México D.F. Domingo 31 de octubre de 2004
En Monterrey entablan un respetuoso mono
a mono ante mil 200 devotos
Coinciden Rius y Quino en su filiación
de izquierda; divergen en su alimentación
El dibujante mexicano se define como pesimista, el argentino
aún confía en la humanidad El creador de Los Supermachos
ha hecho 100 libros; el de Mafalda, 30
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 30 de octubre. En esta tierra donde
la derecha tiene uno de sus mayores asientos, y la carne asada o en machaca
es tradicional, se reunieron más de mil 200 devotos de Quino
y Rius para escuchar a dos de los caricaturistas más
grandes de la historia latinoamericana, confesos ambos de su simpatías
con la izquierda, aunque ambos igualmente tuvieron serias diferencias,
pues el argentino reiteró su gusto por la carne y el mexicano habló
de las virtudes de la alimentación vegetariana.
El encuentro de Rius y Quino, que festejan
por igual sus 50 años como caricaturistas, ocurrió en la
14 Feria Internacional del Libro organizada por el Tecnológico de
Monterrey, en una especie de duelo de ingenio conducido por Trino, denominado
Mano a mano, mono a mono.
Rius
habló de la censura que sufrió en los principios de su
carrera, allá por 1969, cuando "militares disfrazados de militares"
lo secuestraron a fin de desaparecerlo; pero pudo salvarse gracias
a la intervención del ex presidente Lázaro Cárdenas,
quien acudió ante el entonces secretario de Gobernación,
Luis Echeverría, que era "el ejecutor de los deseos", del mandatario
Gustavo Díaz Ordaz.
Ante el solo nombre de Echeverría, Rius recordó
que el ex presidente ha dicho que no pisará la cárcel por
su implicación en los crímenes de la guerra sucia; entonces
sugirió que lo tomen de los brazos y se lo lleven "de aguilita",
y lo sienten en una bartolina.
Rius dijo ser un pesimista, como casi todos los
dibujantes de humor, y por eso consideró que nada puede hacerse
por salvar a este mundo, a México o a Latinoamérica, que
ha sido una de las tareas que se trazó cuando empezó a dibujar
monos, "pero veo que cada vez estamos peor; creo que ya nos llevó
la chingada a todos", y conste, dijo, "yo no inventé a Vicente Fox".
Quino, por su parte, señaló que no
debemos perder la esperanza en el ser humano, y que habiendo tanta gente
joven delante, no puede perdírsele que se suiciden
''Es cierto que hay mucha sangre y mucha muerte de por
medio, pero creo que poquito a poco se va logrando vivir mejor, aunque
soy bastante pesimista históricamente y sé que no voy a ver
un mundo mejor; pero creo que hay que tener un poco de fe, que el ser humano
será un poco más inteligente de lo que ha sido hasta hoy.''
Ambos coincidieron en que las incursiones de sus monos
en el cine no han sido muy afortunadas, porque la gente se toma una
idea sobre sus personajes, les da voz e identidad, que luego contrastan
con el sello que les imponen los actores.
Rius habló de su nuevo libro, Las glorias
del tal Rius. Señaló: ''este no se los recomiendo porque
es una crónica de 50 años de chinga, de trabajar así
como bestia, como negro, para tratar de vivir como blanco. Es una crónica
de todas las barbaridades que he hecho en mi vida de monero. Es
un libro muy nostálgico porque me acordé de amigos y de moneros
que he conocido; me hizo llorar. No se los recomiendo porque tal vez
ustedes lloren, pero de coraje".
Rius habló entre bromas y veras sobre los
propósitos de su trabajo. "Además de salvar a México
me puse tres misiones al mismo tiempo: volver a la mayoría de la
gente posible atea (nutridos aplausos); volver a la mayoría de la
gente -puede sonar muy fuerte aquí en Monterrey- vegetariana, y
volver a la mayoría de la gente, incluyendo a los regiomontanos,
gente de izquierda, es decir pensante".
Porque, como dijo una vez Fidel Castro, cuando creíamos
en él, "la historia me absolverá, o me absorberá,
no sé en qué voy a acabar".
Quino comentó que ha realizado más
de 30 libros; Rius habló de 100, incluyendo el de próxima
aparición, y serían 140 si se suman las recopilaciones. "Es
en lo único que le he sabido ganar a Quino, porque él
ya aprendió a dibujar, y a mí, después de 50 años,
cada vez me sale peor".
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