Expertos vaticinan problemas al paso del tiempo

La prohibición del dólar, benéfica sólo a corto plazo para Cuba

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 30 de octubre. La eliminación del dólar estadunidense como medio de pago en Cuba, a partir del próximo 8 de noviembre, tiene algunas ventajas de corto plazo para la economía de la isla, pero la pone frente a riesgos a mediano y largo término, estimaron hoy expertos.

"El impacto sobre las remesas se sentirá más con las medidas del gobierno estadunidense, que aumentarán la restricción y por ende la informalidad en el envío", dijo a La Jornada Manuel Orozco, especialista de la organización no gubernamental Diálogo Interamericano, con sede en Washington y autor de una vasta investigación sobre la ayuda económica de los cubanos emigrados en Estados Unidos a sus familiares en la isla.

"La gente no cesará de enviar dinero y el que recibe buscará formas de cambiar el dólar de la mejor forma que le resulte", agregó Orozco. Pero "esto significa que la especulación aumentará y el gobierno cubano recibirá menos dólares".

En su más reciente estimación pública, el Banco Interamericano de Desarrollo ubicó las remesas desde Estados Unidos a Cuba en 2003 en mil 190 millones de dólares.

"La paridad de la moneda cubana frente al dólar no está definida por el embargo, sino por la ineficiencia de la economía cubana, la falta de competitividad internacional y su alta dependencia del comercio global", subrayó.

"Volver al patrón anterior en una economía que vive del sector externo al menos en 50 por ciento significa causar un desastre económico, que se sentirá en los próximos meses", dijo el especialista. "Aumentarán los costos del gobierno en sus importaciones y la restricción cambiaria encarecerá el acceso a la moneda verde. En otras palabras, el efecto será de bumerán".

Philip Peters, director de un programa de investigación económica sobre Cuba en el Instituto Lexington, también en Washington, se preguntó en un análisis difundido por esa entidad académica por qué tomó la decisión un país "que se ha abierto al comercio exterior, ha construido exitosamente una industria turística, aspira a recibir un gran número de visitantes estadunidenses y recibe millones de dólares a través de remesas familiares". La reforma "no generará ningún crecimiento en la economía y actuará como un lastre al hacer más costosas las transacciones".

Peters estimó que a corto plazo el cambio arrojará beneficios para el tesoro cubano, por el canje masivo que realiza la población. "Es un hecho muy bienvenido con los precios del petróleo arriba de 50 dólares por barril".

Pero subrayó que las remesas pueden sufrir una merma importante, al sumar las limitaciones impuestas este año por Estados Unidos a la necesidad de que los emigrados en ese país deban obtener otras monedas para enviar a sus familiares, quizá por terceros países, en una ruta nueva y mucho más difícil.

Un empresario de tránsito en La Habana, que había discutido la situación con algunos de sus colegas, hizo este resumen: "Hay cinco razones a favor de la medida: 1) elimina la dolarización del país, 2) devuelve al Banco Central el control de la emisión, 3) elude las represalias estadunidenses por el manejo de billetes verdes, 4) al no haberse impuesto el control de cambios, lanza un mensaje de confianza para la población y 5) a corto plazo, hay un incremento neto de reservas".

"Pero hay otras cinco razones en contra: 1) se dificultan y se reducirán las remesas, principal ingreso del país, 2) es un golpe a 25 por ciento del turismo (segundo ingreso) que viene del área del dólar, 3) hay una masa de dinero neto que dejará de llegar por esas vías, no importa en qué denominación, 4) en consecuencia, hay una presión sobre las importaciones y la capacidad de manejar la deuda externa, que a la vez amenazarán el crecimiento y 5) Cuba se aleja, paradójicamente, del principal mercado al que aspira llegar con su lucha contra el bloqueo, el de Estados Unidos".