La postura contradice lo expresado por el área educativa del episcopado mexicano

Critica la comisión pastoral indígena los planes para educación secundaria

Los pueblos indios tiene derecho a que se les dé un lugar en los programas de estudio

ELIO HENRIQUEZ Y JOSE ANTONIO ROMAN CORRESPONSAL Y REPORTERO

En una seria crítica a la reforma integral de educación secundaria anunciada por el gobierno del presidente Vicente Fox, la comisión de pastoral indígena del Episcopado Mexicano subrayó que el estudio de la historia prehispánica es de "trascendental importancia" para el país y sus nuevas generaciones, y pidió a la Secretaría de Educación Pública "reconsiderar" dicha reforma.

En una declaración suscrita por los siete obispos integrantes de la comisión episcopal, se señala que de concretarse la pretensión de las autoridades educativas, ello significará que los alumnos de secundaria ya no tendrán oportunidad de retomar lo referente a las culturas originales de "nuestros pueblos, que, querámoslo o no, son el cimiento de nuestra realidad nacional y representan a más de 10 por ciento de la población" del país, estimada en casi 100 millones de mexicanos.

"Es laudable que la educación básica se desarrolle en forma articulada; pero no se puede desconocer que los niños, durante la primaria, no están en condiciones de apreciar todo lo que significan las culturas que han dado forma a nuestra patria, en su composición pluriétnica y pluricultural", señala el texto de dicha comisión, presidida por el obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel.

La declaración de ayer difiere sustancialmente de la expresada hace unos días por la comisión de educación del episcopado, quien en términos generales calificó de "positiva" la reforma de secundaria presentada por la SEP. Es decir, la propuesta del gobierno foxista en esta materia también ha generado opiniones divergentes en el interior de la Iglesia católica.

El documento de dos cuartillas, difundido ayer desde varias de las diócesis de los obispos firmantes, señala que "los pueblos indios, del pasado y del presente, tienen pleno derecho a que, en la educación secundaria, se les dé el lugar que les corresponde", pues "la formación de la personalidad, aunque inicia de manera importante en la niñez, pasa por un momento privilegiado de profundidad y amplitud, de referencia, de convergencia y apropiación definitiva en la adolescencia, que corresponde a la edad en que se cursa la secundaria. Es como el nuevo nacimiento de la identidad personal".

Aunque los obispos dijeron reconocer el esfuerzo de las autoridades educativas por proponer cambios en la educación secundaria, pidieron "con insistencia que se reconsidere lo referente a la historia", pues de otra forma ven difícil que se cumplan los objetivos que se ha trazado dicha reforma, que es, entre otras cosas, que los alumnos valoren distintas prácticas y procesos culturales y asuman una convivencia respetuosa ante la diversidad social, cultural, étnica y lingüística.

La declaración de los obispos aclara que "no se trata de repetir lo de la primaria, sino de adentrarse más en algo que es tan vital para comprender el hoy y el mañana de nuestro país". Incluso, advierten que los alumnos no asumirán esta actitud de "interculturalidad" y de convivencia ante la diversidad "si no se les dan nuevas oportunidades de profundizar en la historia tan valiosa de las culturas prehispánicas, sus logros económicos, su organización social y política, su perspectiva de vida y la espiritualidad que todavía late en muchos mexicanos".

Lo anterior "es básico para que los mexicanos reconozcamos hoy a los indígenas el lugar que les corresponde en la sociedad", concluye el documento, firmado por el obispo presidente de la Comisión, Felipe Arizmendi Esquivel, y los obispos José Antonio Pérez Sánchez, de El Nayar; Leopoldo González González, auxiliar de Morelia; Teodoro Enrique Pino Miranda, de Huajuapan; Domingo Díaz Martínez, de Tuxpan; Roberto Octavio Balmori Cinta, de Ciudad Valles, y Alejo Zavala Castro, de Tlapa, así como el presbítero José Isabel González Gómez, como secretario técnico.