienes a pesar de todo decidimos no abandonar al PRD es resolver las causas que propiciaron la descomposición y la corrupción e ir a fondo. Por ahora no hay PRD para nadie; sólo existe una grave falta y grandes traiciones que vienen forjándose desde la fundación misma del partido en 1989.

Tan lamentables y agresivos fueron los videos como la falsa "sorpresa" de la nomenclatura. Ya desde el 5 de mayo de 2003 más de 900 perredistas de todo el país advertían sobre las implicaciones que tendría esa política; entonces las críticas se calificaron como producto del "resentimiento" y al final Rosario Robles renunció como preludio de lo que vemos ahora.

El llamado a una Convención por el Rescate del PRD fue visto con desdén y en respuesta grosera y prepotente se llamó a un octavo congreso espurio, sin elegir delegados, sumando a la ilegalidad nuevas violaciones. Hubo muchos intentos para destruir por dentro los esfuerzos de integrar una referencia apartada de la descomposición general, pero todos fracasaron.

Se acusó entonces a la convención y se dijo que tanto ésta como el llamado a un octavo congreso democrático tenían una intención "rupturista". No obstante, hoy se les puede dar la razón, pues dicho congreso, convocado para los días 20 y 21 de marzo, será fundacional por naturaleza y se propone romper sin oportunismo ni inconsecuencias la corrupción estructural y la descomposición generalizada del partido. El registro del PRD y el valor de sus principios no puede ni debe estar en manos de quienes lo han traicionado.

Si la CID y la recién llamada Unyr han desaparecido por su protagonismo central en los escándalos de corrupción, la corriente Nueva Izquierda y la que se conoce por el nombre de Amalia García deben abandonar toda instancia de dirección y representación, pues han corrompido política e ideológicamente al partido. El consejo nacional y el comité ejecutivo actual no son factor de recomposición porque provienen del fraude generalizado, tal como sustentó la Comisión para la Legalidad y la Transparencia mandatada por el séptimo congreso. Así que el octavo congreso al que convocaron debe ser suspendido y cancelado, ya que su realización no haría sino destruir al PRD.

En este punto de inflexión, los liderazgos históricos del PRD y la convención tienen una tarea central: impedir la farsa. Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador tienen una responsabilidad en la restitución de los principios del partido dadas las condiciones actuales y para impedir una nueva simulación de reforma. Están obligados a actuar juntos por el partido e ir a fondo, pues el PRD atraviesa por un peligro real: ser ocupado por los mismos personajes que lo condujeron a este desastre.

El beneficiario directo es el PRI, dado su ánimo exaltado de restituirse en el poder en 2006. El avance priísta se sustenta en subir a partir de la bancarrota del país. La muestra de Puebla los hace presentarse en el guión establecido por el poder como la fuerza política única y mejor preparada para el poder.

Gracias a la corrupción de la dirigencia perredista y a que toleró la descomposición, el PRI está de regreso. ƑPara qué llevar a López Obrador a Lomas Taurinas, si ahora existen los medios y las encuestas? El poder ya decidió.

Para el Partido de la Revolución Democrática, la salida está en el octavo congreso democrático del 20 y 21 de marzo, que se llevará a cabo en el Centro Canaco de la ciudad de México. Todos los perredistas son delegados electos por sus convicciones y responsabilidades frente a su país. La tarea de hoy es llevar adelante una revolución democrática interna para restituir los valores y principios que nos dieron origen, que hoy son los que más se necesitan.

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