México D.F. Miércoles 5 de mayo de 2004
Presentaron anoche el tercer poemario del
músico, publicado por la UNAM
Guillermo Briseño plasma en papel su
adicción por el sonido de las palabras
El libro reúne poemas, malabarismos
verbales, filigrana semántica y prosódica
舖舖Hay letras que solas pueden armar un
discurso sin interrumpirse舗舗, manifiesta
ARTURO GARCIA
HERNANDEZ
¿Quién dijo por primera vez 舖舖amar舡,
舖舖guerra舡, 舖舖caricia舡, 舖舖enrojecer舡, 舖舖encabronar舡, 舖舖taza舡 o 舖舖perro舡?
¿Cómo surgieron las palabras para nombrar objetos, ideas
o sensaciones?
Como músico, no es extraño que
Guillermo Briseño encuentre placer en los sonidos. Tampoco lo es
que, por añadidura, lo halle en el sonido simple de las letras y
las palabras.
Con el placer, que siempre contiene algo de juego,
llegó la curiosidad y empezaron preguntas como aquellas del
principio.
La curiosidad condujo a Briseño a realizar
sus propias exploraciones por la infinita, mágica y misteriosa
galaxia de La Letra y La Palabra.
Así, en un proceso que aquí se dice
fácil y rápido, pero que le tomó 舖舖muchos
años舡, Briseño fue escribiendo su tercer libro de poemas,
recién salido de la imprenta, Adiccionario:
su adicción por el sonido de las palabras, plasmada en papel y
presentada en estricto orden alfabético, de la A a la Z. Se
trata de un conjunto de poemas, malabarismos verbales, filigrana
semántica y prosódica.
Es motivo de esta charla con el músico, poeta
y loco. Antes cabe la explicación que viene en la cuarta de
forros:
Pronunciar es tacto
Lengua labio diente
y paladar sobando el
verbo
relámpago y
susurro
que puede ser
leído
en los ojos y en los
labios
Quien puede recordar
oliendo tierra
mordiendo pasto
Quien pronuncia
oye a lo que sabe
otro sentido
El pianista de mil tocadas sabe que no descubre el
hilo negro: 舖舖No soy el primer ser humano que escribe y se da cuenta de
que el sonido puede producir enormes placeres. Eso tal vez lo haya
descubierto como músico, pero se produjo algo que, lo digo de
buen humor, me fue traicionando.
舖舖Lo que sucedió es que, escribiendo otras
cosas, de repente aparecía la voluntad secreta de escribir eso
que con corrección se llama aliteraciones: el sonido de las
letras con exceso, en el sentido más ortodoxo.
舖舖Seguramente me movía una intuición
de orden primigenio, como la del primer hombre que se encontró
con una fruta verde, grande panzona; que debe haber dicho,
¿qué es esto? Y la rompió con una piedra y vio que
por dentro era roja y la probó y le supo dulce. Era una
sandía.舡
Abrir puertas y ventanas con el arte
Guillermo Briseño, con plena conciencia,
interroga en estos términos: 舖舖¿A qué sabe el
idioma, a qué suenan en la memoria todas esas cosas que las
palabras traen consigo? Alquien dice una palabra y te acuerdas
cómo olía una muchacha舡.
Pasaban meses y años y, literalmente en medio
del rocanrol, a Briseño le seguían saliendo esos breves
textos en los que era una letra la que mandaba. Por ejemplo:
Perdón
pero pensaba
publicar poco
Poner piedras, palos
paredes, pilotes
provisionales
Puedes proponerme
poner pie primero
para pararme pronto
permitirme platicar
personificar paso por
paso
pudores, poderes, penas
preguntar
Pero prefiero
pasar por pobre
ponme piano
pídeme poemas
perdóname
pensaba publicar poco
舖舖Hay letras que se dejan, que mandan, solas pueden
armar un discurso sin interrumpirse. ¡Mira qué maravilla
la P! Y hay algunas que necesitan la ayuda de otras.舡
A la pregunta 舑en realidad, una provocación舑
de la función que cumplen trabajos como Adiccionario en
tiempos de canallas, de pesimismo, de deterioro, de
claudicación, Briseño expone:
舖舖Uno no produce recetas para que la gente cambie o
para que el gobierno mexicano se convierta en un gobierno
democrático, justo, progresista, transformador de la realidad.舡
Hay trabajos 舖舖que pueden servir para hacerse
famoso, para hacerse rico, para quedar bien con el poder o, como
podría ser la responsabilidad que mejor me acomoda, para darme
cuenta de lo que me gusta y no me gusta, para pensar en la vida y en
sus cuestiones más abstractas, más difíciles de
comprender.
舖舖Por ahí va una parte del instinto, que por
supuesto se mezcla con la razón y que se parece mucho a lo que
los indios del sur de México, en particular la rama mayense y
tojolabal, dicen cuando traducen al español su manera de decir
pienso: habla mi corazón.舡
A final de cuentas 舑suscribe舑 舖舖la música, la
poesía, la danza, la pintura y todas las artes tiene que ver con
eso, con abrir otras puertas, otras ventanas, para ver una realidad que
es compleja y no fácilmente explicable舡.
Adiccionario, publicado pro la Facultad de Estudios
Superiores Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), fue presentado anoche por Francisco Segovia,
José Manuel Pinto, Hebe Rosell y el autor.
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