México D.F. Miércoles 1 de septiembre de 2004
La esposa del presidente habló en la
convención sobre el lado sensible y dulce de su marido
Terminator, en el segundo acto de la agenda
de compasión de Bush
Schwarzenegger, estrella de la noche; apoyar al mandatario,
pide a sus "compañeros inmigrantes"
Los republicanos son "la America que lucha no
por el imperialismo sino por la democracia", dice
DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES
Nueva York, 31 de agosto. Terminator, Miss
America, la primera dama, el Bush latino y un astro del programa de televisión
Survivor fueron el elenco del segundo día de esta obra teatral
política, segundo acto dedicado a la agenda de compasión
conservadora del presidente republicano George W. Bush.
El
gobernador de California, Ar-nold Schwarzenegger, fue la estrella esta
noche, en la que el Partido Republicano nombró oficialmente a Bush
candidato a la relección, con el actor cumpliendo con el papel que
se le asignó: se presentó como su fiel promotor, a pesar
de que no comparten mucho en común.
A la vez, continuando con el tema de la noche, la compasión,
el gobernador abordó temas de política social, incluyendo
la inmigración y el papel benéfico del gobierno estadunidense
en el mundo.
"A mis compañeros inmigrantes, que nos están
escuchando esta noche, quiero que sepan qué tan bienvenidos son
en este partido. Nosotros, los republicanos, admiramos su ambición.
Alentamos sus sueños. Creemos en su futuro", de-claró a los
delegados.
Agregó: "nosotros somos la America que lucha
no por el imperialismo, sino por los derechos hu-manos y la democracia".
Con su pesado acento austriaco, el gobernador tuvo la
tarea de establecer -con la autoridad de un ex físicoculturista-
que Bush no es un "mariconcito", la palabra que tanto usa para desprestigiar
a sus contrincantes demócratas.
Con el contexto establecido por Schwarzenneger, Laura
Bush, la primera dama estadunidense, pudo dedicarse a describir el lado
sensible y dulce de su marido.
"Esta
noche quiero intentar y responder a la pregunta que tanta gente me haría
si nos sentamos por una taza de café y nos encontráramos
en una tienda", declaró.
"Entonces, quiero hablar sobre del tema que creo es el
más importante para mis propias hijas, para todas nuestras familias
y para nuestro futuro: el trabajo de George para proteger nuestro país
y derrotar el terror, para que todos los niños puedan crecer en
un mundo más pacífico", señaló.
Antes del programa principal, el podio se utilizó
para ofrecer al-guna imagen de diversidad frente a un mar casi homogéneo
de caras blancas. Rod Paige, secretario de Educación, africanoamericano
él, dio algunos puntos sobre la "compasión" de Bush en sus
programas para los niños y la educación.
Paige, quien hace unos meses comentó en un discurso
que el sindicato nacional de maestros es una organización "terrorista"
y como comisionado de educación infló en Houston las estadísticas
de los lo-gros educativos de esa ciudad, ahora elogió el liderazgo
de Bush para mejorar y hasta rescatar la educación en Estados Unidos.
Y estaba la cara latina de la noche: George P.
Bush, sobrino del presidente, quien también ofreció una apreciación
personal de su tío.
Además, Miss América 2003, Erika Harold,
una de las concursantes del programa Survivor, y otras figuras populares,
para ofrecer una mezcla de oradores a los fieles reunidos aquí y
darles un poco de entretenimiento.
Bush, en medio de esta coreografía para presentarlo
como gran líder nacional, cometió un grave error. Un día
después de declarar a un medio que no es posible ganar la guerra
contra el "terrorismo", tuvo que corregirse y afirmar que siempre sí
se puede ganar.
De inmediato, sus enemigos capitalizaron el error y no
pocos señalaron que acababa de caer en lo que acusa a su rival demócrata,
John Kerry: decir una cosa y después asegurar todo lo contrario.
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