México D.F. Miércoles 20 de octubre de 2004
Todos los sondeos apuntan a que el centroizquierdista
ganará sin ir a segunda vuelta
Tabaré Vázquez realiza campaña
ante miles de uruguayos residentes en Argentina
Si triunfa el Frente Amplio habrá un profundo
cambio en Uruguay, dice el aspirante presidencial
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 19 de octubre. Las banderas uruguayas
y partidarias, la música "de todos los ritmos" que sacudió
por un momento el espacio muy cercano al obelisco, en pleno centro de Buenos
Aires, mostró un curioso cierre de campaña, "en la otra orilla"
de los comicios del próximo 31 de octubre en Uruguay, donde una
avanzada de la coalición Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva
Mayoría (EP-FA-NM) presidida por el candidato presidencial, Tabaré
Vázquez, logró reunir a miles de compatriotas que residen
aquí.
Un acto donde la alegría y las actitudes mostraban
algunas diferencias con los ritmos de campaña locales, pero que
logró, entre otras cosas, unir a sectores políticos argentinos
siempre desencontrados. Los uruguayos les mostraron un camino de unidad
real, aunque nadie sabe si estarán los políticos argentinos
dispuestos a andarlo.
Junto
a Tabaré Vázquez estaban tanto José Pepe Mujica,
el emblemático y popular senador frenteamplista, uno de los fundadores
del Movimiento Nacional Tupamaros, (ovacionado por los asistentes) el intendente
de Montevideo Mariano Arana, Danilo Astori, futuro ministro de Economía
si gana la coalición, el candidato a vicepresidente Rodolfo Nin
Novoa, Marina Arismendi, Rafael Michelini y otras figuras que se veían
contagiadas por el entusiasmo popular. "Levanten esa bandera/que desde
lejos se pueda ver/Que nadie quede sin verla/ en los suburbios y en la
ciudad", cantaban las murgas. Resaltó una vez más
la humildad y sobriedad de los políticos uruguayos, en su vestimenta
y en la brevedad de sus discursos, donde cada uno fue encendiendo el entusiasmo,
tanto como la presencia del popular Canario Luna.
"También están (José Gervasio) Artigas
héroe nacional de Uruguay y América Latina, y Líber
Seregni y Raúl Sendic y los desaparecidos, todos están aquí",
decía una antigua militante frenteamplista residente en el gran
Buenos Aires. Y por supuesto que no faltó recordar al "Flaco
Alfredo (Zitarrosa)", que "hubiera cantado como nunca en estos días".
Hubo quienes pidieron no mirar las encuestas, sino hacer el esfuerzo e
ir a votar, porque esta vez es decisivo o "cruzar a nado" si fuera necesario,
una sugerencia de Pepe Mujica. Agradeció Tabaré Vázquez
la decisión del presidente argentino, Néstor Kirchner, de
dar asueto a los uruguayos que trabajan aquí, para que puedan ejercer
su derecho al voto y también se disculpó en nombre de los
uruguayos por algunas frases agraviantes del presidente saliente, Jorge
Batlle, contra los argentinos, que fue una de las razones de su eterna
mala relación con los gobiernos locales.
Vázquez tomó la voz de Artigas para recordar
que: "los más necesitados serán los más privilegiados",
y llamó a trabajar hasta el último día de la campaña
"cambiando el voto por conciencia y no por Pórtland(cal) o chapas"
en referencia al método de la típica "compra de votos" de
los partidos tradicionales en su país.
Con mesura Vázquez sostuvo que "el 31 de octubre
explotarán las urnas, y entonces yo les voy a decir festejen, uruguayos,
festejen, que la victoria es de todos ustedes", y se despidió con
un "Hasta la victoria. Siempre".
Durante el acto hubo severas críticas al ex presidente
Julio María Sanguinetti, quien ha recurrido a actitudes típicas
de los ex dictadores y en un acto de macartismo decadente recurrió
a mostrar antiguos videos sobre los tupamaros, algo que finalmente está
golpeando más a la imagen del Partido Colorado, que a la coalición
de izquierda.
El apoyo local comprendió desde el oficialismo
kirchnerista, hasta la izquierda y la centroizquierda, además de
organismos humanitarios y se vieron muchos de ellos juntos como no lo hacían
desde hace tiempo. Un ejemplo, las Madres de Plaza de Mayo, en sus dos
versiones.
A escasos días de las elecciones presidenciales
de Uruguay, 2 millones y medio de ciudadanos habilitados para votar podrán
elegir un nuevo presidente y hasta ahora todos los sondeos apuntan al triunfo
sin segunda vuelta de la fórmula Vázquez-Nin Novoa. El mayor
enfrentamiento electoral es con Jorge Larrañaga, del Partido Nacional
o Blanco, ya que el oficialista Colorado está en bancarrota política
en estas elecciones, después del golpe final que le propinó
el gobierno errático de Jorge Batlle.
El reconocido escritor Eduardo Galeano se pregunta ante
este momento histórico si los uruguayos "seguiremos excavando aunque
hayamos llegado hasta el fondo del pozo? ¿Seguiremos repitiendo
la historia, en vez de empezar a hacerla? Las encuestas dicen que la respuesta
es 'no', que hasta aquí llegamos y desde aquí cambiamos.
Ojalá que las encuestas no se equivoquen. Pero si la respuesta es
'sí' que después nadie se queje".
Es una síntesis de la situación uruguaya,
la necesidad de un cambio en la sucesión eterna de los dos partidos
tradicionales, que incluso llegaron a unirse para sostener la ley de lemas,
una trampa aceitada del sistema, para impedir que en Uruguay se gane por
una mayoría, como en otros países.
De hecho Tabaré Vázquez ganó en las
pasadas elecciones de 1999, pero la unión de los dos partidos tradicionales
en una segunda vuelta impidió la llegada al gobierno del dirigente
del FA.
Esos grupos, con fuerte poder económico y con medios
de comunicación poderosos también en sus manos -como sucede
por otra parte en todo el continente- han recurrido más de una vez
a esquemas de guerra sucia para tratar de desacreditar a quien se
perfila en esta ocasión como el posible triunfador con la suficiente
cantidad de votos para no ir a segunda vuelta. Uno de los recursos de la
"guerra sucia" es agitar la tesis "del temor" al cambio o la desconfianza
en la capacidad de gobernar de la coalición, entre otras maniobras
más burdas. El video de Tupamaros que Sanguinetti se empeña
en pasar en algunos de sus lugares de campaña es una vieja treta
que después del cataclismo neoliberal no alcanza demasiado.
A los 64 años, el médico Vázquez,
que fue alcalde de Montevideo y candidato a la presidencia en 1994 y 1999,
deberá enfrentarse a lo que el mismo escritor Galeano menciona como
un "bipartidismo de facto".
Por su parte, Vázquez estima que si gana el EP-FA-NM
la consecuencia será un cambio profundo, ya que en toda la historia
del país nunca ha ganado una fuerza política que no fuera
la de los partidos tradicionales. Así, cambio es la palabra mágica,
que despierta fervores en los próximos comicios uruguayos.
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