Octavio Rodríguez Araujo

Más sobre Teotihuacán

El autodenominado Frente Cívico en Defensa del Valle de Teotihuacán ha tenido, desde sus primeras declaraciones, una actitud hostil hacia el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Lo ha querido culpar de la instalación de Wal-Mart (Bodega de Aurrerá) en el municipio San Juan Teotihuacán y del enfrentamiento del domingo pasado originado por el propio frente al querer impedir a la gente el ingreso al área central de monumentos arqueológicos. Los activistas dijeron que los comerciantes fueron azuzados por el funcionario del INAH, director de la zona arqueológica, lo cual es un absurdo, pues esos comerciantes sólo quisieron entrar a la zona como lo han hecho por décadas, ya que de eso viven.

Los del frente se han movido en torno a una aparente demanda principal: que se quite la Bodega de Aurrerá de donde está. Como argumentos han esgrimido dos: que la tienda está en un lugar sagrado, símbolo de la mexicanidad, y que desplazará a los comerciantes de la zona. Este último argumento ha quedado anulado con la actitud de los frentistas en contra de los comerciantes y de la mayoría del pueblo que ve en la Bodega de Aurrerá un alivio al no tener que ir a Ecatepec o a Texcoco a hacer sus compras.

Algunos turistas austriacos y "escandinavos" (sic), ignorantes como pocos, han dicho que la tienda "está al lado de las pirámides" y que la construcción de la tienda (y del resto del pueblo, debieran decir) "no coincide con la arquitectura prehispánica". Otros, en este caso estudiantes peruanos de historia, llegaron a la temeraria afirmación de que la tienda "fue construida sobre las ruinas prehispánicas de Teotihuacán (así estará el nivel de estudios en Perú).

Es lamentable el grado de conocimientos que se tiene en el extranjero sobre nuestra realidad, pero no menos grave es el de algunos intelectuales y artistas mexicanos que se han dedicado a exhibir su ignorancia con declaraciones demagógicas o su parcialidad al criticar (y denunciar) ciertas medias verdades y no pocas mentiras que ellos se han inventado.

El conjunto de problemas que ha salido a relucir por la construcción de Wal-Mart es complejo, y debe ser abordado por lo menos en tres dimensiones. La primera es que la tienda estadunidense se puede instalar en territorio mexicano (donde hay más de 650 locales) gracias a las reformas que inició Salinas de Gortari sobre las inversiones extranjeras, y no por culpa del INAH. Fue por estas reformas que entraron Sam's Club, Costco y Wal-Mart, pero también los bancos de Estados Unidos, Canadá, España, etcétera. Wal-Mart no quiere sindicatos, como tampoco las maquiladoras existentes en territorio nacional ni varias universidades públicas y privadas. ƑQuién ha protestado porque la Universidad de la Ciudad de México tiene a sus profesores y profesoras con contratos anuales por honorarios, sin ISSSTE y sin licencia por maternidad? La explotación de la mano de obra en México y la disminución creciente de los derechos laborales son parte de nuestra realidad nacional y no patrimonio exclusivo de una tienda.

Una segunda dimensión tiene que ver con la localización de la tienda en el municipio Teotihuacán. Si los abajofirmantes se tomaran la molestia de leer la página del INAH http://proteccionteotihuacan.inah.gob.mx/ tendrían la oportunidad de conocer, sobre todo por el plano de René Millon de hace más de 30 años, dónde están los polígonos A, B y C de la zona arqueológica. Si además consultaran el Diario Oficial de la Federación del 30/4/64 podrían enterarse dónde está ubicado lo que se conoce como centro ceremonial, cuya superficie es de poco más de 263 hectáreas (polígono A), también definido, en el Decreto de protección de 1988, como área central de monumentos arqueológicos. También podrían saber que el polígono B, considerado área ampliada de monumentos arqueológicos "de máxima restricción para la construcción", consta de más de mil 730 hectáreas y que, antes del Decreto de protección de 1988, se construyeron sobre su superficie alrededor de 7 mil viviendas, cuyos propietarios han querido ampliar recientemente, pero el INAH, con toda la razón, se los ha impedido (El Universal, 20/4/02).

La tienda está en el polígono C, también denominado área de protección general, cuya superficie es de alrededor de mil 387 hectáreas. En este polígono hay muy pocos valores arqueológicos y el único encontrado en la construcción de la Bodega de Aurrerá es un pequeño basamento de 80 centímetros por lado y 25 centímetros de altura, mismo que ya fue protegido adecuadamente. La cabecera municipal de Teotihuacán, con dos table-dance, talleres, comercios, bancos también trasnacionales y miles de viviendas, está asentada en parte del polígono C. Dicho sea de paso, el INAH ha cuidado que ninguna construcción contamine el paisaje urbano ni rebase la altura del templo de San Juan Bautista, pero esta institución no da licencias de construcción ni determina el uso del suelo, que corresponden a la autoridad municipal.

Una tercera dimensión tiene que ver con la zona arqueológica propiamente dicha y su significado. Aceptando, sin conceder, que es un lugar sagrado, justo es decir que no se respeta como tal. El doctor Zahi Hawass, director (en 1987-1997) de la zona arqueológica de Gizeh y Saqqara (en Egipto), estuvo en Teotihuacán en agosto de 2000, y dijo: "Las pirámides son para ser observadas y se construyeron para rendir culto a los dioses. Son lugares sagrados a los que sólo los sacerdotes podían tener acceso. Además la gente contamina la atmósfera" (El Universal, 13/8/00). Que suban un millón de personas a la Pirámide del Sol durante el equinoccio de marzo le pareció increíble. "Esta práctica -dijo- atenta contra el sitio arqueológico". ƑLos abajofirmantes y los guardianes de la zona hicieron suya esta sensata crítica? ƑProtestaron en 1999 contra la empresa Rockotitlán que destruyó una amplia zona del polígono B para organizar el concierto de "fin de milenio"?

ƑQué es lo que realmente defienden los del frente cívico? Aunque quizá la pregunta correcta debería ser: Ƒcontra qué y, sobre todo, contra quién están?