México D.F. Miércoles 1 de septiembre de 2004
La ausencia de oradores latinos y negros, notoria
en la reunión
La guerra en Irak, magnificada como triunfo y conquista
de la libertad
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Nueva York, 31 de agosto. Los republicanos han
convertido la gigantesca arena de deportes Madison Square Garden en una
fiesta patriótica, un lugar donde las estrellas del partido pueden
desfilar ante los medios y lucirse frente a los fieles.
Muchos delegados lucen aretes, prendas, máscaras
y cachuchas con el símbolo del Partido Republicano, el elefante,
y hasta el sonido del animal se proyecta en la gran arena (donde, por cierto,
no sólo se presentan circos políticos, sino reales como el
Ringling Brothers).
Todo está bañado de rojo, azul y blanco,
con estrellas y barras en todas las esquinas, y cada noche no falta el
himno nacional y dos, tres o más canciones patrióticas.
Este
se anuncia como el partido de la defensa nacional, y cada noche hay también
imágenes de las "heroicas" fuerzas armadas estadunidenses, que no
sólo defienden la libertad y el honor de este país sino de
todo el mundo.
En la gran pantalla de la arena, detrás del podio
de los oradores, aparecen imágenes de helicópteros, tanques,
aviones caza y buques de guerra con un trasfondo de mú-sica militar,
y se elogia una y otra vez a los veteranos de guerra.
Irak, tema espinoso y complicado políticamente
fuera de esta are-na, es otra cosa adentro: un triunfo, la conquista de
la libertad, regalo estadunidense para los oprimidos de Medio Oriente,
otra liberación más de un pueblo gracias a la generosidad
y nobleza del superpoder. No hay muestras de disidencia, y se acusa a los
medios de provocar du-das sobre el tema.
Pero el gran enemigo del Partido Republicano y su presidente,
en particular sobre el tema de Irak, está presente en la convención.
El cineasta Michael Moore, quien cubre la junta como columnista
invitado del periódico USA Today, provoca abucheos cada vez
que se sienta en la sección de prensa, pero también algunas
solicitudes para tomarse fotos con él y, además, pedirle
su autógrafo.
A la vez, los republicanos se esfuerzan para presentar
una cara inclusiva y plural. Esto ha sido llevado a tal extremo que el
líder religioso seleccionado para ofrecer la "invocación"
al inicio de esta convención fue el imán Pasha, de la mezquita
Malcolm Shabazz, en Harlem. Seguramente casi ningún delegado sabe
que Malcolm Shabazz es el nombre completo de la figura revolucionaria Malcolm
X.
Pero obviamente los encargados del programa oficial sí
saben, o cómo explicar que acto seguido se ofreció una canción
escrita por el gran compositor estadunidense Leonard Bernstein, gran admirador
y tal vez el único compositor nacional que podría llamarse
amigo de Malcolm X.
Al mismo tiempo, el Partido Republicano se gana el trofeo
como el más tolerante: aquí se permitió que Al Jazeera
anunciara su presencia con una manta sobre su cubículo dentro de
la arena -algo que los demócratas le negaron en su convención
en Boston.
Aunque sin duda los miles de participantes se ven como
un mar de caras blancas, hay un esfuerzo para ofrecer imágenes de
diversidad. Por lo tanto, los participantes africano americanos y los latinos
son tratados con especial atención.
Cada día se realiza una conferencia de prensa en
español dentro de la convención y el centro de prensa intenta
ofrecer algunos comunicados en el idioma de la minoría más
grande del este país.
No hay una sola cara negra o latina, ni de algún
otro color más que blanco, que ofrecerá uno de los principales
discursos programados en estos cuatro días. Los funcionarios del
partido han sido criticados por esta falta de diversidad, y han sido interrogados
sobre esto por los medios y por qué el partido ha hecho tan poco
-como una reforma migratoria- para concitar la participación más
amplia de la comunidad latina.
Tal vez un pequeño problema para los republicanos
es que la estrella de esta noche, el gobernador Arnold Schwarzenneger,
está por anular una iniciativa de ley estatal en California para
autorizar la matrícula consular mexicana como forma de identidad
legal. La legisladora federal republicana Ileana Ros-Lehtinen fue preguntada
aquí hoy por qué gente de su partido hacen tan poco por los
inmigrantes, a lo cual ella respondió que "la gran mayoría
de los latinos no tienen el menor deseo de legalizar a los que están
aquí sin documentos".
Pero una arma secreta de los republicanos para coquetear
con los latinos, en particular los de origen mexicano (mas allá
de unas palabras en español del presidente) se llama George P. Bush.
El sobrino de George W. Bush, hijo del gobernador de Florida y de su esposa
guanajuatense Columba, habló esta noche ante la convención
(aunque no en las horas de mayor perfil) y desde hace cuatro años
el político joven bilingüe ha estado encargado de ser la nueva
estrella de la dinastía Bush. Su papel principal en estos últimos
años es ser el Bush latino.
La presencia republicana ha cambiado algunas cosas en
Nueva York, bastión demócrata y abrumadoramente anti Bush,
pero sólo temporalmente. Por ejemplo, los televisores en los elevadores
del Hilton Nueva York ahora están sintonizados al noticiero conservador
de Fox News. "Normalmente están en CNN", comentó un bellboy
del hotel a un medio. "Las cambiaron sólo por esta semana".
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