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México D.F. Domingo 18 de abril de 2004

REPUBLICA DE PANTALLA

Jenaro Villamil

La "teleguerra sucia" en México (1)

De los videoescándalos al enfrentamiento político

En Tamaulipas y Juárez, crímenes sin visibilidad

LA TEMPORADA INICIO CON el escándalo de un funcionario cercano al jefe de Gobierno capitalino, identificado como "Nicolás, el chofer". Después siguió la etapa de los videoescándalos. La abrió una grabación del niño verde, protagonizando una clásica transacción de favores políticos a cambio de módicos 2 millones de dólares de comisión. Casi en paralelo surgió otro video del ahora ex secretario de Finanzas capitalino, Gustavo Ponce, quien fue captado cual protagonista de la película Casino apostando en Las Vegas, en nombre del erario público.

EL SALTO CUALITATIVO EN la etapa de videoescándalos se registró el 3 de marzo. Ese día, El Mañanero de Televisa inició lo que en una primera etapa se conoció como el Bejaranogate, seguido por la más patética exhibición telegénica de decadencia, corruptelas y tráfico de influencias en el seno de dirigentes del PRD que dieron cuerpo y forma al Ahumadagate. Pronto, en sucesión escabrosa de revelaciones, como sucede en el lenguaje de los talk shows, el expediente se convirtió en "el avión que a todos corrompió". En el camino quedaron ahumados prestigios políticos y sospechosas redes de complicidades que involucraban a una buena parte del espectro político.

LOS VIDEOESCANDALOS SE han transformado en teleguerra sucia. Esta tercera fase adquirió otro rango entre el jueves 15 y el viernes 16 de abril con el escenario previsible: la confrontación directa entre Andrés Manuel López Obrador y Vicente Fox. Los actores "menores" se han quedado en el coro de dimes y diretes, litigando en la pantalla y lanzándose dardos y autoexculpaciones sin asumir responsabilidades mínimas (René Bejarano, Rosario Robles, Carlos Imaz, Federico Döring, Dolores Padierna, Diego Fernández de Cevallos, etcétera). Para llegar hasta esta etapa, los gestores demoscópicos se han asegurado de insistir en la disminución de la popularidad mediática del jefe de Gobierno, trampa mercadológica en que el propio gobernante capitalino ha caído con discursos a la defensiva. Las corrientes del PRD se han enredado entre sí, luchando por apropiarse del hardware sin renovar un software envilecido por el pragmatismo corruptor y ensimismadas en la dinámica de la autofagia que sustituyó de tiempo atrás el debate político. Y ahora se ha subido al ring el propio titular del Ejecutivo federal, alegremente alentado por su secretario privado y responsable de comunicación, Alfonso Durazo, que ahora ya reconocemos como parte declarante (Ƒo actuante?) de la teleguerra sucia.

EN PARTE, LA teleguerra sucia es el resultado de la pérdida del rumbo político frente a una encarnizada batalla por adelantar los tiempos sucesorios, como si todo se redujera a esperar el 2006. Ahora no se trata de ganar anticipada y mediáticamente la Presidencia de la República -mito cumbre del presidencialismo interiorizado- sino de eliminar, socavar y desprestigiar no sólo a figuras políticas sino a la política misma, a la posibilidad de un cambio democrático. ƑPara qué, si todos los políticos son corruptos? Es el mensaje que emite el guión oculto de la teleguerra sucia desde las pantallas.

EN ESTE SENTIDO, LA teleguerra sucia en México constituye un subgénero de la telebasura aplicado al ámbito de la información política. Como tal, incorpora los mismos principios de los reality shows al estilo del Big Brother (morbo, exhibición de la intimidad y de las miserias propias y ajenas, creación de "complots" virtuales o reales, escarnio y falta de ética con tal de "ganar" el concurso). Privilegia la autorreferencia de los propios implicados en la "teleguerra" a partir de la sobrexposición morbosa, como sucede en los talk shows (Ƒacaso no un payaso televisivo se ha convertido en una especie de "chismoso implacable" como los gritones de aquel programa de Carmen Salinas?).

LA TELEGUERRA EMPOBRECE la opinión pública, que pasa de la conmoción inicial al hartazgo y, finalmente, a la desconfianza generalizada que se vuelve alimento abstencionista. Convierte a los políticos en rehenes de su autoimagen y, por supuesto, debilita las soluciones institucionales. ƑPara qué se quiere el Ministerio Público si todo se litiga en la pantalla, convertida en supremo patíbulo? El derecho a la información se convierte en subinformación y la transparencia es tan sesgada como las cámaras "ocultas" de la casa del Big Brother.

ALGUNOS ELEMENTOS Y datos que confirman la teleguerra como un producto mediático son los siguientes:

A) EXCESO TELEVISIVO DE los videoescándalos. El 3 de marzo se transmitieron en los noticiarios estelares de las cuatro grandes cadenas televisivas (Televisa, Tv Azteca, CNI y Canal Once) 13 notas relacionadas con la grabación de René Bejarano, según el seguimiento en Internet de sus propios noticieros. El nuevo videoescándalo superó con creces al del niñogate que ese día fue mencionado en 10 notas de los mismos canales y el fugaz caso de Gustavo Ponce, que ahora revive. El anuncio de la detención de Ahumada elevó la cobertura a 14 notas en los horarios de mayor rating. En contraste, el proyecto de reforma electoral para darle el voto a los mexicanos migrantes que viven en Estados Unidos no alcanzó las 10 notas en los mismos horarios y fue disminuyendo el interés a los tres días. Los videoescándalos han recibido un promedio diario de seis notas desde el 3 de marzo. El 12 de abril, cuando René Bejarano presentó sus "pruebas anónimas" de cuentas bancarias de Rosario Robles y sus colaboradores se llegó a otro tope en los horarios estelares: 13 notas (cuatro en Televisa, dos en CNI, tres en Canal Once y tres en Tv Azteca). Por supuesto, hasta ahora no se sabe dónde acabó el dinero que originalmente recibió Bejarano.

