Juan Arturo Brennan

Voces de Oxford

Hace unos días, la Schola Cantorum de Oxford se presentó en la Sala Nezahualcóyotl para ofrecer un recital de piezas sacras creadas a través de los últimos 500 años, que resultó no sólo una instructiva lección de historia musical, sino también una espléndida muestra de la mejor manera de cantar, tanto en lo técnico como en lo expresivo. Detallar exhaustivamente las múltiples riquezas de este recital a capella dirigido por James Burton sería un ejercicio demasiado extenso, pero los hitos más importantes de la sesión bien vale la pena consignarlos aquí.

En la sección del programa dedicada a la música más antigua, el coro inglés demostró, entre otras cosas, una exquisita sutileza para transitar elegantemente, sin baches ni costuras, de la austera sonoridad monofónica del canto llano a las compactas armonías modales propuestas en las obras de Mouton, Taverner y Palestrina. Después, la Schola Cantorum de Oxford ofreció el breve pero poderosos motete Versa est in luctum, de Alonso Lobo, una muestra más de que la polifonía renacentista ibérica (tanto la española como la portuguesa) merece una mayor atención de la que se le suele prestar. El momento mejor de la primera parte del programa fue una gran ejecución del legendario Miserere de Gregorio Allegri, que fuera copiado de memoria por Mozart después de escucharlo con el Coro de la Capilla Sixtina. El coro británico cantó esta hermosa obra con una atractiva distribución espacial de sus cantantes, reminiscente de la técnica estereofónica de los cori spezzati desarrollada por los Gabrieli y sus colegas en la basílica de San Marcos de Venecia. El ensamble y la continuidad sonora entre ambos coros, así como la coherencia de color e intención conservada a lo largo de toda la obra, fueron complementados con la delicada, etérea emisión de la voz de soprano solista que, en cada estribillo del Miserere, se eleva por encima del coro, de la sala de conciertos, del mundo meramente físico. La severidad de la polifonía sacra alemana estuvo representada por sendas obras de Bach, Mendelssohn y Brahms, tan bien seleccionadas que dejaron la clara impresión de ser las frondosas ramas del mismo fructífero árbol, cuyas raíces bien pudieran encontrarse en la figura y la obra de Heinrich Schütz.

En la segunda parte del panorámico programa propuesto por James Burton y la Schola Cantorum de Oxford destacó, primeramente, una emotiva ejecución de Locus iste, quizá el mejor de los motetes de Anton Bruckner. Esta conmovedora polifonía de inspiración palestriniana y expresión romántica fue interpretada con una homogeneidad admirable y con una gradación dinámica de gran sutileza. Más tarde, dos aproximaciones inusuales a dos compositores mejor conocidos por otro tipo de expresión sonora: Resignation, de Hugo Wolf, recordado sobre todo como creador de lieder, y la rica y severa pieza Hodie Christus natus est de Francis Poulenc, quien evidentemente podía crear música de altos vuelos más allá de su natural afinidad con el music-hall y el vodevil. En la parte final del programa, dedicada a la música británica del siglo XX, destacó la vitalidad rítmica y la exuberancia, casi tropical, de un Aleluya de Francis Grier. Asimismo, resultó notable la profundidad y convicción con que la Schola Cantorum de Oxford interpretó A Child's Prayer, del escocés James MacMillan, dedicada a los niños asesinados por un loco en 1996 en una escuela de la localidad de Dunblane.

Como parte de esta misma idea, punto culminante de este programa de la Schola Cantorum de Oxford, sobre todo en lo simbólico y lo espiritual, fue la interpretación de dos obras rusas con dedicatoria explícita a las víctimas (sobre todo los niños) de la reciente masacre en Beslán. Más allá de la calidad y sinceridad con que el coro inglés cantó este par de piezas, lejos de cualquier sentimentalismo oportunista, este gesto ofreció al público un momento de reflexión sobre una paradoja aparentemente insoluble: Ƒes concebible que quienes se permitieron asesinar a dos centenas de niños en aras de un mezquino ajedrez político, y quienes compusieron toda esta gloriosa música, pertenezcan a la misma especie del homo mal llamado sapiens?