ANTROBIOTICA

Alonso Ruvalcaba

Paréntesis para sobrellevarla en España

ANTROBIOTICA ESTA EN España y, como probablemente eres uno de los muchos mexicanos que han decidido venir a vivir a Barcelona, Madrid o San Sebastián, ha decidido recordarte tres campos que debes tener en cuenta para hacer el ridículo, causar un poco de lástima y dejar que los españoles nos sigan viendo como lo que seguramente somos: pobres sudacas sin remedio.

El idioma

EN CONTRA DE lo que creías el día que te saliste de México, el ''español'' no es realmente tu idioma: es tu dialecto. En España se hablan otros dialectos que se empeñan en llamar ''castellano'', y para que no haya pex, tú deberás ejercer el colmo de la cursilería: imitar un acento y un léxico que de tan marcados de cualquier modo se te contagiarían como la malaria. No te conformes con facilidades como decir ''piso'' por ''depa'', ''tío'' en lugar de ''güey'' u ''ordenador'' en lugar de ''compu'': lánzate por todo: pon ese necesarísimo ''que'' antes de cualquier frase (''que he cogido el bus'', por ejemplo, o ''que me cago en el cura'' son locuciones que te pueden sacar de apuros), apréndete ruidos y gestos, como ese truene de labios que parece autocontradecirte antes de decir: ''a ver...'' Probablemente a tu nueva bandita le recordarás aquello que se decía en España de ''queremos tanto a Hugo Sánchez que hasta hablamos como él'', pero ni modo: de todas formas no hay opciones.

La chamba

ƑTE ACUERDAS DE lo que decías, con los dientes afilados por la superioridad, de los argentinos hace un par de años: que llegaron a México (en especial a la Condesa) a llevarse todos los ''grandes puestos'' -es decir: meseros, repartidores de volantes...? Pues mejora tus maneras, porque aquí te toca recibirla: en Chueca de Madrid, en el Born de Barcelona, en Gros de San Sebas, ese es tu futuro inmediato y, de hecho, mediato: meserear y volantear. (Según reportes, de los 5 mil 894 mexicanos que residen legalmente en España sólo tres son exitosos de veras: Juan de la Mora, consejero delegado de Bankinter; Plácido Arango, consejero delegado de Vips -sí, acostúmbrate, aquí también hay Vips y no te va alcanzar para comerte una vipsburger-, y Lorenzo Zambrano, presidente de Cemex.) Y ni se te ocurra soñar con una propina o, ya de perdis, un por favor: eso es tan proviciano...

La patria

EN SERIO: A tus espaldas todo el mundo (español) se va a reír en cuanto te empieces a considerar barcelonés o madrileño, igual que tú lo hiciste cuando tu amiga de Mérida, recién llegada al DF, dijo su primer ''antro'' en lugar de ''discoteca'', pero eso no es nada: para de veras quedar mal procura iniciar tus comentarios sesudos con un ''En México...'' y luego cualquier cosa, a cual más cierta, ''nunca tomaríamos vino con cocacola''. Haz un esfuerzo: gánate enemigos. (Para mayor rijosidad, cuando regreses a México no digas ''En Barcelona...'' sino simplemente ''Allá...'', como la primera vez que regresaste de San Diego al DF y creías que ya lo habías visto todo: ''Allá no hay semáforos y todo el mundo se detiene en las esquinas, güey...'') Fíngete amante de tu patria, nomás en nombre del desconcierto.

ƑY QUE DESPRENDER de todo esto? Fácil: los españoles de las grandes ciudades son tan xenófobos (Ƒte acuerdas de todos esos chavitos morenos y de pelos parados que llamaste ''pinches indios'' en la escuela?), tan prejuiciosos, tan jodidamente llenos de telarañas como tú. Salvo que, por ahora, ellos no se están yendo a vivir a México.

Encuentros culinarios

LA PROXIMA SEMANA comienzan los encuentros culinarios de Pujol (hay a quien le ha molestado la constancia con que aparece Pujol en Antrobiótica; qué le vamos a hacer, ser lo mejorcito que hay en la ciudad tiene sus lamentables consecuencias), con un menú a cuatro manos entre el chilango Enrique Olvera y Guillermo González Beristáin, que no es regio pero tiene en Monterrey el estupendo restaurante Pangea. Supuestamente es sorpresa, pero ai va el menú, para que no se diga que no somos capaces de vender a nuestros amigos: vychissoise de chícharo y plátano macho; atún fresco curado, tartita tibia de papas y poro, vinagreta de foie y jerez; conejo con avellanas y salsa verde; lomo de pescado, jugo de mejillón y almejas, infusión de leche de coco, té limón y chile de árbol, lentejas de Puy; lomo de cordero con salsa de clavo-peras, chabacano y mandarina; piña en tres; ''milhojas'' con mascarpone; panna-cotta de miel de lavanda y piña rostizada; granita de piña... Suena bien, aunque a 585/piocha se agradecería siquiera un vinito ''de honor''.

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