México D.F. Miércoles 5 de mayo de 2004
Cronología de una crisis
diplomática que llegó al filo de la ruptura
El deterioro de la relación con Cuba
comenzó con el sexenio de Vicente Fox
La designación de Castañeda
como canciller aceleró el declive en los nexos con la isla
El 23 febrero de 1999, cuando aún era
gobernador de Guanajuato, Vicente Fox afirmó que tenía
grandes coincidencias personales con el presidente de Cuba, Fidel
Castro:
舠Ambos somos del campo, nacidos y vividos en el
rancho. El de padre gallego y yo de madre española [vasca]. Me
llamó la atención que él estudió con los
hermanos lasallistas; yo también estuve con ellos. En el quinto
año de primaria se cambió con los jesuitas; en el quinto
año, yo hice lo mismo. El terminó hasta la universidad
con los jesuitas; yo terminé también con ellos. El no se
ha recibido en alguna de las profesiones que estudió; yo
tampoco舡, declaró en una gira por La Habana.
Los guiños hacia el gobierno castrista no
terminaron ahí. Un año después, en julio de 2000,
ya como presidente electo, Fox Quesada acudió a la embajada de
Cuba en México para participar en la celebración anual
del inicio de la revolución cubana, en un gesto que fue
bien recibido por los diplomáticos de la isla. Todo apuntaba
entonces a que las relaciones diplomáticas con La Habana
superarían el enfriamiento producido durante los
últimos años del gobierno de Ernesto Zedillo. En abono a
esta perspectiva, se anotó la presencia del comandante Fidel
Castro en la toma de posesión de Vicente Fox.
Sin embargo, cuatro años después las
relaciones entre México y Cuba se encuentran en uno de sus
niveles más bajos en los 102 años de vínculos
diplomáticos; en una situación de virtual rompimiento.
Primer signo
Los sucesivos desencuentros que derivaron en la
crisis diplomática que estalló el domingo pasado se
iniciaron prácticamente desde el comienzo de la
administración foxista. Un primer signo de que la
relación no se restauraría fácilmente fue la
designación de Jorge G. Castañeda como secretario de
Relaciones Exteriores, a quien los cubanos miraban con desconfianza,
dada su controvertida actuación en el ámbito
político.
En abril de 2001 se produjo el primer diferendo.
Durante la reunión anual de la Comisión de Derechos
Humanos de la Organización de Naciones Unidas (CDHNU),
México, por primera vez en una historia de reiteradas
abstenciones, votó contra Cuba en materia de derechos humanos.
La decisión causó el enojo del gobierno de La Habana, que
emitió severas criticas a su homólogo mexicano. El 21 de
ese mes, el canciller Jorge Castañeda trató de minimizar
los señalamientos cubanos con un desplante. En gira con el
presidente Fox por Quebec, atribuyó las críticas a que
los cubanos estaban 舠ardidos舡.
La frase generó un agrio debate en el
país. Marta Sahagún, entonces vocera presidencial,
trató de deslindar al presidente Fox, pero el mandatario
avaló días después, lo expresado por
Castañeda.
En febrero de 2002, ocurrió otro incidente.
En una gira del presidente Vicente Fox por La Habana, el canciller
Castañeda afirmó que las relaciones de México son
ya con la República de Cuba y no con la revolución
cubana.
Puertas abiertas
El siguiente desencuentro fue el que se
inició el 27 de febrero de 2002, en una gira por Miami, el
secretario de Relaciones Exteriores declaró que México
tendría las puertas abiertas a los cubanos. Las declaraciones
del funcionario derivaron en un rumor en el sentido de que
México otorgaría asilo a ciudadanos de Cuba.
El primero de marzo, un grupo de 21 cubanos, en su
mayoría jóvenes, irrumpió con violencia en la
embajada mexicana, con la intención de emigrar, alentados por
las declaraciones del canciller efectuadas al inaugurar el centro
cultural de México en Miami y reproducidas a lo largo del
día por Radio Martí. La ocupación de la sede
diplomática se prolongó por más de 30 horas.
Fuerzas policiacas tuvieron que desalojar el inmueble a
petición del gobierno mexicano.
Días
después, el 21 de marzo de 2002, Fidel Castro abandonó la
Conferencia Internacional sobre Financiación al Desarrollo
organizada por Naciones Unidas en Monterrey, con el argumento que
había recibido presiones para dejar el acto. El presidente
Vicente Fox respondió que nadie había pedido al
líder cubano que se fuera, pero el canciller cubano, Felipe
Pérez Roque, señaló que una persona muy autorizada
en el gobierno de México hizo esta solicitud. Surgieron las
versiones de quién podría haber sido esa persona. Con
insistencia se habló de Jorge G. Castañeda. El gobierno
mexicano respondió pidiendo pruebas de la afirmación
cubana.
