Jornada Semanal, domingo 31  de octubre de 2004                   núm. 504
LAS ARTES SIN MUSA

Alonso Arreola

MARATÓN, JAZZ Y VOAODOO

Fue hace décadas que el jazz dejó boina y pipa en el armario para intentar otro tipo de vestuario. De América a Europa y de Asia a África, su cuerpo se domó con exilio y marginación, con teorías complejas o simples encuentros de la casualidad, dejándolo listo para las más diversas pasarelas de la música contemporánea. Es ésta una verdadera prosperidad que ha forzado a numerosos festivales y programadores de radio a olvidarse del swing y de la síncopa en pos de un hábitat unificador en donde lo mismo se encuentren el son cubano y la vanguardia francesa, que los viejos standards americanos o las infecciones revolucionarias del hip-hop y del rock latino. Lo que importa –parecen acordar todos– es que sobreviva la improvisación y que haya calidad suficiente como para tomar asiento por dos horas en un teatro, en un parque público o en un bar subterráneo.

Con este panorama, no es extraño que sea una radio colegial, la de la Universidad Iberoamericana, la que impulse en México un nuevo planteamiento para hablar de jazz. Ubicada en el 90.9 del cuadrante FM, cada miércoles por la noche la señal ofrece su programa Voodoo Jazz bajo la conducción del apasionado Óscar Adad; un espacio en el que se muestra algo de lo que ocurre más allá de los clásicos acetatos de Armstrong, Miles, Parker, Ellington o Thelonious. Prueba es el maratón anual, al que invitan a diversos melómanos para que muestren algo de sus colecciones privadas de jazz. Se trata de un domingo al año en el que, por doce horas continuas, doce diferentes conductores no profesionales tienen la oportunidad de compartir sus hallazgos. Y si digo que no es extraño que sea una radio colegial la que tome la batuta, es porque ha quedado demostrado que el resto de las emisiones mexicanas en las que suena jazz o están anquilosadas y sufren de locutores egocéntricos y dictadores, o deben recurrir a lo más comercial del género para no perder a sus benefactores comerciales.

Pues bien, este año me tocó vivir de cerca el Maratón de Jazz de Radio Ibero. Para el dominical encuentro elegí un tema: el bajo, y de las grabaciones, aquéllas que resultaran más nuevas y menos conocidas. Así, dejando temporalmente a un lado a músicos trascendentes hicimos sonar, llenos de gusto por la posibilidad, discos de Jamaladeen Tacuma, Sex Mob, Trey Gunn, Dhaffer Youssef, Jorge Degas, Agustín Bernal, entre muchos más, con la esperanza de lograr eco. Y lo obtuvimos (impulso de estas líneas postreras, pues no hay música que valga sin alteridad). La respuesta llegó por teléfono, por correo electrónico, en numerosas ocasiones durante la transmisión. Alimentamos así la sospecha de que en una ciudad tan grande siempre habrá sed, deseos de frecuencias que sigan tallando la corteza de los tímpanos. Porque no todo está grabado. Y afortunadamente hay mucho talento puliendo acero. En fin, desde aquí una felicitación a Voodoo Jazz por esa insistencia novedosa.

MENTADA DE MADRE PARA MTV

Prácticamente nadie ha hecho crítica alguna. Parece que la conveniencia y el servilismo han ganado la batalla. ¡Qué hecho tan lamentable para la industria musical del mundo! Me refiero a la más reciente entrega de los premios que el canal mtv otorga –según por decisión de los televidentes– a los "mejores" artistas latinoamericanos. ¡Pero qué tremenda mierda! Dejando fuera a Juanes por el lado latino y a Lenny Kravitz y a los Beastie Boys por el norteamericano, lo que pudimos presenciar ese nefando día fue a un montón de imitadores –algunos otrora talentosos–, alienándose a las condiciones de la gran corporación televisiva.

Esta entrega se dedicó a arbitrar un fashion de petatiux olvidándose de la sustancia por la que tantos tenían encendidos sus televisores. Pero lo peor es que los medios especializados hayan comentado al unísono que se trató de la mejor entrega de la historia. ¡¿Pero qué nadie escuchó las terroríficas desafinaciones de Venegas y Ubago, el primitivismo de los gritos de Paulina Rubio, la estúpida y forzada crítica política de Molotov, las sandeces de nuestros raperos latinos, lo predecible de este nuevo estereotipo hispano, también fabricado en Miami, que se dedica a broncearse y mostrar el culo?!