México D.F. Domingo 31 de octubre de 2004
Descarta que su labor sea
agente transformador de la política; el ser, su destinatario
Alterar la conciencia, misión del arte, define
el creador multidisciplinario Arnaldo Antunes
ANGEL VARGAS
Dice el brasileño Arnaldo Antunes, uno de los creadores
más propositivos e influyentes de la actualidad en su país,
que ni el arte ni el artista son generadores determinantes de cambios políticos
o sociales.
Arte y artistas, subraya, son elementos "subversivos",
toda vez que su misión consiste en "alterar la conciencia y la sensibilidad"
del ser, lo cual representa la base de todo principio crítico y
de acción.
Paulista de nacimiento, hincha del equipo de futbol Santos
y con 44 años recién cumplidos, el compositor, intérprete,
poeta, videoasta y performancero precisa que su quehacer parte de
tal convicción, inscrito en una línea progresista que lo
hermana con músicos como Chico Buarque, Caetano Veloso y Gilberto
Gil.
De visita en México por primera ocasión
para participar con un performance en la Feria del Libro del Zócalo
que concluyó el pasado día 18, Arnaldo Antunes aceptó
conversar con La Jornada, momentos antes de regresar a la nación
sudamericana.
Labor inclasificable
En la charla recuerda que sus orígenes artísticos
se dieron hace 22 años, con el grupo de rock Titas, del cual se
separó después de una década para emprender su carrera
como solista, al mismo tiempo que se adentró a la poesía,
con la escritura de libros y propuestas de corte visual.
"Mi campo de acción es muy amplio y diverso, inclasificable;
sin embargo, son áreas que se interseccionan, porque todas tienen
en común el trabajo con la palabra. La palabra para ser leída,
escuchada, vista y 'contaminada' por otros códigos", explica.
''En
Brasil vivimos una realidad muy diversa, desde lo natural hasta lo social
y cultural, no se diga de los grandes contrastes económicos. Y,
en ese contexto, resulta difícil situar mi música en un género.
Desde que estaba en el grupo, mi trabajo musical siempre ha estado llena
de influencias, hay mucha mezcla y mestizaje.''
-Y como poeta, ¿cómo te insertas en la rica
tradición de la literatura brasileña, en particular con el
aspecto social, merced a ese contraste económico que mencionaste?
-Los temas sociales entran en mi trabajo naturalmente.
No de una forma ideológica, sino por la necesidad de hablar del
ser humano como un todo. Entonces, me la paso mezclando temáticas,
y pienso que incluso al hablar de amor se puede ser político también.
"Tengo una visión muy amplia y mi mayor compromiso
es con el lenguaje en sí. Considero que mi papel social-político
consiste en alterar la conciencia y la sensibilidad de las personas, y
eso se da muchas veces con la forma de hacerlo y de decirlo más
que por el tema escogido.
"Puedo hablar del universo o de una mosca, como también
de la miseria de la sociedad, de aspectos que me avalan en la cotidianidad,
y en todo hay posiciones políticas.
"No es un vinculo ideológico, sino algo más
libre. Mi aspecto más subversivo en relación con los patrones
es el trabajo con el lenguaje, sea en la poesía, sea en la música,
sea en las intervenciones visuales.
"Guardo mucha afinidad con Caetano Veloso, Gilberto Gil,
Chico Buarque; son muchos los músicos que me influenciaron en esa
línea en la que lo artístico implica también un compromiso
de conciencia.''
-¿Cómo sitúas el papel del artista
en el proceso de cambio social, en este contexto en el que los gobiernos
de derecha parecen llevar la batuta del mundo?
- De entrada, estoy convencido que el camino del mundo
empeorará de continuar en manos de (George W.) Bush. No hay grandes
diferencias entre él y Kerry, pero por lo menos espero que no tengamos
que soportar cuatro años más de esa deplorable y terrible
política neocolonialista que está ejerciendo Bush contra
el mundo.
"En cuanto al papel del artista, no creo que éste
sea un agente transformador de la política. Pienso que lo que compete
al artista es transformar a las personas que tienen contacto con su trabajo,
sea a través de la alteración de la sensibilidad o a través
la alteración de la conciencia, o ambas cosas juntas.
"Las personas que van creciendo con el contacto con el
arte y los artistas, estoy seguro, son el futuro, el futuro de la política
y de todos los demás aspectos humanos.
"El artista debe ser cuidadoso. Debe tener en mente que
resulta mucho más importante cuando no se afilia a un facción
política o una cofradía, o no defiende una religión.
El artista, por naturaleza, es y debe ser un ente libre, identificado con
el ser humano y con todo lo que lo rodea. No se puede querer hacer del
arte una bandera ideológica. Yo creo y práctico eso profundamente.
"Brasil está en el principio de un camino muy promisorio,
con la elección de Lula Da Silva. Durante mi juventud me tocó
verlo perder tres veces su candidatura a la presidencia y ahora que por
fin ganó su causa, me encuentro muy contento.
"Creo que los frutos sociales de su trabajo aún
no aparecen de manera muy clara, los suyos son pasos lentos y difíciles,
porque Brasil tiene problemas muy antiguos y graves de desigualdad social,
violencia, miseria, corrupción. Es un panorama terrible, pero creo
que vamos por buen camino. En ese sentido mi optimismo.
"Me siento muy bien en México, por ser un país
de una tradición de izquierda revolucionaria muy fuerte y muy presente.
Es un aspecto que me causa mucha admiración.''
-¿Por qué tanta amplitud y diversidad en
tu trabajo?
-Vivimos en una época de crisis de la idea de la
especialización. Creo que la modernidad, en cuanto al lenguaje artístico,
no tiene ya límites. Antiguamente uno debía tener diferentes
arsenales técnicos para trabajar cada lenguaje, hoy en día
la computadora permite trabajar varios lenguajes con un mismo instrumento.
Ese es síntoma de una época que de cierta forma pone en crisis
la idea de especialización.
"Es algo que tiene que ver con un aspecto que existía
en las tribus más primitivas, en las que el arte era visto como
religión; no existía la especificidad, todo era ligado a
la divinidad y lo ritual. Entonces todos los lenguajes estaban más
conectados.
"Después, el desarrollo de la civilización
propició que esas disciplinas se separarán de su objetivo
inicial y se transformara en lo que conocemos como arte, y fueron apreciadas
y disfrutadas en otro contexto.
"En la modernidad rescatamos precisamente eso: el espíritu
primitivo a través de la tecnología. Eso es muy interesante,
tal vez hoy vivimos ya plenamente lo que McLuhan soñó al
acuñar el término aldea global.''
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