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E C O N O M I A
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México D.F. Viernes 16 de abril de 2004

ECONOMIA MORAL

Julio Boltvinik

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

Subestimación de la desnutrición infantil

Procedimiento e indicadores la subestiman

En México podría pasar de 17.7 a 30.7 por ciento

ƑQUÉ TAN COMPLETOS y exactos son los indicadores de talla y peso usualmente usados para evaluar el estado nutricional de los menores? Un intento de respuesta sistemática es el que lleva a cabo Peter Svedberg en el libro Poverty and Undernutrition (Pobreza y desnutrición).1 En la entrega anterior (09/4/04) analicé los dos paradigmas dominantes para la caracterización de la desnutrición: el del potencial genético y el de adaptación y ajuste2; los caminos y las evidencias para fundamentar el paradigma del potencial genético, que pretende mostrar que (casi) todas las etnias tienen el mismo potencial de talla corporal, en lo cual se basa la medición de la desnutrición por medio de indicadores antropométricos. Hoy analizo los indicadores antropométricos usados para evaluar la nutrición de los menores y la crítica que lleva a cabo este autor.

UNA DE LAS MEDIDAS más usadas (para menores de 5 años) es la estatura (talla) para la edad (T/E). El autor advierte que la tecnología genética disponible no permite medir el potencial de crecimiento de cada individuo. El potencial genético promedio de crecimiento en un país puede ser estimado estudiando subconjuntos de individuos con buena disponibilidad de alimentos y buen cuidado de la salud. Cuando no se dispone de esos estudios, se recurre a datos de la población de países desarrollados como referencia. En la mayor parte de estos grupos de referencia, dice Svedberg, sólo 3 por ciento de los menores tiene una estatura para la edad menor que la mediana de la población menos dos veces la desviación estándar de la misma. La mediana, en este caso de talla, es un valor que divide a la población en dos grupos del mismo tamaño: los que tienen mayor y los que tienen menor estatura. Por ejemplo, según las tablas que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere para la medición de los indicadores3, la mediana de referencia (basada en datos de EU) de la talla para un niño de 2 años es de 85.6 centímetros (cms). La desviación estándar es de 3.2 cms Por tanto, la mediana menos dos desviaciones será de 79.2 cms. Por tanto, 79.2 cms será la talla mínima para que un niño de 2 años no sea considerado desnutrido.

SVEDBERG SEÑALA QUE si los menores de una población tuvieran el mismo potencial genético de crecimiento promedio en la talla y la misma distribución alrededor de la media que la de países desarrollados, uno esperaría que 3 por ciento de dicha población estuviese debajo de dos desviaciones estándar también. Si en un país al aplicar los criterios de corte de la estatura expresados antes, resultara una proporción de la población por debajo de esas tallas de, por ejemplo, 40 por ciento, restaríamos de éste 3 por ciento, cuya baja estatura se atribuiría a razones genéticas y, por tanto, 37 por ciento sería la proporción corregida de la desnutrición.

SIN EMBARGO, EL ESTUDIOSO indica que si por bien nutrido entendemos a la persona que sigue la pauta de crecimiento determinada por su potencial genético personal, no podemos concluir que el 63 por ciento restante de la población esté bien nutrida: "Cuando el promedio observado de talla para la edad es sustancialmente más baja en el estudio que en la población de referencia, mientras el potencial genético promedio es el mismo, casi cada niño individual puede, en efecto, estar por debajo de la pauta específica de su potencial genético" (p. 192)

ESTO LO EXPLICA CON más detalle con una gráfica en la que muestra que la mayoría de quienes no son considerados de baja talla (en nuestro ejemplo numérico anterior tienen 2 años y miden más de 79.2 cms) pueden estar debajo de su propio potencial genético personal. Por ejemplo, todos aquellos niños varones cuyo potencial genético determina una estatura potencial a los 2 años de entre 86.4 y 91.6 cms pueden estar entre 7 y 12 cms debajo de su talla potencial (medir ligeramente arriba de 79 cms y no ser considerados desnutridos).

IDENTIFICA, PUES, DOS ERRORES en las mediciones: 1. el que venimos mostrando: están debajo de su propio potencial genético, pero son clasificados con talla en los límites normales (sin desmedro); y 2. aquellos que son clasificados con talla baja para la edad (desmedro), pero que en realidad son "chaparros genéticos". Este segundo error se estima en el 3 por ciento mencionado antes. El segundo error es más difícil de medir, mas para Africa Subsahariana y para el sur de Asia, nuestro autor estima que "muy pocos niños fuera de las familias más acomodadas alcanzan su potencial genético pleno" (p. 193). Es decir, que "la incidencia del error 1 es grande y probablemente mucho más grande que el error 2".

POR TANTO, este procedimiento de medición conduce a una subestimación importante de la desnutrición, cuyo orden de magnitud el autor ilustra señalando que si en el sur de Asia con el procedimiento convencional casi las dos terceras partes de los niños y niñas están desnutridos (63 por ciento), el dato de acuerdo con el potencial genético debe estar entre 80 y 90 por ciento. Es decir, estaríamos hablando de un grado de subestimación entre 21 y 30 por ciento. Si aplicáramos este rango de error a los datos de México, calculados en la Encuesta Nacional de Nutrición de 1999 (ENN), obtendríamos lo siguiente. A escala nacional la ENN obtuvo un porcentaje de desmedro, baja talla para la edad, entre menores de cinco años, de 17.7 por ciento; este dato corregido por la subestimación anotada podría reflejar una situación real entre 21.4 y 23.0 por ciento. En la Región Sur la incidencia de desmedro estimada en la ENN en 28.9 por ciento puede realmente estar entre 35 y 37.6 por ciento.

