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México D.F. Sábado 7 de agosto de 2004

Enrique Calderón Alzati

El Seguro Social visto desde lejos

La problemática del Seguro Social y, en particular, la de las jubilaciones de sus trabajadores, es hoy el tema obligado de discusión y análisis, tanto en los círculos políticos y financieros, como entre los trabajadores y sus familias. El tema se discute en sus aspectos económicos, sociales y jurídicos, pareciendo predominar la idea de que los trabajadores del Seguro son un grupo privilegiado que puede jubilarse a edad temprana con ingresos y prerrogativas que no tienen los de otras empresas por lo general.

A partir de diversos comentarios en programas plurales de la radio, como Voz Pública de Francisco Huerta, es posible identificar un resentimiento creciente de esos otros trabajadores en contra del personal médico y administrativo del IMSS por los "pésimos servicios" que prestan a la población. Observando la problemática de lejos, no es difícil percibir que lo que hay atrás de todo esto es una estrategia de medios orientada a dividir a los trabajadores. Las tijeras que hoy se aplican a los empleados del IMSS mañana se aplicarán a los petroleros, a los electricistas, a los maestros, aislándolos y resaltando los supuestos privilegios que en cada caso se detecten.

El problema requiere ver al IMSS desde más lejos, con toda su problemática económica, e insertado en un escenario aún más amplio, que incluya las estrategias económicas que han sido impuestas desde el exterior, con el acuerdo de los gobiernos anteriores y del actual, y de los sectores afines al neoliberalismo.

Para ello es bueno empezar por el principio, cuando el IMSS fue creado hace más de medio siglo como uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno mexicano. Destinado a llevar la salud y los beneficios sociales del retiro a todos los trabajadores industriales, comerciales y de servicios, a lo largo del territorio nacional, el IMSS sobrepasó todas las expectativas, convirtiéndose en la institución financiera más importante del país por el solo hecho de manejar directamente el ahorro de largo plazo de todos los trabajadores mexicanos.

Entre 1950 y 1980 esta capacidad económica se hizo visible en la creación de clínicas y grandes hospitales en todo el país, los excedentes generados le permitieron ampliar sus servicios a otros campos, con la visión de elevar la calidad de vida de amplios sectores sociales. La apertura de unidades habitacionales, de instalaciones deportivas de alta calidad, de centros vacacionales y de centros culturales eran un verdadero motivo no sólo de bienestar, sino de orgullo para los mexicanos.

Hoy, todo eso es historia olvidada como resultado de políticas que se han venido aplicando con la promesa de mejorar las condiciones económicas, pero que en realidad han logrado exactamente lo contrario. La sola transferencia de la administración de los fondos de retiro de los trabajadores del IMSS a las instituciones financieras constituyó un enorme beneficio, no para los trabajadores, pero sí para los banqueros, que pudieron establecer sus Afore para obtener varios miles de millones de dólares anualmente, con los puros intereses de esos ahorros, en detrimento del Seguro Social, que vio disminuidos sus recursos de manera significativa.

Si los recursos que hoy manejan las Afore siguieran siendo administrados por el IMSS, las condiciones financieras del instituto serían otras, sus recursos quizás seguirían siendo insuficientes, pero su capacidad de servicio no habría sido afectada y las prestaciones de sus trabajadores no estarían en discusión. Así, los resultados de los cambios instrumentados en el IMSS se reducen a tres hechos: banqueros beneficiados (y en grande) con las Afore, malos servicios médicos y reducción de las prestaciones para los emlpeados del instituto.

Pero la instrumentación de las Afore no constituye ni la causa única ni la central del empobrecimiento del IMSS. La supuesta modernización del país, a partir del gobierno de Miguel de la Madrid, significó el cierre de una multitud de empresas y el despido millonario de trabajadores, fenómeno que se incrementó con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, dando como resultado directo ceses masivos. El impacto sobre el IMSS fue siniestro, por la manera en que sus ingresos se vieron disminuidos radicalmente, mientras que los gastos requeridos para la operación de los hospitales y clínicas difícilmente podrían reducirse sin tomar uno de dos caminos posibles: o se cierra una parte de los hospitales o se sigue con los mismos, reduciendo la calidad de sus servicios.

Una conclusión es, pues, evidente, la situación económica del IMSS, como otros problemas que enfrenta el país, no se debe a la baja productividad de los trabajadores ni a supuestos privilegios para ellos, sino a resultados concretos de las políticas neoliberales, contrarias a los intereses nacionales. ƑCuánto más estamos dispuestos a seguir permitiendo el saqueo del que estamos siendo objeto?

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