México D.F. Viernes 22 de octubre de 2004
Se invertirán 2 mil 700 mdd; México
puede convertirse en potencia en ese ramo
Fox: Pemex construirá un complejo petroquímico
con participación privada
El Proyecto Fénix, parteaguas en el desarrollo
de la industria petroquímica, destaca
ISRAEL RODRIGUEZ Y JOSE ANTONIO ROMAN
Tras asegurar que México ''tiene todo'' para convertirse
en una potencia petroquímica mundial, el presidente Vicente Fox
anunció que las empresas mexicanas Indepro y Grupo Idesa, y la compañía
canadiense Noval Chemicals -como socio estratégico- pondrán
en marcha, junto con Petróleos Mexicanos (Pemex), la construcción
de un complejo petroquímico, con una inversión de 2 mil 700
millones de dólares.
Sin embargo, informó que todavía no han
concluido los estudios que determinarán la localización de
dicho complejo, el monto de la inversión y las condiciones para
hacerla rentable, lo cual ocurrirá en los próximos meses.
Las opciones para la ubicación del complejo son Altamira, Tamaulipas,
y Coatzacoalcos, Veracruz, en función de la cercanía a la
red de refinerías de Pemex, abasto de materias primas, proximidad
a centros de consumo de productos potenciales y a la infraestructura industrial
existente en estas zonas.
Al
inaugurar el 36 foro de la Asociación Nacional de la Industria Química
(ANIQ), el titular del Ejecutivo se refirió al Proyecto Fénix
como ''parteaguas'' en el desarrollo de la industria petroquímica
nacional, pues con él se activa sustancialmente la inversión
en este sector, que ''se había rezagado por décadas''.
El Proyecto Fénix comprende la construcción
de dos complejos petroquímicos, con el objetivo de dar un nuevo
impulso a la industria química y promover el relanzamiento del sector
petroquímico del país, en un esquema de coinversión
donde Pemex Petroquímica será socio minoritario en ambos
proyectos, con una participación de entre 25 y 49 por ciento del
capital social. Esta estructura de la propiedad permitirá operar
a las nuevas empresas como compañías privadas.
Acompañado por el director general de Pemex, Raúl
Muñoz Leos, y ante los empresarios del sector petroquímico,
quienes aplaudieron el anuncio, el presidente Fox precisó que con
este nuevo complejo México habrá de convertirse en un productor
globalmente competitivo, especialmente en el continente americano, sustituyendo
importaciones por alrededor de mil 500 millones de dólares anuales,
y con la amplia posibilidad de exportar excedentes.
Durante el encuentro dijo que ha instruido a sus colaboradores
para concluir a la brevedad posible los análisis que están
pendientes, además de que el gobierno federal impulsa ocho proyectos
nuevos con una inversión total de 6 mil millones de pesos para fortalecer
a la industria petroquímica nacional.
Previamente, en el uso de la palabra, el presidente de
la ANIQ, José Luis Uriegas, presentó con detalles la difícil
situación que vive este sector industrial, en el que para lograr
satisfacer la demanda de productos químicos y petroquímicos
durante 2003, las importaciones alcanzaron casi 11 mil millones de dólares,
cifra 14 por ciento superior a la registrada un año antes. Las importaciones
ya representan 60 por ciento del consumo de este tipo de productos.
Señaló que aun cuando la industria química
ha invertido 2 mil 600 millones de dólares en la presente administración,
la falta de acuerdos para impulsar las reformas estructurales, particularmente
la energética y la política de precios aplicada por este
gobierno -con un enfoque fundamentalmente recaudatorio y sin una visión
de desarrollo-, ha impedido importantes inversiones adicionales que permitirían
aprovechar la riqueza del subsuelo, agregando valor a los hidrocarburos.
En su larga participación, el presidente de la
ANIQ, organización que representa a 90 por ciento de la industria
privada de este sector, presentó al presidente Fox tres propuestas
concretas, las que, desde su punto de vista, permitirían reposicionar
a esta industria en el lugar preponderante que le corresponde.
En primer lugar, continuar promoviendo las reformas estructurales
hasta lograr la reforma energética, que garantice el suministro
suficiente y competitivo a largo plazo de gas natural, productos refinados,
petroquímica y electricidad. En este sentido, propuso que los excedentes
petroleros se reintegren a Pemex, a fin de que puedan ser reinvertidos
y adoptar una política agresiva de exploración y producción
de gas natural, que lleve al país a una posición superavitaria
en este energético.
En segundo lugar, mejorar la competitividad de la industria
química y petroquímica establecida en México a través
del suministro suficiente y a precio competitivo en términos globales
de los precursores petroquímicos e insumos energéticos reservados
al Estado. Solicitó al Presidente un cambio profundo y estratégico
de política y visión en el uso de la riqueza del subsuelo,
en el que los energéticos se constituyan en el motor para el desarrollo
industrial integrado del país, y no únicamente en ingresos
fiscales.
Finalmente, se pidió seguir impulsando el Proyecto
Fénix, al que también se refirió como ''parteaguas''
para la industria petroquímica mexicana, toda vez que constituye
un primer paso en el reposicionamiento de la industria que permitirá
el mejor aprovechamiento de los hidrocarburos, mediante la asociación
de empresas mexicanas y extranjeras que, junto con Pemex, ejecuten estos
proyectos de inversión.
|