El café sustentable: una nueva lucha para los pequeños productores de café en México

Salvador Anta Fonseca

Consejo Civil para la Cafeticultura Sustentable en México AC

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La crisis internacional del precio del café ha obligado a algunas organizaciones de productores a buscar alternativas para obtener mejores ingresos por la venta de este aromático. Desde hace más de quince años, organizaciones como la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI) comenzaron a producir un tipo de café que no emplea en su manejo el uso de agroquímicos (fertilizantes y plaguicidas). Como contraparte, algunos consumidores de café, principalmente de Europa, comenzaron a adquirir este tipo de café denominado como "orgánico" y pagar por él un sobreprecio, ya que el café orgánico evita el consumo de productos contaminados por estos agroquímicos y por ello ayuda a conservar la salud de los consumidores. Además, evita la contaminación del suelo, protege la flora y la fauna, el agua donde se produce este tipo de café, así como la salud de los productores.

Preparando el terreno en terrazas  
El café orgánico adquiere cada vez mayor demanda en los mercados de Europa, Estados Unidos y Japón, y numerosas organizaciones de productores en México se han especializado en este tipo de producto, logrando incluso que nuestro país produzca la mayor cantidad de café orgánico en el mundo y tenga el mayor número de productores, cerca de 40 mil.

Posteriormente, y de nuevo, una organización de pequeños productores, como la UCIRI comenzó a promover el desarrollo de un nuevo modelo de comercio, denominado "Comercio Justo" que busca que los consumidores de los productos agrícolas como el café, paguen un precio justo, que permita sufragar los costos de producción que realizan los pequeños productores de café, y que el mercado convencional no considera por depender supuestamente de la oferta y la demanda, aunque esta relación se encuentre controlada por las grandes transnacionales que acaparan y venden el grano en el mundo.

Así, después de una importante lucha que inicialmente se dio en el mercado de Holanda, se logró constituir la primera empresa comercializadora de café dentro del mercado justo, llamada "Max Havelaar". Luego, dicho movimiento se extendió a otros países de Europa, con lo cual se logró constituir la FLO (Fair Trade Labelling Organizations International), una red que coordina las organizaciones y las iniciativas nacionales de Comercio Justo.

Actualmente, para ser considerado como una organización productora de Comercio Justo es necesario, al igual que en el café orgánico, estar certificado y cumplir con una serie de normas y estándares entre los que sobresale que se trate de pequeños productores, organizados en figuras democráticas y con manejo transparente de sus recursos financieros.

Las organizaciones de productores del aromático que cuentan con los certificados de café orgánico logran obtener hasta 20 dólares adicionales por quintal de café arriba del precio de la bolsa; los de comercio justo hasta 60. Y si tienen ambos certificados, pueden alcanzar hasta 80 dólares adicionales. Esto significa más del doble del precio del café convencional que rige en el mercado de genéricos fijado en la Bolsa de Nueva York. De esa manera, los pequeños productores de café pueden obtener mayores ingresos económicos y fortalecer sus procesos organizativos.

Hace tres años, diversas organizaciones de productores de café orgánico y de comercio justo, junto con algunas organizaciones de la sociedad civil y académicos, después de participar en algunas reuniones donde se analizó un nuevo concepto de café denominado "café de sombra" (café que se produce bajo sombra, con diversas especies de árboles originales de la vegetación nativa, con una cobertura alta y que sirven de hábitat para diversas especies de fauna, como las aves), decidieron promover un nuevo concepto de café al que se denominó como "café sustentable". Con tal fin constituyeron el Consejo Civil para la Cafeticultura Sustentable en México AC (CCCSM)

El concepto que promueve el CCCSM incluye cuatro componentes fundamentales:

El CCCSM está constituido actualmente por cerca de 30 mil productores integrados en once organizaciones de Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Puebla: UCIRI, CEPCO, MAJOMUT, la SCP Tosepan Titataniske, CESMACH, Unión de Ejidos La Selva, ISMAM, Unión de Productores de Huatusco, Consejo Regional de Café de Coatepec, la Unión de Ejidos San Fernando y UREAFA. Participan también en el consejo las siguientes organizaciones de la sociedad civil: IDESMAC, Pronatura-Chiapas, Instituto Maya, SAO, ERA, la Red de Consumidores de Café y FOM Café.

CERTIMEX, OCIA-México y Comercio Justo-México son organismos certificadores que también son socios del consejo, así como algunos investigadores del Instituto de Ecología de la UNAM, el Colegio de la Frontera Sur y la Universidad de Chapingo.

Como en el caso del café orgánico y el de comercio justo, las organizaciones pertenecientes al CCCSM buscan ahora consolidar el concepto de "café sustentable" y promover el desarrollo de un mercado con consumidores responsables que estén dispuestos a pagar la producción de un tipo de café que integra las dimensiones: ambiental, social y económica como parte del manejo sustentable de la producción de café.

Promotor del aromático
 
Para el CCCSM el concepto de "café sustentable" es mucho más completo e integral que otras iniciativas que comienzan a promover diversas organizaciones ambientalistas. En efecto, el proceso de producción de café sustentable puede ser sujeto de certificación e incluye los cuatro componentes ya señalados, a diferencia de otras iniciativas que no certifican sus procesos o incluyen la etiqueta de "sustentable" a los cafés que se producen únicamente bajo sombra, sin considerar el manejo orgánico del cafetal o las normas del comercio justo.

El reto que tiene ahora el CCCSM es posicionar este concepto de café sustentable en México y en el mundo, y desarrollar nuevos nichos de mercado, donde los consumidores estén dispuestos a pagar un sobreprecio por la producción de un café de calidad, libre de plaguicidas, proveniente de pequeños productores organizados, y proveniente de cafetales con sombra diversificada.

En México, las organizaciones de productores de café sustentable son también importantes productoras de servicios ambientales, pues los cafetales y los territorios de las comunidades, ejidos y pequeños propietarios, socios del CCCSM se encuentran localizados en las sierras del sur del país, donde existen los bosques mesófilos de montaña, selvas medianas subperennifolias, encinares húmedos y otros tipos de vegetación que se caracterizan por su gran diversidad biológica, por el papel que juegan en la captación de agua, en la captura de carbono, y en el control de la erosión, entre otros.

Como en el pasado reciente, las organizaciones de productores de café (especialmente las que conforman al CCCSM) están dispuestas a incursionar en una nueva aventura de la cual esperan el respaldo de las instituciones gubernamentales y civiles. Y, sobre todo, de sectores de la sociedad que a través del consumo de café sustentable colaboren a mejorar las condiciones de bienestar de los pequeños productores del grano (que son mayoritariamente indígenas), así como a proteger y conservar nuestros recursos naturales.

Figura 1. Representación gráfica del concepto de café sustentable elaborada por el Consejo Civil para la Cafeticultura Sustentable en México.