<-- regresar a la portada

LA POLITICA DEL PRAGMATISMO 24 de mayo de 2004

Adela Mac-Swiney González, Madrid

Pasaron poco más de seis años desde que los países que integran la Unión Europea (UE) suscribieron un Pacto de Estabilidad y Crecimiento para mantener bajo control el déficit fiscal. La recesión económica que vive la región parece sepultar los compromisos adquiridos en el Consejo Europeo de Dublín y que posteriormente fueron incorporados al Tratado de la Unión Europea. Pero también ha mostrado que varios países prefieren el pragmatismo y sacrificar una parte del ajuste fiscal para impulsar políticas de mayor gasto público en periodos de bajo crecimiento. Cada vez más socios del bloque comunitario se suman a la lista de incumplimiento del límite de 3 por ciento del producto interno bruto (PIB) de déficit, hecho que ha puesto a debate la revisión del pacto.

Con excepción de un incidente de relativa poca importancia ocurrido en Irlanda en 2001, el pacto funcionó sin contratiempos hasta la primavera de 2002. En el Consejo Europeo de Sevilla, Francia se resistió a renovar su compromiso, asumido al firmar el pacto, de eliminar su déficit a mediano plazo, para 2004, alegando que sus previsiones de crecimiento habían disminuido significativamente. París consideró que en tales circunstancias económicas, el compromiso era poco realista.

Posteriormente, en 2001 Portugal superó el umbral de 3 por ciento y cerró el año con un déficit fiscal de 4.1 puntos del PIB. El pacto entró en crisis y surgió un gran debate sobre su posible reforma. Después, Alemania ­país que había sido golpeada por unas inundaciones que obligaron al gobierno a elevar el gasto público para atender la emergencia­ llevó sus finazas a concluir con un desequilibrio fiscal de 3.8 por ciento en 2002. Francia también llevó su déficit de ese año a 2.7 por ciento, nivel que superaba ampliamente su objetivo de 1.4 por ciento, al que se comprometió en 2001.

Las previsiones se cumplieron

Deficit/SuperavitEl año pasado, Francia y Alemania evitaron ser sancionados por el Consejo de Ministros de Economía y Finazas (Ecofin) de la UE tras comprobarse sus abultados déficit públicos y luego de una polémica decisión que minó la credibilidad del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y que desairó a la Comisión Europea y al Banco Central Europeo, que habían reiterado la necesidad de que el déficit público nunca supere 3 porciento del PIB. La razón: se ha considerado que obligar a un país a cerrar su déficit público en un momento de recesión económico es un tema complejo, en el que las razones prácticas se imponen al manual.

El Ecofin decidió por mayoría calificada, con el voto en contra de Holanda, España, Austria y Finlandia, suspender la aplicación de los procedimientos sancionadores previstos por la comisión y abiertos contra las dos primeras economías de la eurozona (Alemania y Francia) por su falta de control del déficit, aunque pidió que hubiera reducciones a partir de este año. El sentido de la decisión fue tomado como una parálisis del procedimiento previsto en el pacto de estabilidad.

La Comisión Europea también decidió abrir sendos procedimientos por déficit excesivo contra el Reino Unido y Holanda por haber superado el límite de 3 por ciento del PIB en 2003.

A mediados de este mes, Ecofin volvió a pasar por alto la indisciplina fiscal, al no seguir la recomendación del recién nombrado comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, de remitir una "alerta temprana" a Italia por considerar que rebasará 3 por ciento de déficit público en 2004.

Tan sólo el vicepresidente y ministro español de Economía, así como ex comisario europeo de Economía, Pedro Solbes, y los representantes de Austria, Suecia y Holanda hablaron en defensa de la norma y de la gestión de Almunia; pero el resto se conformó con las vagas declaraciones del ministro italiano, Giulio Tremonti, indicando que "eventualmente" tomará medidas para mantener el déficit bajo ese techo marcado por el pacto, y aceptó aplazar el debate al 5 de julio, es decir, después de las elecciones europeas, para no complicar más las cosas al gobierno de Silvio Berlusconi.

Asimismo, a principios de este mayo, la Comisión Europea anunció que presentará un informe por déficit excesivo en 2003 contra seis de los nuevos estados miembros, en cumplimiento del Tratado de la UE y del pacto de estabilidad, informaron fuentes europeas. Se trata de Hungría, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Chipre y Malta.

En las condiciones que tenían que cumplir los estados miembros para poder formar parte de la zona euro en la UE, dos se referían a la robustez de las finanzas públicas: el déficit público no debía superar 3 por ciento del PIB y la deuda pública no podía exceder de 60 por ciento del PIB, condición esta última relajada en el examen de cumplimiento de las condiciones de convergencia.

Déficit excesivo

La situación de las finanzas públicas en los estados miembros de la UE ha empeorado en los últimos meses, con cinco países que tienen abierto un procedimiento por déficit excesivo (Francia, Alemania, Reino Unido, Holanda y Portugal, aunque a este último se le cerrará el procedimiento, y un aviso en el caso de Italia).

Según las previsiones económicas difundidas, el déficit público promedio de la zona euro podría permanecer estable en 2.7 por ciento en 2004, con un ligero descenso en 2005, mientras que el de la UE en su conjunto será de 2.6 por ciento. Lo cierto es que por ahora, y pese al constante incumplimiento de los acuerdos del pacto, ningún país ha sido sancionado.

Antonio Argandoña, director general asociado del Instituto de Estudios Superiores de Empresa de la Universidad de Navarra, considera que la razón por la que algunos países no han podido cumplir los acuerdos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento es porque, en su día, no se esforzaron por reducir el déficit público de una manera importante, como hicieron Finlandia o España.

De esta manera, llegó la recesión económica de los últimos dos años y los países en problemas se han encontrado en situación de déficit, aunque Argandoña también ha explicado que es un fenómeno en algunos casos más estructural, más duradero, y en otros casos, bastante transitorio.

Argandoña, experto en temas económicos de la UE, considera lógica la decisión del Ecofin de liberar de sanciones a países como Francia y Alemania, pues obligar a una nación a cerrar su déficit público en un momento de recesión económica es muy difícil, ya que el déficit público se cierra subiendo impuestos y bajando gasto público y esto en una época de recesión agrava el problema, porque reduce la demanda de las familias, de las empresas y del gobierno.

No obstante, el factor político también se ha impuesto en las decisiones del Ecofin, ya que además de que Francia y Alemania son los líderes de la UE, ambos sugirieron que reducirían su aportación a los presupuestos de la zona en caso de ser sancionados, lo cual significa menos fondos para el resto de los países §


<-- regresar a la portada