.. | México D.F. Sábado 27 de noviembre de 2004
Luego de tres horas mostró la fuerza
de su voz al interpretar Alfonsina sin micrófono
Tania Libertad ofreció memorable concierto en
el Auditorio Nacional
Aquí está la gente que me quiere, espero
que este viaje les resulte emocionante, afirmó al comenzar Armando
Manzanero la acompañó al piano y María Victoria cantó
Sin ti
JORGE CABALLERO
El jueves por la noche las últimas estrofas de
Alfonsina y el mar fueron interpretadas por Tania Libertad sin micrófono
y a capella, después de tres horas de concierto. La educada/potente
voz de la peruana llenó todos los rincones del Auditorio Nacional,
el público se puso de pie para batir palmas en agradecimiento por
la inaudita/inédita acción que hizo sentir ñáñaras
en la epidermis del respetable, coronando estupendamente el arsenal de
bellas canciones con que Libertad deleitó a los siete mil afortunados
reunidos en el inmueble de Reforma.
La
gestación de su concierto Negro color, título también
de su más reciente disco, comenzó excelente, tuvo un desarrollo
sorprendente y llegó a un espléndido puerto. Tania, compartida,
se hizo acompañar por "el mejor compositor de música romántica
en el mundo", Armando Manzanero, un "hecho mágico si apareciera".
El yucateco evocó a su abuela: "Yo estaba muy acostumbrado al apapacho
y al beso de mi abuela, y el primer día que fui a clases llegó
y me dijo: '¡cómo crees que iba a faltarte este día!'''.
Por debajo de la mesa y Voy a apagar la luz, fueron el preámbulo
de la actuación de Manzanero quien continuó con su discurso
antes de que se discutiera Dormir contigo: "Cuando alguien dice
que quiere dormir con otra persona, creo que equivoca el término,
pero realmente cuando alguien duerme con otra persona es lo más
exquisito que hay''. La interacción de Tania y Manzanero con No
ha pasado nada y cada quien por su lado cantaron Contigo aprendí
y Somos novios para confluir juntos en No sé tú.
Después, la cantante María Victoria le entregó
doble disco de oro a Tania Libertad por 100 mil copias vendidas de Negro
color, de parte de Sanborns y Mixup, que distribuyen/producen su disco.
Una voz del primer piso clamó "canta María", petición
secundada por Libertad y Manzanero, María Victoria, con su peculiar
estilo de pujiditos y acompañada por el piano del compositor
yucateco interpretó Sin ti, la cual fue ovacionada en todo
momento.
Para Caíto, Mauricio y Emma
Las palabras de bienvenida de Tania para su público
fueron: "Aquí está la gente que me quiere, espero que este
viaje preparado para ustedes les resulte emocionante. Este concierto está
dedicado para tres personas que ya no están: Caíto,
Mauricio y Emma'', mientras despejaba de su rostro su ensortijada cabellera.
La cantante, envuelta en párvulas luces, a veces
amarillas, a veces rojas, a veces azules casi violetas, cantó Cardo
y ceniza, La que se fue, Que cosa fuera, Mi unicornio azul, Ojalá,
El breve espacio, Serenata sin luna, Dos gardenias para ti, Gracias a la
vida, Corazón de madera, Echame a mi la culpa, Por ti, La bruja
(con el ritmo de Perú y el son jarocho, mencionó Tania),
El pastor y El funeral del labrador, emblemática canción/protesta
brasileña, entre otras muchas.
Tania tocó casi todos los géneros en los
que ha incursionado, pues desterró las arias operísticas
con las que sorprendió hace un par de años; y dejó
a sus músicos que se discutieran en diferentes momentos del
agasajo musical: percusiones, metales, guitarras, coros, bajo, contrabajo
y un soberbio/enloquecido/desenfrenado piano. En todo momento las canciones
fueron susurradas desde las butacas, con tímidos aplausos al principio
y ensordecedores al final de cada tema y sólo en tres momentos precisos
el público se puso de pie.
En la celebración también participó
el Ballet Negro Peruano, que mostró en tres ocasiones exactas a
los asistentes cómo se baila el festejo, y el dueto Queim, integrado
por un músico argentino y otro brasileño, descubrimiento
musical de Tania Libertad, así como un homenaje al poeta Mario Benedetti.
La cantante se despidió cuando el Sol estaba en
su nadir durmiendo en China y las manecillas del reloj emprendían
nuevamente su eterno recorrido: "Gracias a todos ustedes que tuvieron el
valor de salir de sus casas para venir a acompañarme''. En síntesis
fue un concierto/pago de Tania Libertad para su país adoptivo que
dejó bendito el escenario del Auditorio Nacional. Un concierto enorme,
enorme, enorme.
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