Inauguran en San Isidro, Edomex, cementerio para colonos de escasos recursos

La muerte entre los pobres: al dolor de la pérdida se suma la búsqueda de panteón

Una pareja mazahua peregrinó 30 horas para sepultar a su hijo que sólo vivió un día

RENE RAMON ALVARADO CORRESPONSAL

San Vicente Chicoloapan, Mex., 30 de octubre. En la loma del cerro de San Isidro un grupo de hombres y mujeres surcaron dos y media hectáreas de tierra, donde, a partir de hoy, podrán sepultar a sus muertos.

Adela Narciso Cruz y su esposo, Javier, ambos indígenas mazahuas, no quieren que se repita la experiencia que ellos padecieron. Hace siete meses perdieron al tercero de sus hijos, un bebé que sólo vivió 24 horas, pero que tardaron más de 30 en sepultar por no encontrar un cementerio.

Huyeron de la miseria que padece San Felipe del Progreso. Luego de rentar una vivienda durante cuatro años en San Miguel Teotongo, Iztapalapa, Javier, de oficio albañil, pudo construir su propia casa en la colonia 20 de Mayo, en San Isidro.

Sin embargo, la felicidad de tener un techo donde vivir se vio perturbada en marzo pasado, cuando Adela perdió a su hijo, que sobrevivió un día. No fue fácil. En el panteón de Ixtapaluca les negaron el nicho con el argumento de que "ustedes son de Chicoloapan".

Con el cuerpo del recién nacido en brazos y el dolor que le provocaba la herida de la cesárea, Adela, acompañada por su esposo, tuvo que regresar a casa.

Después de más de 30 horas de que murió su hijo, a 10 kilómetros, en la cabecera municipal de San Vicente Chicoloapan, les ofrecieron un espacio en el panteón. A las ocho de la noche del 30 de marzo pasado pudieron darle sepultura a su bebé.

Este sábado, siete meses después, Adela lloró al recordar la pérdida de su hijo, aunque aseguró que sus lágrimas también son de felicidad, pues hoy las autoridades locales y los ejidatarios de Tlalpizahuac anunciaron la donación del predio que albergará el cementerio de Lomas de San Isidro.

A 2 mil 500 metros de altitud, en un predio de 26 mil 400 metros cuadrados y a dos kilómetros de la colonia 20 de Mayo, se erigirá el camposanto, el cual se estima que brindará servicio a más de 30 mil habitantes (85 por ciento en extrema pobreza), entre ellos los que habitan las colonias Mariel, La Primavera, Libertad, El Pino, Tecomatlán y Lomas de San Isidro.

Reunidos en el predio que albergará el cementerio de Lomas de San Isidro, Adela Narciso y otros vecinos expresaron que será difícil subir cualquier féretro debido a la pendiente tan pronunciada del camino.

No obstante, aseguraron, es preferible hacer un esfuerzo físico extraordinario a tener que cargar con el dolor que causa la muerte de un ser querido y encima no encontrar un lugar donde enterrarlo.

El alcalde perredista Domingo Hernández Hernández describe la vida en San Isidro: sólo en algunas zonas hay energía eléctrica y teléfono, y ninguno de sus 30 mil habitantes tiene servicio de agua potable y drenaje.

Aunado a la falta de servicios, este cinturón de miseria, también llamado Polígono II, se ubica a casi 10 kilómetros del Polígono I, de la cabecera municipal, y se accede a esa región por Ixtapaluca, Valle de Chalco o Los Reyes La Paz.

En Lomas de San Isidro, con una extensión territorial de 310 hectáreas -confirma el presidente de los ejidatarios, Juan Martínez Tapia- la gente pobre, este primero y 2 de noviembre tiene ilusión de que el próximo año podrá festejar a los muertos en su panteón.