Un mes más tarde, en conferencia de prensa,
el presidente Fidel Castro presentó las pruebas requeridas por
el gobierno mexicano. Mostró así la grabación de
una conversación telefónica que sostuvo con el mandatario
mexicano el 19 de marzo, en la que éste le pidió
pronunciar su discurso, no incomodar al presidente Bush, que lo
acompañara a comer y apresurara su salida de Monterrey. En
síntesis: 舠comes y te vas舡.
Todo ello se produjo luego de que el gobierno de
México vuelve a votar contra Cuba en Ginebra y el gobierno
caribeño emitió severas criticas contra Castañeda
en el periódico oficial Granma. Inconforme
con la determinación, el embajador Ricardo Pascoe Pierce
salió de la embajada mexicana en septiembre del mismo
año.
Otro voto en contra
Un año después 舑en abril de 2003舑 el
gobierno de México volvió a votar contra Cuba en la
CDHNU, al sumarse a la resolución que instaba a la
administración de Fidel Castro a recibir un representante del
organismo internacional para que evaluara la situación de los
derechos básicos en la isla. La posición es congruente y
se inscribe en una política de respeto a los derechos humanos,
explicó el gobierno de Fox. Pero para Cuba la decisión
mexicana significó una agresión.
En medio de una espiral de confrontaciones,
surgió en marzo pasado el video que muestró a perredistas
recibiendo dinero de Carlos Ahumada Kurtz, quien días antes 舑el
27 de febrero舑 había huido a Cuba. Un mes después, el 30
de marzo, fue capturado por las autoridades de la isla, en respuesta a
la petición del gobierno mexicano de detenerlo. Durante su
encarcelamiento, el empresario fue interrogado por el gobierno cubano.
Mientras se ejecutaban los trámites
legales para solicitar la extradición, por los delitos
de fraude genérico y lavado de dinero, el
14 de abril de 2004 el gobierno de Washington anunció que
México votaría otra vez contra Cuba en la CDHNU, reunida en Ginebra. El anuncio se efectuó
luego de una conversación telefónica entre los
presidentes Fox y George W. Bush. Sin embargo, la presidencia mexicana
desmintió la versión y dijo que el país
舠todavía no ha tomado una decisión舡 y que 舠no acepta
presiones de ningún lado舗舗.
Sin embargo, un día después, el
gobierno anunció el sentido de su voto, con lo cual se
confirmó la versión dada con anticipación por la
Casa Blanca.
Inesperadamente, el 28 de abril, el gobierno de Cuba
decidió no esperar la solicitud de extradición del
gobierno mexicano y deportar a Carlos AhumadaKurtz,
determinación acompañada con una nota del Ministerio de
Relaciones Exteriores, en la que reveló que, de acuerdo con
versiones del empresario, la difusión de los videos fue
planificada con objetivos políticos y con meses de
antelación, comentario que generó una protesta
diplomática del gobierno de México.
Como su antecesor Jorge Castañeda en la
Cumbre de Monterrey, el canciller Luis Ernesto Derbez solicitó a
Cuba que presentara pruebas de lo señalado en el documento.
Tres días después, el 1º de mayo,
en el acto conmemorativo por el Día del Trabajo, el presidente
Fidel Castro, en un acto multitudinario, consideró lamentable
que todo el prestigio de la política exterior de México,
ganado a lo largo de décadas, haya convertido en cenizas.
Eel gobierno mexicano responde el 2 de mayo. El
secretario de Gobernación, Santiago Creel, dio cuenta de
acciones 舠inaceptables舡 de 舠funcionarios舡 cubanos en territorio
nacional, mientras que el canciller Derbez anunció que la
administración foxista, ante estos hechos, había decidido
retirar a su embajadora en Cuba, solicitar el retiro 舑en un
término no mayor de 48 horas舑 del embajador cubano en
México y declarar persona no grata al consejero
diplomático, Orlando Silva, exigiéndole su inmediata
salida del país.
A 102 años de unas relaciones
diplomáticas ininterrumpidas entre México y Cuba,
éstas se encuentran en el nivel más bajo de toda su
historia; aunque ayer Derbez consideró que es necesario
restituir las relaciones con la isla.
GEORGINA SALDIERNA Y
JOSE ANTONIO ROMAN
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