.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
La Jornada Michoacán
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario
S O C I E D A D    Y   J U S T I C I A
..

México D.F. Domingo 31 de octubre de 2004

Los dioses del submundo reciben tributo en sus templos

Persiste en Veracruz el reino de los señores del Mictlán

ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL

Veracruz, Ver., 30 de octubre. Los señores del mundo de los muertos siguen reinando en las comunidades del Golfo de México, donde el culto a las deidades del inframundo incluso desplazó a otros dioses precolombinos y cuyas reminiscencias se aprecian hoy en las fiestas de Todos los Santos, nombre cristiano del festejo indígena por el retorno de quienes, después de fallecer, periódicamente visitan a los vivos.

Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl -su contraparte femenina- son los dos rectores del Mictlán que "sobrevivieron" a la destrucción física que trajo la conquista española, pues sus efigies fueron sepultadas junto con ofrendas en el corazón de las pirámides donde siglos atrás recibieron el sacrificio de guerreros, doncellas y niños. Invisibles al exterior, ni la espada de los conquistadores ni el celo del cristianismo los alcanzó.

Mientras en la congregación de El Zapotal permanece Mictlantecuhtli, pieza que se ha comparado con las esculturas de los guerreros localizados en la provincia Xi'an del antiguo imperio chino, en Zempoala se conserva una de las pocas representaciones de la Señora de los Muertos, Mictecacihuatl, protectora en el más allá de las mujeres fallecidas en parto.

Ambos dioses siguen desafiando el tiempo y reciben tributo en los rituales y altares del Día de Muertos. Las calaveras, ofrendas y rezos, los comparten con la percepción católica de la vida después de la muerte.

"Vienen rodando aquellos sus ídolos hechos pedazos, y cuando así los vieron, los caciques y papás que con aquellos estaban llorando y tapaban sus ojos y en su lengua totonaca les decían que los perdonasen y que eso no era más en sus manos ni tenían culpa", relata Bernal Díaz del Castillo sobre la destrucción de figuras en Zempoala, ordenada por Hernán Cortés en 1519.

Los dioses fueron arrojados de los templos y en su lugar se edificaron altares con cruces cristianas e imágenes de la Virgen María, cuenta Bernal Díaz del Castillo.

En Zempoala, una de las tres principales ciudades del imperio totonaca, no quedó un ídolo en pie, y durante cuatro siglos los templos permanecieron aparentemente deshabitados, pero en 1968 el arqueólogo José García Payón encontró una de las deidades sobrevivientes: Mictecacihuatl, la Señora de los Muertos.

Vigilante de los muertos

Extraída de un compartimento oculto en el interior de lo que fue su templo y rodeada de ofrendas, entre ellas varios cráneos de niños, Mictecacihuatl es quizá el único personaje del panteón precolombino que no fue echado de su casa por los españoles. La figura no fue hallada en el resguardo interno de la pirámide.

La figura está elaborada en terracota y descansa sobre una especie de plancha que mide aproximadamente un metro de largo. La diosa permanece tendida con la boca abierta como si acabaraa de fallecer. Un tocado adorna su cabeza, que se adereza con pendientes ceremoniales y sobre su pecho yace una piedra redonda para simular un corazón que dará en prenda para ingresar al inframundo.

Luce los pechos redondos pero las costillas descarnadas, está entre la vida y la muerte. También le faltan ambos brazos, que se fracturaron, tal vez, por la premura al ser escondida del invasor y evitar una profanación. Su cabeza y sus cuencas vacías apuntan hacia arriba, como gesto de que está expirando.

Omar Ruiz Gordillo, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, explica que Mictecacihuatl ocupa uno de los lugares más relevantes del panteón prehispánico, pues era la encargada de velar y conducir las almas de las mujeres que perecían en el parto.

De los nueve cielos o paraísos que describe el culto precolombino, uno estaba dedicado a las Cihuateteotl, las madres que fallecen al dar a luz y que eran consideradas en la misma categoría que los guerreros, pues mueren luchando. Las parturientas posteriormente se transforman en Chiapipiltin o mujeres celestiales.

En el camino hacia el inframundo, la Señora de los Muertos vigila y conduce a las que parieron un futuro guerrero o sacerdote y dejaron su vida en el alumbramiento.

Según los datos técnicos, la figura data del año mil 300 después de Cristo, y desde 1975 no era exhibida al público, hasta 2002, cuando se colocó en un pequeño museo de sitio en Zempoala. A la efigie la rodean 85 pequeños cráneos elaborados en barro y que fueron rescatados de una pirámide adyacente al edificio de Mictecacihuatl, denominado el Templo de las Caritas.

Este edificio tenía 365 pequeñas calaveras incrustadas, además de las representaciones del Sol y la estrella Venus, astros asociados con la muerte y el renacimiento del día.

El trono de Mictlantecuhtli

Descarnado también y con una expresión de burla en su cara, el Señor del Mundo de los Muertos, Mictlantecuhtli, continúa sentado en un trono en El Zapotal, poblado localizado a unos 80 kilómetros del puerto de Veracruz y donde se levantó uno de los adoratorios más relevantes de Mesoamérica.

Con una antigüedad de entre mil 700 y 2 mil años, el personaje no es propiamente un esqueleto, pues sus manos, piernas y pies están íntegros, pero muestra las costillas, la columna vertebral y la cabeza cadavérica. La expresión de Mictlantecuhtli dibuja una sonrisa que impresiona a los mortales que lo enfrentan y que les recuerda que algún día llegarán a su morada.

Porta una gran corona ceremonial que forma una sola pieza con el trono, y la figura, toda elaborada de terracota, permaneció durante siglos en el interior de una pirámide de tierra apisonada, cuya cámara principal fue descubierta en 1971. Cuando los antiguos pobladores sellaron el templo, el Señor del Mundo de los Muertos fue sepultado con más de 82 restos de sacrificios humanos -principalmente de guerreros y sacerdotes-, diversas ofrendas y esculturas de las Cihuateteotl.

Otro gran monumento que refleja el ferviente culto a los señores del inframundo en la costa del Golfo de México es Quiahuiztlán, asentamiento prehispánico donde 78 mausoleos se mantienen en pie a pesar del tiempo y las amenazas humanas.

Asentado en un peñón que es conocido como el Cerro de los Metates, frente al sitio donde se fundó originalmente la Villa Rica de la Vera Cruz, el pueblo de Quiahuiztlán es un enigma para los arqueólogos y estudiosos, pues no quedaron retablos, estelas, esculturas ni códices que narren su historia, sólo algunos pedazos de edificios... y las tumbas.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm

Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Coordinación de Publicidad
Tels: (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Exts: 4329, 4308, 4137 y 4104

Email
Coordinación de Sistemas
Teléfonos (55) 91 83 03 11 y 91 83 03 77

Email

  © Derechos Reservados 2003 DEMOS, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.
Todos los Derechos Reservados. Derechos de Autor 04-2003-08131804000-203.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa del titular.
El título y contenido se encuentran protegidos por la legislación de la materia en la República Mexicana.