México D.F. Miércoles 20 de octubre de 2004
El grupo se presenta hoy por única vez
en el Museo de Historia de Tlalpan
Heshoo Beshoo aporta una refrescante identidad a la
cultura de Sudáfrica
Con fuego rítmico y emocional abrieron los corazones
de los asistentes a la Alhóndiga
CARLOS PAUL ENVIADO
Guanajuato, Gto., 19 de octubre. Explosivo comenzó,
repercutido y aún más frenético concluyó el
concierto de Heshoo Beshoo, agrupación integrada por jóvenes
músicos perteneciente a Sudáfrica, país invitado de
honor de la versión 32 del Festival Internacional Cervantino (FIC),
en cuyo repertorio combinan música tradicional con creaciones originales.
Con
la fuerza musical de tres marimbas sudafricanas, diversos tambores y la
energía vocal de sus canciones, con vibrantes y frenéticos
bailes, este grupo creado en 1987 aporta una refrescante identidad a su
cultura.
En entrevista exclusiva con La Jornada, luego del
concierto, Gerald Gareth Mapila, Yolanda Deidre Gaika, Phillip Dyira, Nomonde
Patience Swaartbooi y Lumkile Barney Soha explicaron que la situación
actual de los músicos en Sudáfrica ''aún es muy difícil",
debido a que la democracia ''es muy incipiente, pues sólo tiene
10 años".
Algunos de los problemas a los que se enfrentan "son la
falta de educación artística en las escuelas, apoyos económicos,
lugares para tocar; una casa propia, mejores sueldos, alguien que represente
a los grupos, pues hoy muchos de los compositores e intérpretes
u otro tipo de creadores no trabajan de tiempo completo en su arte, porque
tienen que apoyar a sus familias.
''Muchas de las personas interesadas en la música
viven en pequeños pueblos y es muy difícil que hasta ahí
lleguen los maestros."
Por mayor intercambio artístico
A una década de haber surgido un gobierno democrático,
comentan, ''la tradición musical cada vez se hace más fuerte,
pues la gente tiene más libertad para expresarse mediante la música.
Las generaciones anteriores no podían desarrollarse de igual manera.
''Nosotros
apenas comenzamos a explorar esas condiciones."
Por primera vez, cerca de 150 artistas viajaron desde
el otro lado del mundo para participar en el FIC. Se trata de la mayor
delegación que ha viajado al extranjero, desde que el apartheid
fue
abolido hace un decenio.
En ese contexto su participación en el Cervantino
cobra un singular significado para ellos pues, expresa Gareth Mapila, ''la
situación de México y de Sudáfrica tienen mucho en
común.
''Deseamos que exista un mayor intercambio artístico
entre nuestros países, además de compartir con otras naciones
que igual sufren de algún tipo de represión, como nosotros
la tuvimos, que sí se puede salir adelante.
''De hecho, el nombre del grupo -en el que se incorpora
música tradicional, religiosa y contemporánea- Heshoo Beshoo
significa salir adelante.''
Y adelante salió su explosivo concierto cuya conjunción
de música, canto y baile evocaron festivos semblantes, los coloridos
y amplios territorios sudafricanos.
Interminables
sonoridades que duran lo que la emoción y el cuerpo aguanten, repercutieron
en sublimes cantos a la libertad, a las relaciones afectivas entre padres
e hijos, a los sueños, a las oportunidades de los pequeños
y jóvenes de asistir a la escuela.
El fuego rítmico y emocional hecho música
y canto, bajo la luz del mediodía, abrió el corazón
de los espectadores, navegó por los ondulantes cuerpos de Yolanda
y Nomonde, igual bailarinas que cantantes e intérpretes de algún
instrumento.
Heshoo Beshoo se presentó el domingo 17 en la Alhóndiga,
con Fancy Galada Band, y hoy tendrá una sola presentación
en el Museo de Historia, de la delegación Tlapan, de la Ciudad de
México.
|