Línea del Vaticano para reconciliar a comunidad jesuita

Buscará nuevo rector de la Ibero depurar de salinistas la institución

JOSE GALAN

Hoy empieza una nueva etapa de la Compañía de Jesús en la Universidad Iberoamericana. El nuevo rector, José Morales Orozco, fue colocando sus piezas a lo largo del periodo de transición de seis meses que culmina esta tarde con su toma de posesión, con el objeto de mejorar el clima de entendimiento con los trabajadores y dar señal de los nuevos tiempos, que implican tomar distancia de la derechización que había impreso su antecesor, Enrique González Torres.

Desde su llegada, en diciembre pasado, impulsó la encomienda que recibió en la sede de la Compañía de Jesús en el Vaticano, donde tenía a su cargo la formación de jesuitas en todo el mundo: corregir desviaciones y relaciones, mejorar las relaciones con el sindicato e imprimir un tono conciliador con los miembros de la comunidad jesuita que salieron de la Ibero en desacuerdo con las interpretaciones mercantilistas de González Torres.

Lo anterior significó, entre otros puntos, disminuir la influencia y proyección de grupos vinculados al entorno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. En la Ibero, una de las principales instituciones privadas de educación superior del país, la administración de Morales Orozco apunta a una combinación de excelencia académica y humanismo.

El lunes 22 de marzo, tres días después de su 57 cumpleaños, Morales Orozco impulsó el nombramiento del sacerdote jesuita Javier Prado Galán como vicerrector académico de la institución educativa, en lugar de José Ramón Ulloa, incondicional de González Torres.

Al tomar posesión, Prado Galán subrayó tres funciones de la enseñanza universitaria: transmitir la cultura, enseñar las profesiones y la investigación científica. "Nuestra universidad asume esos retos, a sabiendas de que, hoy más que nunca, se multiplican los analfabetas funcionales y se observa la necesidad de abatir los déficit con que llegan los nuevos alumnos."

También impulsó el primer cambio en la Dirección de Recursos Humanos, y González Torres se vio obligado a nombrar, el 29 de marzo pasado, a Juan Bautista Ceballos, lo que otorgó tranquilidad y confianza no sólo al sindicato, sino también a los académicos, y desarticuló la confrontación que las políticas laborales de González Torres habían impulsado hasta el punto del enfrentamiento con la base sindical, y de la salida de varios sacerdotes jesuitas que se vieron obligados a abandonar sus trabajos por serias diferencias con el ahora ex rector, quien por cierto ya anunció que abrirá un negocio de consultoría en materia educativa.

"Pondremos especial énfasis en la conciencia y el compromiso social, ya que cada día son más los que ingresan en las estadísticas de pobreza y miseria en el país", dijo entonces Prado Galán, al poner en claro el ideario de Morales Orozco.

El 2 de junio, un mes antes de su toma de posesión, impulsó cambios en dos áreas vitales: las dos direcciones divisionales. Influyó en las designaciones de Soledad de Santiago y Alejandro Mendoza como directores divisionales de Estudios Profesionales y Estudios Disciplinares, respectivamente, en lugar de José Carreño Carlón y Arturo Sáenz Ferral, además de apoyar el nombramiento de director interino del departamento de física y matemáticas de Salvador Carrillo. Se abre así una nueva etapa de la educación jesuita en el país.