EL ENFRENTAMIENTO AMLO-FOX volvió a saturar la pantalla de los telenoticiarios nocturnos. El 16 de abril, Canal Once transmitió siete notas, incluyendo tres relacionadas con la acusación de López Obrador contra la Secretaría de Hacienda y la PGR. CNI-Canal 40 también elevó a siete el número de notas, Televisa transmitió tres y Tv Azteca dos. En un solo día y en el mismo horario nocturno 19 notas sobre el mismo punto.

POR SUPUESTO, LA corrupción en el seno del gobierno de Morelos no ha merecido un seguimiento tan preciso y tan prolífico como todo lo derivado de los videoescándalos, quizá porque en el "helicóptero del amor" todo quedó en familia, incluyendo las relaciones con el capo del narcotráfico Juan José Esparragoza Moreno, El Azul.

B) PRESUMIBLES MONTAJES EN los videoescándalos. El domingo 11 de abril, La Jornada publicó el resultado de un exhaustivo análisis de la productora independiente canalseisdejulio en el que se revela que hubo, por lo menos, cinco procesos de posproducción en el video original donde Bejarano aparece recibiendo dinero de Carlos Ahumada. Su dictamen establece que "existen otros indicios para presumir que hubo manipulación. No es creíble que en sólo dos minutos el personal de El Mañanero convirtiera a sus estándares un video de más de nueve minutos". De verificarse este proceso, estamos hablando entonces no de simples "filtraciones" sino de auténticas gestiones y posproducciones mediáticas elaboradas, presumiblemente, a partir de un guión oculto. Los videoescándalos no son resultado del periodismo de investigación sino de particulares y peculiares intereses que gestionan y convierten a éstos en "productos". En honor a la transparencia y al derecho a la información es necesario investigar y conocer lo que existe detrás de las cámaras.

C) INTOXICACION INFORMATIVA. El análisis de las consecuencias y alcances de los videoescándalos y de la teleguerra política no han sido suficientemente explorados en los otros medios, especialmente los impresos, que se ven desbordados frente a la capacidad de conmoción y la inmediatez que genera el estilo televisivo. La libertad de expresión y el derecho a la información en México tienen ante sí un nuevo desafío que ya no es resultado sólo de la censura o la autocensura de las grandes empresas mediáticas, sino de los excesos de la despolitización telegénica: la intoxicación informativa.

EN ESPAÑA, A RAIZ de los atentados del 11 de marzo y de la mentira política desde el gobierno aznarista, se produjo una fuerte movilización cívica en contra de la intoxicación informativa. El cambio político que ahora se ha producido está generando reflexiones que no vienen mal para la situación actual en México: cómo contrarrestar el clima de crispación política generada a partir de una administración autoritaria de los medios, sobre todo de la televisión pública. No es necesario esperar a que la violencia virtual y discursiva se transforme en violencia física para buscar un armisticio en esta desalentadora etapa de la teleguerra sucia mexicana.

Expedientes en Tamaulipas y Juarez


DOS EXPEDIENTES MUESTRAN las dimensiones del atraso político, social y judicial en México. Ambos vinculan el derecho a la información y exhiben tanto la homofobia como la misoginia institucionales que, por supuesto, no son materia de videoescándalos para las televisoras.

EN PRIMER LUGAR ESTA el caso del crimen contra el periodista tamaulipeco Roberto Mora García, quien fue asesinado el 19 de marzo de 2004, al regresar de su trabajo del periódico El Mañana. Su cuerpo presentó 26 puñaladas. Con extrema celeridad las autoridades judiciales apresaron a una pareja de gays, Mario Medina, de nacionalidad estadunidense, y su pareja Hiram Oliveros. El primero confesó bajo tortura su culpabilidad, sin que se respetaran sus mínimos derechos. El caso provocó una airada reacción de la Comisión de Crímenes de Odio por Homofobia. El abogado de esta agrupación, Rodolfo Millán, acusó a las autoridades de fabricar culpables a partir del odio homofóbico. Se ha formado una comisión independiente, integrada por seis organizaciones nacionales e internacionales, que incluyen a Reporteros sin Fronteras, Limac y CEPET para esclarecer este homicidio contra el periodista. Lo más escandaloso es que la PGR no ha querido atraer el caso por considerarlo "delito menor", según la directora del periódico, Ninfa María Deandar.

"DELITOS MENORES" SIGUE considerando la PGR, en los hechos, a la ola de crímenes en Ciudad Juárez. Esta semana se halló la osamenta de otra mujer en la avenida Juan Gabriel de la ciudad fronteriza. Ni el nombramiento de una fiscal especial ni de una comisionada nacional ha frenado la persistente misoginia institucional y social que se expande más allá de Ciudad Juárez. La Cámara de Diputados nombró a la legisladora Marcela Lagarde como responsable de una comisión especial para revisar justamente los feminicidios en Juárez, en Jalisco (donde se suman más de 30 casos), León, Sonora, Coahuila, Distrito Federal, estado de México y Chiapas.

ƑQUE ESPERA EL procurador general para tomar cartas en ambos asuntos? Quizá esté demasiado concentrado en la teleguerra sucia, mientras los crímenes de odio siguen.

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