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Obituario   - NUEVO -

P O L I T I C A
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México D.F. Jueves 8 de julio de 2004

Miguel Marín Bosch*

Títeres

Tal fue la prisa de L. Paul Bremer por salir de Bagdad que el procónsul estadunidense se trepó a un avión a escasas horas de haber traspasado la soberanía de Irak al primer ministro interino, Iyad Allawi. Y lo hizo dos días antes de la fecha prevista. Poco después llegaba a Bagdad John Negroponte, el nuevo titiritero disfrazado de embajador.

Qué raro (y hasta feo) suena la frase "traspaso de soberanía". Este periódico utilizó la expresión transferencia de poder, que quizás sea mejor, pero tampoco convence. Algunos portavoces de las fuerzas de ocupación hablaron inclusive del traspaso de "plena soberanía", como si se tratara de un bien material, algo tangible que se puede cuantificar. Al igual que una mujer no puede estar parcialmente embarazada, un país es soberano o no lo es. Y la soberanía emana del pueblo y reside en él y la ejercen sus representantes.

Es obvio que el gobierno de Allawi no es soberano. Pero, por si acaso pensara que lo es, Bremer se encargó de atarle las manos. L. Paul Bremer gobernó a base de decretos y promulgó más de 100 en total. En uno de los últimos se decreta que no podrán ser candidatos a cargos de elección popular los miembros de partidos políticos vinculados con milicias armadas. En otro decreto, aseguró que la inmunidad que tenían los 160 mil soldados de la coalición hasta el 28 de junio no sólo continuará durante el gobierno interino, sino que también se hará extensiva a miles de agentes de seguridad y al resto del personal privado contratado por la fuerza multinacional.

De hecho, las leyes decretadas por la ya disuelta Autoridad Provisional de la Coalición (APC) seguirán en vigor hasta bien entrado 2005, cuando, se supone, los iraquíes se dotarán de un gobierno federal democrático. En teoría el gobierno interino podría modificar y hasta anular las leyes emanadas de la ocupación. Al parecer el gabinete interino ya decidió reinstaurar la pena de muerte, suspendida por Bremer, pero que muchos iraquíes quisieran que se aplicara a Saddam Hussein. Sin embargo, para cambiar muchas de las leyes es menester el voto favorable de dos tercios de la asamblea nacional interina que habrá de constituirse por recomendación de una asamblea de notables que aún no ha sido convocada.

Lo más probable es que muchas de las leyes Bremer sigan en vigor, ahora bajo la mirada del embajador de Estados Unidos. De hecho, Negroponte encabezará una embajada en la que trabajarán más de 3 mil personas, más del doble de todo el personal del servicio exterior mexicano.

El caso del juicio a Saddam Hussein es el ejemplo más claro de que el poder que ejercía la APC, como potencia ocupante, lo sigue ejerciendo Estados Unidos. En una descarada manipulación de los medios, Hussein compareció ante un juez iraquí. Pero hasta ahí llegó el ejercicio de soberanía, ya que todo lo demás fue orquestado por militares estadunidenses. Estos primero se negaron a permitir que el video se pasara con audio; luego tuvieron que rectificar.

El supuesto traspaso de soberanía ha afectado la condición jurídica de Hussein. El y los demás detenidos por Estados Unidos han dejado de ser prisioneros de guerra, protegidos por los convenios de Ginebra. Al concluir un conflicto los prisioneros deben ser liberados a menos que hayan sido acusados de algún crimen. Saddam y 11 de sus colaboradores fueron acusados formalmente por el juez iraquí. Se le imputan "crímenes contra la humanidad" por el gaseamiento de kurdos en el norte de Irak en 1988, el aplastamiento de la rebelión chiíta al sur del país en 1991, el enterramiento de opositores en fosas comunes en 1991, la guerra contra Irán (1980-1988) y la invasión de Kuwait en 1990.

Se anunció que Irak tenía la custodia legal de Saddam Hussein. Pero la custodia real sigue en manos de Estados Unidos. Es más, al parecer ni siquiera lo tienen preso en su país. Se dice que está encarcelado en Qatar.

El primer ministro Iyad Allawi no la tiene fácil. Debe simular independencia cuando depende totalmente de Estados Unidos. Tras trabajar con Saddam Hussein en su partido Baaz se marchó al exilio, donde colaboró con los servicios de inteligencia de Washington y Londres. Experiencia no le falta.

Los próximos meses serán complicados para los iraquíes. Su país está custodiado por Estados Unidos, cuyo presidente estará cada vez más preocupado por su relección que por el bienestar de los iraquíes. Y la situación en Irak se puede complicar aún más.

Siguen actuando pandillas organizadas y grupos fieles a Saddam. Cada día hay un nuevo recordatorio de que aún están activos. Parte del territorio nacional está bajo el control de fuerzas contrarias a la ocupación. La ciudad de Fallujah es una isla independiente. Hay grupos de oposición que Allawi quiere incorporar a su gobierno. Se habla, inclusive, de antiguos miembros del partido Baaz.

Estados Unidos ha montado un circo en Irak que habrá de durar hasta que haya elecciones democráticas a principios de 2005. Por ahora, será necesario seguir con la ficción de un Irak soberano.

* Ex secretario de Relaciones Exteriores y presidente de Desarmex AC

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