Arnoldo Kraus

La marcha

ƑManipulación o realidad? Antes de la marcha muchos teóricos de la política y de los medios de comunicación apuntaron sus argumentos y sus análisis para tratar de definir si el corazón de la protesta contra la violencia era genuino -la realidad de las calles- o, más bien, si se efectuaría porque la sociedad había sido manipulada -por Vicente Fox o por grupos que buscan restar fuerza a López Obrador.

Durante la marcha en la capital -las hubo también en otras ciudades-, la masa, conformada por casi todos los estratos socioeconómicos, por miembros de las más diversas profesiones y niveles culturales, así como las historias de muchos de sus actores, fueron elementos suficientes para aseverar que la inmensa mayoría acudió motu proprio, harta de vivir no sólo en una ciudad insegura, sino en un país donde en casi todas las ciudades la calle es enemiga y no extensión de la casa.

La violencia, los secuestros y los asesinatos son quizás más frecuentes en la capital por ser la zona más densamente poblada -como sucede en cualquier experimento pavloviano-, pero muchas ciudades son también víctimas de la impunidad y de la corrupción. La violencia, con todos sus brazos, debe leerse como muestra de la profunda mediocridad, de la falta de altura intelectual y moral y de la inmensurable ineficacia de la mayoría de los políticos de nuestra nación.

La marcha no fue en contra de Andrés Manuel López Obrador ni a favor de Vicente Fox. La inmensa mayoría de los manifestantes acudieron como miembros de la sociedad civil, como entes independientes. No hubo "acarreados" ni masas del Yunque o grupos similares. Quienes protestaron en el Distrito Federal y en otras ciudades del interior de la república lo hicieron porque consideran que una de las obligaciones fundamentales de la democracia es brindar seguridad a sus habitantes. En el rubro seguridad incluyo no sólo eliminar la violencia callejera, sino brindar empleos para que los connacionales no tengan que migrar hacia el norte y morir en la frontera, para que los niños y niñas en situación de la calle sean abrigados por el gobierno y para que los semaforistas, inter alia, encuentren trabajo digno. La marcha fue un reclamo contra los mandatarios incapaces de detener la violencia y contra el gobierno foxista porque ha sumado su ineptitud a las lacras de sus antecesores del PRI. ƑPuede existir peor enfermedad?

Los días previos a la marcha fueron otra lección de la inoperancia de nuestros líderes gubernamentales, del vacío político en que nos encontramos sumidos y, por supuesto, de la tan mentada política mexicana de los dimes y diretes que demuestra cuán insulsa y barata es la mayoría de la ralea política que nos dirige. Todo lo que favorezca a una persona o a un partido es válido; poco importan los intereses del país y de sus habitantes. Los ataques del presidente Fox y de sus asesores en contra del jefe de Gobierno del Distrito Federal, afirmando, incontables veces, que la capital es la ciudad más peligrosa del país, así como su solidaridad y la de su camarilla con los ciudadanos que marcharon, muestran la falta de inteligencia del gobierno actual. Escribo, šcaray! porque no sé qué decir: Ƒrealmente no se dan cuenta de las sandeces que predican?, Ƒqué hacen para que sus dardos sean tan poco atinados?, Ƒignoran que el Distrito Federal es México?, Ƒbuscan realmente confrontar al Distrito Federal contra México? Ahora escribo puta madre, porque, šputa madre!, que mal estamos.

Algunos consejeros de López Obrador mostraron también cuán dotados de materia gris están sus pies. Pronto rebatieron a Fox y afirmaron que la ciudad de México no ocupa el primer lugar en criminalidad. De acuerdo con sus datos, en Yucatán, Morelos y Baja California, donde gobierna el Partido Acción Nacional, la situación es peor. Habría que solicitarles el instrumento que les permite afirmar ese hecho y recordarles que no se trata de competir por la medalla al oprobio o por el trofeo a lo más bajo. Se trata de gobernar con inteligencia y trabajo, se trata de un país y no de un escritorio.

No, la marcha no fue contra López Obrador ni a favor de Vicente Fox o de Marta Sahagún. Fue contra la criminalidad que mucho tiene que ver con la brutal ineficacia del modus operandi de nuestros gobernantes presentes y pasados. Fue porque la ciudadanía quiere hacer suya la calle, porque el escenario de la estupidez política ha rebasado lo permisible y porque la seguridad no es dádiva de los gobiernos, sino obligación.