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México D.F. Miércoles 5 de mayo de 2004

Immanuel Wallerstein

¿Retirada estadunidense?

A principios de 2003, el gran debate en todo el mundo giraba en torno a si Estados Unidos debía entrar en Irak. Ahora este debate cuestiona si Estados Unidos debe retirarse de Irak. La ocupación no ha sido, para nada, lo que las autoridades estadunidenses pensaban y esperaban. La resistencia armada  prolifera. Las fuerzas de la ocupación se reducen. Los opositores iraquíes son más, y manifiestan mayor hostilidad hacia Estados Unidos y a todos aquellos que lo respalden. Aun hacia el consejo de gobierno iraquí que Estados Unidos instaló para que fungiera de aliado fiel.

Los elementos centristas, lo que se conoce como establishment en Estados Unidos, que apoyan las decisiones de su presidente, y en el Congreso si hubiera alguna votación, se han vuelto ahora muy quisquillosos, y ya no saben qué postura asumir. Un lugar común es decir que, aunque se hubiera justificado invadir Irak (la justificación más aceptable para ese grupo era derrocar a Saddam Hussein), la guerra se conduce mal. Estados Unidos la emprendió con un ejército muy pequeño. No pudo hacer lo necesario para 舠ganar los corazones y las mentes舡 del pueblo iraquí. El gobierno no planeó más allá del periodo de Saddam y ha cometido graves errores.

No se trata de una posición de gran disentimiento respecto de la del gobierno de Bush. La obvia conclusión de estas críticas es pedir más fuerza militar sobre Irak, gastar más dinero en la reconstrucción, revivir el reclutamiento. Esta es la posición de los críticos republicanos, como los senadores McCain y Hagel.

Los dirigentes demócratas 舑el más notable es el senador Kerry舑 van un paso más allá. Dicen que Estados Unidos debe 舠hacer un llamado舡 a Naciones Unidas y a la OTAN, algo que, dicen ellos, Bush debió hacer desde el principio. El hecho es que ni Naciones Unidas ni la OTAN están listas para responder al llamado de Estados Unidos: la zona de desastre creada no se menciona. Pero esta gente tiene un argumento más, el cual fue enunciado muy claramente en el editorial del New York Times del 25 de abril.

Dicho texto expresa que fue un error invadir Irak sin un amplio respaldo internacional, y que desde entonces a la fecha no ha habido muchos indicios de que instaurar una democracia estable, según la noción de George Bush, sea algo más que un sueño. Pero 舠abandonar舡 Irak ahora crearía una situación tan horrorífica que Estados Unidos está obligado a presionar en tanto haya alguna esperanza de avanzar... 舠No es éste el momento de retirarse y ciertamente no es el momento de tomar medidas a medias.舡

No obstante, es claro ya que en la batalla de Fallujah y en el sitio de Najaf, a cargo de las fuerzas armadas estadunidenses, las medidas a medias pueden ser la única opción realista. Las medidas 舠a fondo舡 prometen acarrear mayores desastres para Estados Unidos.

En realidad, ¿qué pasaría si Estados Unidos se retirara? Primero, necesitamos averiguar que significa 舠retirarse舡: todas las tropas o unas cuantas; de inmediato, pronto, o 舠cuando la situación se estabilice舡. Hoy queda claro que no hay gobierno central en Irak, y no hay ejército (dado que Estados Unidos desbandó el único que aquel país tenía). Casi no hay fuerzas policiacas. El representante de Naciones Unidas, Lakdhar Brahimi, dice que confía en lograr acuerdos encaminados a formar un nuevo gobierno central para fines de mayo, el cual será un gobierno 舠interino舡 de 舠expertos舡 hasta la celebración de las elecciones, que se proyectan hacia enero de 2005.

Entre tanto, el procónsul estadunidense, Paul Bremer, dice que espera reconstituir un ejército iraquí, contratando algunos de los viejos generales que sólo 舠nominalmente舡 eran miembros del partido Baaz. Tal medida es rechazada rotundamente por el antiguo favorito del Pentágono, Ahmed Chalibi, quien quedó a cargo de la desbaazificación de Irak. Chalibi, quien no pudo demostrar que contaba con apoyo popular alguno en Irak, se opone también al plan de Brahimi, que lo eliminaría (junto con su partido) del gobierno, y es probable que de manera permanente.

