.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones

P O L I T I C A
..

México D.F. Viernes 7 de mayo de 2004

ASTILLERO

Julio Hernández López

Hablar por hablar

Dogmas a dos voces
Milagro al derbez de San Tiaguín

EL SECRETARIO DE hibernación está tan desesperado que ayer produjo el milagro de hacer que Luis Ernesto Derbez pareciera un aplicado aprendiz de político (šasí andarán las cosas!). Tenso y denso (a este poeta que en el aire las compone ya no se le ocurrió ningún otro adjetivo que hiciera verso, pero se aceptan sugerencias), Santiago Creel se mantuvo ayer, en la conferencia de prensa a dos voces, aferrado a un discurso simplón que a veces se escudaba en lo legaloide, otras en lo muy fallidamente ingenioso (el recurso del diccionario para explicar por qué ha hablado de "agentes" cubanos, o la explicación del uso familiar del apellido Castro) y algunas más en lo presuntamente secreto (el derecho del policía chino a hacerla de emoción siguiendo su propia pista que previamente había declarado asunto confidencial, clasificado).

CONFERENCIA DE PRENSA anticlimática, repetitiva e insípida que en estricto sentido no tenía sustancia ni razón, salvo que los presuntos responsables de las políticas interior y exterior de México pudieran sentir o creer que estarían empatando el marcador luego de la goliza recibida un día antes a larga distancia. O satisfacer el enojo del jefe superior que está por encima de ellos (arriba, para más señas), a quien el coraje se le ha indigestado tanto que no puede pronunciar en público la palabra Cuba, aunque diariamente teje alrededor de ella bravatas de nacionalismo y soberanía propias de quien debe presumir de lo que más carece. Si el copresidente de Mecsi Co. continúa empeñado en montar desde cualquier colina mediática que le es posible el espectáculo nostálgico denominado Defenderé el peso de la soberanía como un zorro, los dos simpáticos cachorros de la contrarrevolución también demandan oportunidades escénicas.

EL ABOGADO CREEL defendiendo la extraña tesis de que extranjeros expertos en conjuras habrían hollado suelo patrio pretendiendo hacer grilla con mexicanos que así estarían traicionando el espíritu masiosare nacional pero, al mismo tiempo, negándose a dar pruebas del espionaje profundo que debió haber realizado y, sobre todo, de las pláticas y arreglos que en dado caso deberían llevar a los responsables nativos a ser fusilados en el Mc Donalds más cercano al Cerro de las Campanas. Pues no, que dice el docto jurista que aun cuando se hubieran cometido tan graves delitos, no habría mexicanos en camino al paredón y que, en realidad, pues no habría mucho más que hacer sino oportunamente enfriar las relaciones con un país tropical horas antes de que el jefe de jefes comenzara la operación de ablandamiento de la opinión pública mundial explorando las posibilidades de otra experiencia libertaria como la de Irak, aunque ahora a unos minutos de vuelo en avión, para que los ataúdes de soldados tarden menos en volver a casa.

EL GRAN LUIS ERNESTO, por su parte, seguramente acababa de leer el programa de mano del homenaje gubernamental a las armas nacionales cubiertas de gloria, pues se reveló en extraños momentos de debilidad escénica como defensor hasta con su propia life de que no haya injerencia de un país en los asuntos de otro (por ejemplo, que Estados Unidos no intervenga en Cuba, pero sí que otro otro, por ejemplo México, pueda hacerlo de manera que el primer otro ya no parezca directamente injerencista). Tan dueño de su papel estaba el patriota Colin Derbez (sucesor de Jorge Powell), que en retobo que ya debe estar justificando ante la Casa Blanca (así estaba escrito en el guión, podría argumentar) se opuso gallardamente a la posibilidad entonces no confirmada, y luego desechada, de que un subsecretario gringo de Estado hubiese tenido la ligereza de revelar que México estaría adscrito al plan de combate al castrismo que entre otras cosas, šoh, coincidencias de la life!, considera el enfriamiento de relaciones diplomáticas con Cuba.

ASTILLAS: YA ANTES SE explicó aquí que miles de personas con pasaporte diplomático viajan de su país de origen a otro sin violar ninguna ley por no avisar a las autoridades del lugar visitado lo que van a hacer o con quién se van a reunir o para qué, y que sólo deben hacerlo aquellos viajeros con pasaporte diplomático que mediante procedimiento formal hayan sido adscritos a la embajada o a un consulado del país visitado y que, por tanto, deben recibir una visa diplomática específica aparte de su (perdón por la rebuznancia, pero hay secretarios que no entienden bien) genérico pasaporte diplomático (en el caso de Cuba ni siquiera hay necesidad de esas visas diplomáticas, porque existe un amistoso acuerdo de supresión de ese trámite). Continuando con estos breviarios culturales, hoy se anotará que los cónsules de México en Estados Unidos, por ejemplo, podrían ser acusados de lo mismo que el dúo dinámico de tres (recuérdese al jefe) acusa a los "agentes" cubanos, pues tales funcionarios mexicanos nunca avisan a los gringos de sus reuniones y encuentros privados en los que invariablemente se habla de la política interior gringa. Otros personajes mexicanos que tienen derecho a pasaporte diplomático y a viajar sin avisar a nadie de lo que vayan a hacer son los miembros del Servicio Exterior Mexicano y sus dependientes económicos, los presidentes de la República, de la Suprema Corte de Justicia, del Senado y de la Cámara de Diputados, así como ex presidentes de la República, gobernadores de los estados, el jefe del gobierno capitalino y el procurador federal de justicia... Por cierto, y ya que los tres chifladores de la loma andan tan clavados en el tema, esta columna les pasa la pista de que el 24 de febrero pasado, el jefe de un Estado extranjero se metió en asuntos de política interna mexicana, censurando instituciones, dando consejos e instando a sus subordinados residentes en México a cumplir esas instrucciones forasteras. Sucedió frente a un embajador mexicano que entregaba sus cartas credenciales al jefe del Estado vaticano, Juan Pablo II, quien exigió más libertades religiosas en México, entre otras cosas... Pero, mientras tanto: šfeliz fin de semana (en que el tecleador contestará correspondencia acumulada)!

Fax: 5605-2099 [email protected]

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email