ADEMAS DE LA TALLA para la edad se utilizan el peso por la edad (P/E) y el peso por la talla (P/T) para identificar a los desnutridos. Tanto la OMS como la FAO usan el peso por la edad como el indicador síntesis, como medida global única de desnutrición de menores. El peso por la edad (P/E) es igual al producto de los otros dos indicadores (P/E = T/E P/T). Quizá por eso los organismos internacionales piensan que los sintetiza. Sin embargo, como señala Svedberg, el P/E no identifica la suma de quienes tienen baja talla para la edad (con desmedro), los chaparros, y quienes tienen emaciación (bajo peso para la talla), los flacos. De hecho el indicador de peso por edad pierde una parte de ambos grupos. En los datos mexicanos esto se aprecia con claridad. Mientras el desmedro comprende a 17.7 por ciento y la emaciación al 2 por ciento, el bajo peso comprende sólo a 7.5 por ciento.

PARA DEMOSTRAR SU TESIS Svedberg identifica seis tipos de situaciones nutricionales en función de la situación combinada de una persona en los tres indicadores. Las seis situaciones posibles para niños y niñas son las siguientes:

a) Los bien nutridos en los tres indicadores. Tienen pesos y tallas por arriba de la norma para su edad. También tienen peso para la talla por arriba de la norma.

b) Los que tienen pesos y talla aceptables para la edad, pero tienen pesos subnormales para su gran talla y, por tanto, están emaciados.

c) Tienen talla normal, pero pesos muy bajos, tanto en relación con su talla como a su edad. Están emaciados y con bajo peso.

d) Tienen indicadores por debajo de la norma en los tres indicadores: están emaciados, con desmedro y con bajo peso.

e) Tienen bajo peso y desmedro, pero aceptable peso para su baja estatura.

f) Tienen desmedro, pero pesos para la edad y para su baja estatura normales.

EL AUTOR SOSTIENE QUE todos los menores en las cinco categorías con excepción de la a), están desnutridos en alguna dimensión. "Si la falla en cada uno de los tres indicadores es de preocupación; es decir, si el desmedro, la emaciación y el bajo peso tienen efectos negativos en la salud y el funcionamiento de un o una menor, se sigue que ninguno de los tres indicadores convencionales captura a todos los niños que fallan en al menos una de las dimensiones" (p. 197). Por tal razón concluye desarrollando lo que llama el Indice Compuesto de Falla Antropométrica, (ICFA), que es igual a la unidad menos la proporción de menores que se encuentren en la situación a), es decir, menos los que no tienen desmedro, no están emaciados y tienen buen peso para su edad.

ASIMISMO SE DECLARA sin posibilidades de calcular su índice para el conjunto del Africa Subsahariana y para el sur de Asia, ya que requeriría centenares de bases de datos con la clasificación de cada individuo de la muestra en los tres indicadores, para poder identificar a los que se encuentran en la situación a) y calcular la incidencia de la desnutrición con el ICFA. Sin embargo, lleva a cabo una simulación que aproxima el resultado en órdenes de magnitud para India, Africa Subsahariana y Colombia. Con valores de 60 por ciento en bajo peso (P/E), 70 por ciento con desmedro (T/E) y 15 por ciento para emaciación (P/T), la simulación para India lo lleva a un valor de 75 por ciento de desnutrición en el ICFA. Igualmente en Africa Subsahariana, con valores de los indicadores parciales de 30, 36 y 8 por ciento respectivamente, el ICFA simulado se sitúa en 45 por ciento. Por último, en Colombia, con 10, 15 y 5 por ciento en los indicadores parciales, el ICFA se sitúa en 20 por ciento.

PETER SVEDBERG HA IDENTIFICADO dos fuentes muy importantes de subestimación de la incidencia de la desnutrición. Por una parte, lo que llamamos el error 1, la clasificación como no desnutridos de personas con alto potencial genético que, sin embargo, no realizan su potencial genético individual, lo que sería síntoma de nutrición inadecuada. Por otra parte, la subestimación generada por la utilización de indicadores parciales que no captan todas las consecuencias de la desnutrición y que se plantean como mediciones alternativas. Con la primera fuente de subestimación, suponiendo que en México el grado de error fuese similar al que el autor estima para el sur de Asia, elevamos la posible cifra de desnutrición en México de 17.7 por ciento con el indicador de desmedro, a un rango entre 21.4 y 23 por ciento. Con el ICFA se obtienen incidencias más altas que con el desmedro, que es de los tres indicadores parciales el que identifica incidencias más altas de desnutrición, tanto en México como en las áreas del mundo que él analiza. Si aplicamos a México la misma diferencia que obtuvo para Colombia, pero aplicando la corrección sobre el dato ya corregido por los errores en la proporción de desmedro, obtenemos una posible incidencia de la desnutrición mexicana en menores de 5 años en un rango entre 28.5 y 30.7 por ciento a escala nacional. Definitivamente, el libro de Peter Svedberg demuestra que la desnutrición está subestimada en México y el mundo.

1 Peter Svedberg, Poverty and Undernutrition. Theory, Measurement, and Policy. UNU/WIDER Studies in Development Economics, Oxford University Press, Oxford, 2000.

2 Este paradigma, al que califiqué de enfoque ideológico, lo discutí basándome en la obra magna de Partha Dasgupta, An Inquiry into Well-Being and Destitution, Clarendon Press, Oxford, 1993, especialmente en el Capítulo XV.

3 Organización Mundial de la Salud, Medición del cambio del estado nutricional. Directrices para evaluar el efecto nutricional de programas de alimentación suplementaria destinados a grupos vulnerables, Ginebra, 1983. Estas son las tablas que usó la Encuesta Nacional de Nutrición de 1999 de la Secretaría de Salud para construir los indicadores de desnutrición.

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