LETRA S
Noviembre 4 de 2004
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Reconocimiento a nuestros voluntarios

Mario Reyes

¿Qué haría una organización civil sin el valioso apoyo de sus voluntarios y voluntarias? En los diez años transcurridos desde la aparición del primer número del suplemento Letra S, numerosas personas han participado de manera voluntaria en su proceso de elaboración y distribución. En particular destaca el laborioso trabajo de desencarte realizado mes con mes por un grupo de voluntarios para rescatar los suplementos de la devolución de ejemplares del periódico.

Carlos Angulo es profesor de filosofía a nivel bachillerato y desde hace dos décadas participa en la lucha contra el sida. Ha formado parte del comité organizador de las caminatas nocturnas en las que se recuerda a las personas fallecidas a causa de la pandemia. Preocupado e indignado por el trato estigmatizante que el VIH recibía en varios medios de comunicación, el docente decidió apoyar la tarea de difusión de Letra S. En 1996 se ofreció como voluntario para acudir a los talleres de La Jornada y ayudar en el desencarte. De esta manera, sus alumnos tuvieron oportunidad de conocer el suplemento y discutir su contenido en clase.

A esta cita mensual también acude desde 1997 Gabriel Matadama, empleado de una tienda de autoservicio y quien en sus ratos libres imparte talleres de sexualidad en diversas instituciones El joven promotor de la salud sexual se incorporó a este equipo de voluntarios motivado por los problemas que a nivel familiar y social le había ocasionado su orientación sexual. Gabriel comenta que Letra S le ayudó a comprender su sexualidad e incluso lo animó a organizar círculos de lectura sobre el tema en la secundaria en.

Esta labor también ha sido impulsada por Jorge Sosa, reverendo de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, quien animaba a los parroquianos a apoyar a Letra S en la labor de desencarte. Después encomendó la tarea a Pedro, integrante del grupo de autoapoyo de personas que viven con VIH y quien cada mes reparte ejemplares entre los feligreses del templo.

Los voluntarios invierten un promedio de cinco horas de su tiempo y están bajo la coordinación de Armando Guzmán Ocejo, encargado de esta tarea por parte de Letra S.

Al final de la jornada se logran rescatar miles de ejemplares para ser repartidos en sitios de encuentro gays, hospitales, grupos de autoapoyo, centros educativos, instituciones públicas, organizaciones civiles y en ferias y eventos masivos.

Carlos, Gabriel, Pedro y Armando coinciden en destacar que la información objetiva y científica es vital para derrotar al virus, por lo que extienden la invitación a otros jóvenes para que se integren a estas labores.

Sirva este espacio para agradecer a los más de 30 voluntarios que en diferentes momentos durante los diez años de permanencia de nuestro suplemento han colaborado en esta labor.