Así que tal vez haya ejército de algún tipo para enero de 2005. También están las 舠milicias舡 de variada importancia: al menos dos son kurdas, otras dos son chiítas y probablemente una más pueda constituirse con facilidad en las áreas sunitas. Esta situación es fuente de frecuentes discusiones, pues se alega que si Irak se quedara solo caería fácilmente en una guerra civil. Tal probabilidad era más cercana hace tres meses. La incompetencia estadunidense ha creado vínculos nacionalistas entre las facciones rivales. Y las acciones militares estadunidenses en Fallujah y Najaf pueden sellar una nueva unidad, o por lo menos algo que tenga la fuerza suficiente para reducir radicalmente la probabilidad de una situación parecida a lo que ocurrida en Bosnia durante los noventa.

Hace poco nos enteramos, en el libro de Bob Woodward, de que cuando estaban por decidir la invasión, Colin Powell le recordó a George W. Bush la teoría de la intervención en zonas extranjeras conocida como 舠teoría de la tienda de antigüedades舡: si lo rompes, es tuyo. Es lo mismo que dice el New York Times: 舠Estados Unidos está obligado a presionar舡. ¿Obligado? Legalmente, de seguro, no. ¿Moralmente? Veamos más de cerca.

Si uno lastima a alguien y complica su situación, ¿debe quedarse a ofrecer ayuda? Bueno, sÌ, si eso fuera un remedio, y si fuera bien recibido por la persona a la que uno trata de ayudar. Pero claro que no si uno empeorara la situación. En lo personal, no creo que Bremer más el general Abizaid estén remediando nada. La situación empeora constantemente. Y lo que más vociferan los iraquíes, incluso los que en un principio eran amigables con los invasores, es que Estados Unidos está ocasionando grandes daños a Irak, y todo parece indicar que ocasionará más aún.

La razón es simple. Hay muy poco que Estados Unidos pueda hacer para llevar orden y estabilidad a Irak, no se diga la llamada democracia que Estados Unidos alega que desea imponer.

Los iraquíes tienen dos quejas principales acerca de las fuerzas de ocupación estadunidenses. Están hiriendo (y matando) a muchas personas que no son combatientes, con tal de salvar la vida de los soldados estadunidenses y supuestamente restablecer el orden. Pero la queja más importante es que los iraquíes no están convencidos de que Estados Unidos tenga intención alguna de marcharse. Y tienen buenas razones para dudarlo, puesto que los funcionarios del gobierno de Bush se la pasan diciéndolo ya desde hace rato. Estados Unidos construye bases militares permanentes en Irak.

Se insiste en que la 舠soberanía舡 que se restablecer en Irak a partir del 30 de junio es 舠parcial舡. La soberanía es como la virginidad:  se tiene o no la tiene. No hay medias tintas. Si las fuerzas armadas estadunidenses pueden actuar como les plazca después del 30 de junio, el país no será soberano. Si el gobierno no puede hacer leyes sin consultarlas con Washington, el país no será soberano: será una colonia.

Entonces, ¿qué puede hacer Estados Unidos? Dado que por el momento no hay gobierno central ni ejército, supongo que una retirada estadunidense instantánea traería de hecho consecuencias caóticas. Pero Washington podría comprometerse ahora a devolver la soberanía total a un gobierno interino para el 30 de junio (que sujetaría a los militares estadunidenses a las decisiones de ese gobierno). Podría permitir, de inmediato, la reconstitución del ejército iraquí. Y podría comprometerse a una retirada general, digamos, para enero del 2005. Sobre todo, podría renunciar a todas las aspiraciones de contar con bases en Irak en el futuro.

Tales acciones ¿implican riesgos desde el estrecho punto de vista estadunidense? Por supuesto, los tiene. Pero éste es el cul-de-sac en que el gobierno de Bush puso a Estados Unidos, y será la mejor manera de cortar las pérdidas estadunidenses, si no es que la única.

¿Será amigable con Estados Unidos el nuevo gobierno de Irak? Es muy posible que no. Washington no se ha dado cuenta de lo bueno que era contar con un Saddam Hussein virtualmente desdentado en el poder. Pero cuando uno comete un error realmente mayúsculo, lo mejor es admitirlo y retomar la vida desde ahí. ¿Lo hará George W. Bush? Es casi seguro que no. ¿Lo hará John F. Kerry? Tal vez, pero no es nada seguro.

©Immanuel Wallerstein

Todos los derechos reservados

Traducción: Ramón Vera Herrera

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