Antonio Gershenson

Petróleo: Ƒen el tope de la capacidad productiva mundial?

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a iniciativa, en lo inmediato, del gobierno de Arabia Saudita, acordó un "aumento" en el supuesto límite de la producción petrolera, de 2 millones de barriles diarios, para tratar de bajar los precios altos del producto. El límite oficial era de 23.5 millones. La reacción de los mercados petroleros no fue la que podría esperarse por quienes ven sólo lo inmediato. Las alzas y bajas alternadas en el precio del petróleo eran un fenómeno que ya venía de antes de la reunión de la OPEP.

El primer elemento de desconfianza provenía de un pequeño detalle: la producción real de la OPEP en abril, o por lo menos la publicada por la Agencia Internacional de Energía, era ya cercana a los 25.5 millones de barriles diarios. Durante mayo, el precio mismo del petróleo, que inclusive en promedio mensual fue el más caro de la historia en términos nominales, fue un estímulo excepcional para que quien pudiera producir más, lo hiciera. De modo que el anuncio no implicaría ningún aumento. Y es muy posible que en mayo ya haya habido una producción inclusive mayor que la del nuevo tope. De ahí que al conocerse el resultado en la Bolsa Mercantil de Nueva York, los precios del petróleo a futuro subieran casi 70 centavos. Luego llegó la noticia de un aumento en las existencias petroleras estadunidenses (las existencias son crudo, gasolinas y otros refinados que están almacenados, a diferencia de las reservas, formadas por crudo y gas natural en yacimientos, que no han sido extraídos pero que lo pueden ser de manera rentable). Las existencias son un elemento de corto plazo en la formación de los precios, porque la combinación de producción y demanda las pueden modificar rápidamente. Pero en el país vecino se dan a conocer semanalmente, y por lo mismo su efecto tampoco va a ser menor que la semana respectiva.

El acuerdo va a mostrar algo, sin embargo. Mostrará la capacidad real de producción de los pocos países que no han reconocido que están en el tope de su capacidad productiva. Y no sólo se tratará de lo inmediato, de un posible aumento no sostenible durante mucho tiempo. Precisamente, Arabia Saudita, en dos ocasiones posteriores a 1986, en las que hubo guerra en Medio Oriente, elevó su producción a 10 millones de barriles diarios... por pocos meses. Se estima que esa producción puede llegar, en junio, cuando mucho a un promedio de 9.1 millones, 800 mil más que en mayo, un aumento de poco más del uno por ciento de la producción mundial.

Ahora el problema con el precio del crudo no es de pocos meses. ƑO acaso están por extinguirse los conflictos de Irak y de Israel-Palestina? ƑAcaso no estamos apenas al principio de la temporada veraniega y de vacaciones de verano en el hemisferio norte y, en especial, en Estados Unidos? En este último aspecto, el verano implica un aumento en el uso de aire acondicionado y por tanto en el consumo de energía, y las vacaciones, largos recorridos de muchos automóviles y otros medios de transporte. Ya la gasolina está muy cara en el mencionado país vecino. Y estas son causas de corto y mediano plazos.

Más relevantes son los problemas de largo plazo. Veíamos que uno de los elementos que muestra lo que hoy sucede con la OPEP es que estamos casi en el límite de la capacidad productiva mundial. Lo que pueda aportar Rusia, único productor importante de fuera de la OPEP que no está ya produciendo en el tope de su capacidad, es totalmente insuficiente para cubrir la creciente demanda mundial. Y ésta sí es una causa de fondo y de largo plazo que impide una baja sustancial en los precios del petróleo crudo. Al unirse ese fenómeno con la escasez de gas natural en América del Norte (que ya es una realidad que tiene hoy los precios de este hidrocarburo arriba de los seis dólares por millón de unidad térmica británica (british thermal unit o BTU), casi el triple del precio promedio del quinquenio 1995-1999), ninguno de los dos energéticos básicos podrá apoyar al otro en usos comunes.

Los elementos básicos de largo plazo de la escasez de gas natural, no de ahora sino de los primeros años que siguen, son: La producción y sus recursos van en declive; la demanda sigue creciendo, y rebasará a la oferta próximamente. Los proyectos para transportar gas natural desde el Artico son muy caros y tardados (del orden de 10 años). Los proyectos para traer gas natural licuado también se toman su tiempo y requieren de grandes inversiones; si se pretende traerlo de Australia o Indonesia, se implican, además, altos costos de transporte, pues los buquestanque para gas natural licuado son más caros que los usados para el petróleo crudo.

Más vale tomar todo esto en cuenta. Somos un país con abundantes energéticos, en parte desperdiciados, no sólo pero sí sobre todo en energía renovable. Podemos seguir sin política energética, sin política industrial, sin política de transporte, y entonces, como ya nos ha pasado, nos tocará la peor parte de la crisis. O podemos hacernos a un lado de ésta si adoptamos las políticas adecuadas para lograrlo.